jueves, 16 de diciembre de 2010
Porque todo se ha jodido... ¡QUE SE VAYAN TODOS!
Francisco Rivas Linares
El dramaturgo y poeta alemán Bertol Brecht, escribió a principios del siglo pasado lo siguiente: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.”
Si aludo inicialmente al dramaturgo Bertol Brecht, es porque en estos tiempos aciagos en que nos debatimos, resulta una obligación ineludible instruirnos en asuntos sobre política; entendida ésta, como el conjunto de actividades que se emprenden para dirigir nuestras acciones en beneficio de la sociedad.
Todo grupo social cifra sus objetivos de bienestar y conforme a ellos decide y actúa. Al elegir un líder, confía en su experiencia y su indispensable prudencia para que los conduzca al alcance pleno de tales objetivos. Pero cuando el líder es dominado por sus vísceras, entonces rompe los equilibrios sociales y cunde el desorden inevitable auspiciado por su locuacidad y ceguera.
Si consideramos que el espacio donde se libra la lucha por la dignidad humana es la política, debemos sacudirnos la modorra de nuestro analfabetismo y procurar, más que la noticia, la información que nos ilumine la conciencia.
Los analfabetos políticos juzgan los actos de gobierno por sus efectos más no por los factores que los provocan. Expresan opiniones sin elaborar juicios y por lo mismo, evitan las discusiones que giren en los entornos de la política. Prefieren callar y se aíslan de su “condición terrenal y planetaria.”* Sin embargo no dejan de ser diversidad, aunque asuman el comportamiento de los avestruces; esto es, que ante el riesgo de perder su posición social optan por esconder la cabeza al cobijo de su indiferencia e ignorancia.
El panorama desolador que priva en nuestro país difícilmente se puede plasmar con palabras simples. La incidencia cotidiana de las masacres que rayan en actos propios de terrorismo, nos confunden en demasía. Pero en un intento de análisis pudiéramos aseverar que el contexto de la descomposición institucional, que no es fortuito, tiene como fuente de alimentación la corrupción, la cual ha penetrado todos los estamentos de la sociedad.
Otro venero que lo estimula, es la miseria en que se debaten las mayorías. La carencia de empleo suficiente y decoroso, tanto en el desempeño como en su jornal, estimula el incremento de las bases de las organizaciones criminales, las que ante la debilidad del Estado se va adueñando de los espacios territoriales.
México se ha convertido en un problema no sólo continental, sino transcontinental. La estadística de los homicidios y otros actos de la delincuencia organizada, como el secuestro y la extorción, crece de manera cotidiana a tal grado que se nos va volviendo costumbre.
Y frente a ello volvemos a replantearnos la pregunta: ¿Qué hacer? Sabemos que algo se tiene qué hacer pero a la vez ignoramos la respuesta.
Creo que debemos pensar en temas de profundidad histórica para tomar nuestro norte: Reconfigurar nuestra identidad de clase, tomar conciencia de nuestro alto grado de organización como ciudadanos y vislumbrar la posibilidad de cambiar de rumbo mediante mecanismos de resistencia pacífica.
En este tiempo coyuntural debemos hacer nuestro el grito que se escuchó en 2001 en una nación del sur americano, cuyo pueblo, ante la evidente incapacidad e ineptitud de sus políticos para resolver la crisis económica, demandaron a voz en cuello: ¡Que se vayan todos!
*Edgar MORIN
sábado, 11 de diciembre de 2010
Teletón o instrucciones para el sentimentalismo indoloro
Luis Ramírez Trejo.Revista emeequis. Periodismo indeleble.
"…es mucho más fácil solidarizarse con el sufrimiento que con el pensamiento."
Oscar Wilde
El cabello brilla como acabado de bolear. Él es alto, fuerte, de hombros anchos, una especie de jugador de futbol americano venido a conductor. Padece desde joven una patología en el músculo risorio que le obliga a sonreír cada cinco segundos: la dentadura de alabastro es el símbolo perfecto para las marcas de dentífricos. Marco Antonio Regil no sólo es guapo, es elocuente y séntido en el discurso:
Me duele, me duele mucho (y Marco pestañea para que duela más). A pesar de todo lo que hemos visto (y los ojillos de Marco se entrecierran). A pesar de todo lo que hace el Teletón año con año (y a Marco se le escapa una lágrima de reproche). Me duele porque no entiendo (y todo en Marco tiembla en convulsiones: la voz, la mejilla, la cadera, los testículos). No entiendo qué más tenemos que hacer para convencer a la gente que tiene su corazón duro (y Marco dice “duro” con desdén de telenovela). ¿Qué necesitamos hacer para lograr que ustedes levanten el teléfono y marquen y den un donativo al Teletón? (y Marco sorbe mocos, carraspea con la flema atorada). ¿Qué tenemos que hacer? (y Marco levanta los ojos preguntando al cielo). ¡No puedo creer que en hora y media no vamos a poder celebrar llegar a la meta! (y Marco grita como un Pedro Infante clamando por Torito). Me siento frustrado, desesperado, triste (y Marco gime, ¡por favor, ¡por favor!, ¡no me dejes!). ¡Marquen, por favor! ¡Ayuden al Teletón! (y Marco es Medea: llora como plañidera, reprocha como Pimpinela, se retuerce como gusano en sal, se ahoga, patalea, se sofoca y después… sonríe).
Marco baja la cabeza, la barbilla encajada en el pecho, los ojos en blanco, la Madre Teresa tirita bajo su smoking.
Marco Antonio Regil se retira desconsolado, la cámara acompaña su pena; su sonrisa, beatífica y congelada, da la bienvenida a Lucero. La promiscua novia de todo un continente le entra al quite; el sentimentalismo es su especialidad.
El proceso de sentimentalización se acelera, se apropia frenéticamente de sus víctimas. Hay un ideal, hay símbolos: una ilusión prefabricada. El ideal es obvio: la caridad desinteresada; los símbolos son muchos, por ejemplo, un niñito con las piernas apropiadamente deformadas. Pablito fue seleccionado porque es locuaz, simpático, fotogénico y de pilón canta bien. La realidad dolorosa de los niños con discapacidad es suplantada, reducida, simplificada, vendida y empaquetada en una cajita de ilusión tipo McDonalds con un corazón morado y la foto de Pablito.
El publico conmovido obtiene su recompensa. La ilusión rasurada de complejidades le da el placer de la sencillez. Las realidades complejas son siempre inquietantes; las versiones simplistas y edulcoradas son accesibles, cómodas, incluso deliciosas. El Teletón no sólo vende artistas, publicidad y entretenimiento, incluye en un solo y mágico acto comercial, el sentimiento de sentirnos bondadosos y caritativos al ayudar a Pablito. El acto egotista, narcisista de consumo incluye un espejo truqueado que arroja siempre una cara de generosidad.
¿Le gusta la oferta? ¿No le convence? Si llama en los siguientes dos suspiros se lleva el paquete “Teletón all inclusive”. Este paquete, además de todas las ventajas que ya le mencionamos, ofrece comodidad y olvido. Comodidad para sentirse bien ayudando a Pablito… siempre y cuando Pablito sea un ideal lejano y no impida cambiarle de canal a la hora de la telenovela o el futbol, y siempre y cuando no se lo encuentre en la puerta de su casa. Además, se lleva por el mismo precio las pildoritas de olvido. ¿Quién quiere recordar que la tremenda situación de injusticia que viven niños como Pablito y sus familias es perpetuada por quienes, como Televisa, concentran el poder económico y rechazan a toda costa cambiar un sistema que les beneficia y que sume en la miseria a familias como la de Pablito? ¿Quién desea acordarse de que su donación le permite a Televisa y demás patrocinadores evitar la molestia de pagar impuestos que podrían ser aplicados a atender –¡oh, ironía de la vida!– a niños discapacitados? La memoria en este caso es pura mala educación.
El sentimentalismo del Teletón no es más que un atajo por los laberintos emocionales. La discapacidad como instrumento de moda produce una solidaridad epidérmica, tan profunda como un chapoteadero.
Al final el público sentimentalizado es degradado y convertido en esponjita gelatinosa que lo único que sabe es absorber lágrimas de telenovela. Un público apático, conformista, a salvo de lidiar con la dolorosa realidad que no se exhibe en la pantalla chica. Un público en que toda respuesta emocional genuina, compleja, variada, activa, es reemplazada por ese simulacro de solidaridad, ese chisguete de lágrima, ese melodrama de autoindulgencia: esa cajita pestilente con forma de corazón llamada Teletón.
jueves, 2 de diciembre de 2010
El fracaso inútil ( ¿o idiota? )
Francisco Rivas Linares
La inteligencia maquiavélica se define como una capacidad de ejercer dominio sobre los demás, con formas de manipulación y defraudación y el uso de estrategias de disimulo, mentira y engaño.
Las personas que tienen tal capacidad, deberán creer sus propias mentiras para lograr embaucar con eficacia; y así, acomodando la realidad a sus propias intenciones y a las necesidades de los demás, se hacen más persuasivos y logran encubrir sus errores y grandes limitaciones.
Los políticos y líderes sociales cultivan la inteligencia maquiavélica para salvar circunstancias adversas y evadir sus responsabilidades, cuando fracasan en los objetivos cifrados en sus intereses. Al efecto, asumen actitudes defensivas falseando la información y la imponen con acomodos que rayan en lo ridículo.
La frustración que sufrieron 23 mil 144 aspirantes a ocupar una de las cuatrocientas plazas que oferta la Secretaría de Educación en el Estado, estimularon el espíritu maquiavélico de los principales organizadores, quienes en sus afanes justificatorios se esmeraban con larguezas declarativas, tocando incluso los dinteles del cantinflismo. Todo para disimular sus deficiencias y embaucar a los ingenuos.
Y aunque les despierte enojos el término, se debe calificar como un fracaso organizativo. Denota la ausencia de asesores ordenados y la presencia de personas irresponsables, quienes restándole importancia al acontecimiento fueron demasiado confiados y aplicaron estrategias ocurrentes. No se adaptaron a las demandas propias del evento; y al no cumplirse tareas, se fueron al despeñadero un conjunto de esfuerzos arrastrando capital humano y económico.
Pero, ¿qué fue lo que pasó? ¿Dónde quedaron las “reglas claras con procedimientos normativos” que aseguraban tener ya establecidos? Para tales interrogantes cabrían dos respuestas: O su fantasía les bloqueó la realidad, haciéndoles suponer que todo estaba bajo estricto control, o falló la supervisión para el cumplimiento de tareas, disminuyendo considerablemente las posibilidades del éxito.
Y llegó la debacle. La improvisación y el desorden quedaron instalados surgiendo las confusiones que provocaron enojos y desahogos verbales.
Ahora invocan al olvido con expresiones clásicas como dar vuelta a la hoja y ver hacia adelante. Comodina forma para sesgar la rendición de cuentas a que está obligado todo servidor público.
La cuantificación en pérdidas económicas no se deben circunscribir a lo invertido por la Secretaría de Educación, cuyo monto asciende a 600 mil pesos, también se deben agregar los gastos que realizaron los 23 mil 144 aspirantes. Si se calcula un promedio de 600 pesos por persona para traslados, alimentación, hospedaje, etc., la suma resulta sorprendente: 13 millones 886 mil 400 pesos .Y llegaríamos al colmo si se considera el costo del trabajo por horas que fue desperdiciado.
Pero los fracasos son huérfanos y en este país de la impunidad no se fincarán responsabilidades. Por eso activaron su maquiavelismo armando un bochinche de mentiras y engaños. Repartieron culpas a granel: a los impresores, al modelo económico, a la logística, a la certeza del proceso, a la lluvia, en fin. Y ya enfadados, soltaron dos declaraciones autoritarias: “No es el gobierno el que debe generar empleos” y si hay más críticas para el próximo año lo hacemos cerrado y se acabó.
Algunos diputados hicieron tibias declaraciones. El comité de transparencia hizo mutis. Y a los solicitantes, pueblo al fin necesitado de trabajo, se les dio la humillación de ser burlados, ordenándoles, además, gastar otros 13 millones 886 mil 400 pesos para el próximo 11 de diciembre.
lunes, 29 de noviembre de 2010
En la justicia también hay clases
Francisco Rivas-Linares
Cuando la violencia de esta guerra improvisada perjudica a políticos o empresarios, las condenas oficiales se hacen estridentes, las invocaciones a la justicia se reiteran con insistencia y acomedidos descartan -de manera inmediata- que el acto punible tenga algún vínculo con la delincuencia organizada.
No sucede lo mismo cuando los crímenes ciegan la vida de civiles que no pertenecen a ninguna de las élites citadas. En esos casos, pronto surgen los juicios facilones declarando tan infaustos aconteceres como “ajustes de cuentas”, “rencillas pandilleriles”, “ligas con el trasiego y comercialización de drogas”, etcétera.
En 2008 el secuestro y asesinato de un hijo de connotado empresario, provocó, incluso, que sesionara el Consejo Nacional de Seguridad Pública en la mismísima cede del poder de la república: el Palacio Nacional. En el desarrollo de la misma, el padre agraviado les lanzó un ultimátum: ¡Si piensan que la vara es muy alta y no pueden, renuncien!
Y nadie renunció. Ningún baquetón se sintió aludido. Pero eso sí, le aplaudieron a rabiar, le abrazaron cínicamente y mermaron su demanda con promesas y compromisos. Todo quedó reducido a un circo mediático, quedando únicamente el estruendo del… ¡si no pueden renuncien!
Ahora las condolencias oficiales se ventean por la ejecución del exgobernador de Colima Silverio Cabazos. Los miembros del poder real se desagañitan al borde del infarto para reclamar justicia y disipar cualquier sospecha de vínculo alguno con la delincuencia organizada, no obstante que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada afirme lo contrario.
Manlio Fabio Beltrones declaró que la violencia estaba pasando de lo delicado a lo grave, pues no sólo ha alcanzado a más de 30 mil mexicanos sino que ahora viene a hacer efectos en otras partes de la sociedad.
Lo dicho por el Senador nos debe hacer entender que en tanto los “daños colaterales” se ceben en la población, no pasará de ser únicamente “delicado”. La gravedad principia cuando ya surte efectos en “otras partes de la sociedad”, como los del poder político y económico. Así es el discernir de la fauna que nos gobierna.
Por eso no se ha dado pronta respuesta a los asesinatos de jóvenes, niños y familias completas que, al decir de la SEDENA, se atreven a rebasar un convoy o se niegan a reducir la velocidad en retenes fantasmas.
Tampoco se hizo distingo alguno con el secuestro y ejecución de los veinte michoacanos en el puerto de Acapulco, ni en los fusilamientos de jóvenes que por encontrarse en festejos fraternos aportaron cifras para las estadísticas obituarias.
Las honras fúnebres resaltan por su condición clasista. En aquéllos, el lujo obsceno hiere a la vista y las condolencias se convierten en un habitual ejercicio hipócrita. En los otros, la medianía, cuando no la miseria, hace más punzante el dolor, sólo mitigado por la sinceridad circunscrita del pesar.
Si después de todo lo que hemos atestiguado, hay quienes se creen los montajes oficiales, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que tienen todos los merecimientos para ser engañados.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Centenario de la Revolución: el discurso oficial, sobre un México que pocos ven
Nota de Arturo Cano
Periódico La Jornada
Domingo 21 de noviembre de 2010, p. 7
Mamá, quiero saber de dónde son los cantantes. Aunque el repertorio del corrido revolucionario es vasto, la banda y el coro de la Armada de México se arrancan, a la espera del Presidente, con el Son de la loma. Mamá, ¿quiero saber de qué se trata este homenaje? Eso parece decir el gesto asustado de una niña de secundaria que, con sus compañeras, vino a ocupar algunas de las mil sillas puestas frente al Palacio de Bellas Artes.
¿A quién se recuerda? El presidente Felipe Calderón elige la figura de Francisco I. Madero, a quien menciona 17 veces en su discurso, contra 19 de la palabra libertad y 26 de democracia. Para perpetua memoria, además, nos deja una estatua ecuestre del señor Indalecio.
Lo que importa, sin embargo, es que el discurso de Calderón no es sobre la Revolución, sino sobre la democracia. Más que el aporte de Madero (el sufragio efectivo sólo merece una mención), el michoacano destaca la importancia del legado de Carranza: la Constitución de 1917, la “más avanzada y la primera de los tiempos modernos en el mundo”.
El logro de los “anhelos sociales” de los mexicanos (educación, salud, vivienda) ha sido posible, dice Calderón, por la consolidación democrática derivada de la paz posrevolucionaria. Un discurso que podría haber suscrito, sin rubor alguno, cualquiera de los últimos presidentes del Partido Revolucionario Institucional.
Democracia, pluralidad y respeto sin límites a la libertad de expresión son los ingredientes del México que mira el Presidente a 100 años del estallido revolucionario. Un México que muchos no ven, pero que Calderón dibuja en tres pases: la doceava economía del mundo tiene hoy “significativamente” menos pobres que hace 100 años, casi todos ellos cuentan con servicios de salud, se crean empleos y, sobre todo (y en el punto insiste hasta el cansancio), “hay competencia electoral y democracia”.
En su turno, el secretario de Educación anuncia una discusión nacional sobre las “distintas visiones” del movimiento revolucionario. Él, que no quiere opacar a su jefe, deja de lado el debate y dedica más tiempo a elogiar al escultor que al esculpido. Presume, por ejemplo, la disposición de la estatua, pues permite, dice, incluso sentarse a su sombra: “Nadie ama lo que no conoce”.
La cuarta revolución y el reformador
El popurrí revolucionario (La Adelita, La Valentina, La Cucaracha, con todo y su falta de mariguana y, vaya usted a saber por qué, Juan Colorado) da paso a los discursos.
Jorge Ramírez, priísta y presidente de la Cámara de Diputados, hace una autocrítica un tanto atropellada de la clase política a que pertenece: “La cuarta revolución ya comenzó y será con nosotros, sin nosotros o contra nosotros”.
Y si Calderón hace de la palabra “democracia” el eje de su discurso, Manlio Fabio Beltrones se presenta como el reformador: “¿Para qué queremos reformas? Queremos reformas para tener gobiernos de calidad, apoyados más en las instituciones que en las porfiadas habilidades de sus integrantes”.
El senador aprovecha el viaje para agregar al santoral del día a los ignorados por Calderón: sus paisanos Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, y Lázaro Cárdenas.
La democracia que hemos construido, dice el Presidente en ese escenario, hace posible “estar en la plaza pública evocando una historia común desde distintas vertientes políticas”. Pero salvo el lunar de gente frente a la nueva estatua, en la plaza pública sólo se ven uniformes verdes y azules.
Calderón llega puntual, según el programa, y de inmediato suelta el mecate que detiene unos enormes globos blancos. La gran manta se alza y queda al descubierto la nueva estatua.
Para rematar, unos 80 descendientes del Apóstol de la Democracia se hacen muégano para tomarse la foto con el Presidente.
El triunfo de la “historia de bronce”
“Antes de la batalla ensayaron La Adelita” (Carlos Monsiváis). Las fuerzas armadas, pronto ya enteritas en la “guerra” contra el narcotráfico, ensayaron el pasado 13 de septiembre la escenificación de pasajes históricos que hoy repiten en las calles del Centro.
Dado que ya ni los priístas se reclaman herederos, a un siglo de distancia la Revolución se convierte en siete carros alegóricos, réplica de una locomotora de 1900, algunos vagones y muchas salvas.
Un militar hace de Pancho Villa, otro de Madero, uno más de Zapata. Sólo hace falta un elemento con las características físicas necesarias para representar con fidelidad al Manco de Celaya, porque hasta el militar encargado de encarnar a Aquiles Serdán (Cerdán, le ponen en los papeles de Los Pinos) luce una calva digna de libro de texto de los 50.
Los presentadores, sacados de la Hora Nacional, leen textos que nunca aluden a la muerte de ninguno de los héroes, repletos de lugares comunes y algunos mal redactados. En el inmenso graderío, frente al Palacio Nacional, se suceden imágenes igualitas a las monografías de hace 40 años.
En resumen, la historia de bronce –que tanto criticara el Partido Acción Nacional desde la oposición– en todo su esplendor.
“La Revolución Mexicana es un hecho que irrumpió en nuestra historia como una verdadera revelación de nuestro ser”, cita Calderón a Octavio Paz. Bien pudo haber elegido otra cita del Nobel mexicano. Por ejemplo: “Mi padre, al tomar la copa,/ me habla de Zapata y de Villa,/ Soto y Gama y los Flores Magón./ Y el mantel olía a pólvora”.
Pero la cita, igual, es de pasada. A Calderón le importa subrayar que llegamos al centenario en paz. Y también encontrar paralelismos, que insinúa, entre su presidencia y la de Madero: “Respetó a los legisladores que, incluso, anticipaban a voz en cuello, desde la tribuna, su propia caída… respetó a la prensa como nadie en la historia hasta entonces en México y fue víctima de la más insidiosa campaña hasta entonces conocida”.
Su eje discursivo, sin embargo, es la “consolidación democrática” de México, una realidad que, claro, tiene enemigos. Los violentos, claro. Dice Calderón: “Hay generaciones que pelearon, precisamente, por esa libertad y por esta democracia, como las de 1810 o la de 1910. Y a nosotros, ahora, herederos precisamente de esas conquistas, nos toca defenderlas y ampliarlas frente a quienes las amenazan con su violencia”.
Todos los caminos, vaya, conducen a la “guerra” calderonista.
El mantel de Calderón
“Hoy debemos honrar y celebrar al más importante de nuestros héroes, al héroe colectivo que son las mujeres y los hombres del pueblo de México.”
El esforzado pueblo evocado en el discurso presidencial, que madrugó para venir al desfile, se queda con ganas de más. “Oiga, ¿deveras ya se acabó?”, preguntan la señora, el anciano y el joven detrás de las vallas.
“Todo lo que ésta (la hermana de Emiliano Zapata) llevaba encima probablemente se podría haber comprado con unos cinco dólares” (John Womack, citando a un testigo de la aparición pública de la familiar del Caudillo del Sur).
Muchas mujeres que han esperado desde temprano para mirar el desfile visten como la hermana de Zapata. Y no se desaniman ni siquiera con el paso del último contingente, las máquinas barredoras del Gobierno del Distrito Federal. El evocado pueblo quiere más. “¿Ya acabó?” La respuesta afirmativa provoca desilusión. Una joven resume cuando le dice a su pareja: “¿Ya ves, güey? Te dije que eso era todo el centenario”.
Y sí, la fiesta termina. El sexenio que coincide con el centenario lleva ya una cuenta de 28 mil muertos. Con perdón del Nobel, el mantel huele a pólvora.
viernes, 19 de noviembre de 2010
¿Quién miente?
jueves, 18 de noviembre de 2010
El soporte mutuo de los deleznables
Francisco RIVAS-LINARES
"El mínimo a Calderón
por baquetón".
Demanda popular.
Se pone a prueba nuestra memoria. Entre los barruntos de nota roja y mensajes oficiales, lo memorioso se margina. Sucumbe ante el embate de nuevos acontecimientos y trivialidades. El obituario se rebasa día tras día. Nuevas ejecuciones, mutilados, secuestros, desaparecidos, en fin, notas que por su frecuencia nos parece que son hechas para el olvido.
Los lisiados del juicio, los politicastros, se clavan divagando en el éter de su futuro inmediato. La alta burocracia sí tiene futuro, no así quienes se desgastan cotidianamente en la jodienda. Para los políticos lo único importante es su actualidad en una foto pues, como decía Jorge Luis Borges, “el ser del político es ser retratado, ya que para ellos eso es el principio, el medio y el fin de su singular concepto del mundo”.
Ellos disponen del país como si fuera propio. Los recursos públicos son utilizados de manera discrecional e irresponsable. Se adjudican beneficios en exceso a costa de un país que se debate en la pobreza. Y en su cinismo, se declaran benefactores de la patria y se auto-reconocen en discursos expresivos.
Al aprobar el presupuesto de egresos para la federación, los diputados decidieron: No reducir, mucho menos cancelar, el pago de seguros médicos mayores de la alta burocracia federal (pues les asustan los servicios que otorga el IMSS e ISSSTE); el aumento al precio de los cigarros, cuya diferencia sería aplicado al sistema de salud por un monto cercano a los doce mil millones de pesos, no fueron para tal apartado y se perdieron en la distribución clientelista; a los ex-braceros, víctimas del robo descarado de sus fondos de ahorro por el gobierno federal desde 1942, les negaron 5 mil 300 millones de pesos para su pago correspondiente, asignándoles únicamente 1,200 millones de pesos.
Los incrementos salariales exorbitantes para el Presidente (198 mil 870 pesos), a los Secretarios de Estado (196 mil 847 pesos), a los Subsecretarios de Estado (196 mil 626 pesos) y Oficiales Mayores (191 mil 856 pesos), son indignantes, mientras que el incremento al salario mínimo fue de 4.85% que se traduce en 2 pesos cincuenta centavos.
Y el colmo, los expresidentes recibirán el mismo incremento en su pensión. De este modo, Echeverría, Alexandra Acimovic viuda de López Portillo, mejor conocida como Shasha Montenegro, De la Madrid, Salinas de Gortari y Vicente Fox tendrán el mismo salario del presidente en activo, como si nos les hubiera bastado el saqueo que aplicaron a la hacienda pública.
También resultan deleznables los beneficios económicos asignados a los ministros de la Suprema Corte, quienes además de sus elevados sueldos (333 mil 284 pesos mensuales), reciben montos elevados por concepto de viáticos, comidas y comisiones al extranjero. Su presidente, el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, es el burócrata mejor pagado de México (y seguramente del mundo): 499 mil 124 pesos mensuales incluyendo prestaciones tan irrisorias, como mil pesos que cobra como estímulo por el día de la madre y 3 mil 100 pesos de ayuda de anteojos.
En el primer informe del proyecto El uso y abuso de los recursos públicos, el Centro de Investigación y Docencia Económicas expresa en el apartado ¿Por qué nos cuesta tanto dinero la Suprema Corte? lo siguiente:
“La reforma de 1994, estableció a nivel constitucional que los ministros duraran 15 años en su cargo, que no podrán ser removidos salvo por juicio político o desafuero, que sus sueldos no podrán ser disminuidos y que cuando se retiren tendrán derecho a una pensión vitalicia.” Termino la cita expresando: A cada quien su ley. Para ellos manga ancha, para el pueblo el abandono institucional y social.
Y en el escándalo de la corrupción, ¿cómo mantener la esperanza con estos bandoleros enquistados en las ubres de la patria? ¿Qué hacer con estos ministros, burócratas y políticos de angora que al traicionar al pueblo se han herrado el signo de Judas en la frente? Los deleznables se soportan en sí y para sí.Tal es su consigna.
Dejemos de convertir la reflexión en lamento. Tenemos que encender las brasas dormidas de la rebeldía.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Ley de ingresos: mentiras y traiciones en el Congreso
"Hoy traicionamos al pueblo que nos dio su voto."
Pedro Ávila, diputado priista, 21 de octubre de 2010
Las formas y los términos en que fue aprobada la Ley de Ingresos de la Federación para 2011 pusieron de manifiesto los perfiles más perversos del régimen: las mentiras a las que están dispuestos a recurrir Felipe Calderón, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y los partidos parasitarios para luego traicionar a la población, sin el menor escrúpulo, con tal de alcanzar sus intereses particulares y defender los de la oligarquía a la que representan, sin preocuparles el mayor descrédito del sistema político mexicano y el de partidos; la descarada manipulación del proceso legislativo para impedir la negociación y el consenso e imponer mayoritariamente leyes que son contrarias a la sociedad; la disposición de la nueva mayoría priista para someterse a los acuerdos negociados palaciegamente por los coordinadores de los partidos, al margen de las manadas de los levanta dedos al mejor postor y sus representados, y mantener envilecida a la Cámara de Diputados y sometida al Ejecutivo, al igual que el Senado; la connivencia del PAN-PRI que, pese a sus desavenencias temporales, cogobiernan con la dictatorial “mano invisible” del “mercado libre”, responsable de la creciente concentración de la riqueza en una minoría oligárquica y de la mayor pobreza y miseria de las mayorías, y la mano visible del Estado despótico, por encima del estado de derecho, con la que destruyen los escasos espacios democráticos abiertos en la estructura autoritaria del sistema y pretenden excluirá los grupos progresistas y de izquierda para instaurar un bipartidismo de derecha.
Según el priista Manlio Fabio Beltrones –quien prepara su gira artística nacional para “escuchar a la gente de la calle” y saber “qué leyes quieren que promovamos los senadores”, extravagante manera de avisar que usará al erario para promoverse a la candidatura presidencial de su partido, en oposición a la campaña desleal de Enrique Peña, financiada con el presupuesto de su estado y por Emilio Azcárraga-Televisa–, la rapidez con que la mayoría de los diputados aprobó dicha ley se debió a que “es mucho menos complicada que las de otros años, porque el gobierno no hizo grandes modificaciones”. Justo cuando se esperaba, por esa misma razón, que los “representantes del pueblo” sometieran a una cirugía mayor a la iniciativa calderonista, basada en la vulgar ideología reaganeana del ofertismo monetarista fiscal, del balance equilibrado, ridículo en ingresos, mezquino en el gasto, que ha dejado parapléjico al Estado, convirtiéndolo en uno de los principales obstáculos al crecimiento a largo plazo, en artífice de la depresión económica que se padece desde 1983 y en cómplice del capitalismo de compadrazgo del que es víctima la nación.
Calderón y sus Chicago Boys no propusieron nada para elevar estructuralmente los ingresos fiscales del Estado, que bajarán de 21.6 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2010 a 21.4 por ciento en 2011 y 21.2 por ciento en 2012. Al inicio de su mandato fue 21.8 por ciento. En 2000, al empezar el ciclo panista clerical, era de 21.5 por ciento. Sólo plantearon una alza real de 3 por ciento para 2011. Como la recaudación petrolera y no petrolera, incluyendo la tributaria, se mantendrá en términos similares, la recatada mejoría en los ingresos totales será inercial; dependerá del crecimiento, que declinaría de 4.8 por ciento en 2010 a 3.8 por ciento en 2011. Sólo servirá para cubrir el gasto básico estatal, para el que se programó un aumento de apenas 1.5 por ciento del PIB, que se reducirá o se esfumará si la inflación es mayor a la esperada (3 por ciento). Para este año, se estimó en 3.3 por ciento y será del orden del 5 por ciento. En 2000, el gasto total equivalió a 22.6 por ciento del PIB, en 2006 a 21.7 por ciento, y para 2010 y 2011 se estima en 24.3 por ciento y 23.7 por ciento, respectivamente.
Los calderonistas no requerirán más que 3 billones de pesos (BDP) porque sólo gastarán 3.4 BDP (el 81 por ciento ya está comprometido: 57.8 por ciento en gasto corriente, 14.5 por ciento en participaciones de estados y municipios, y 9.3 por ciento en el servicio de la deuda), lo que arrojará un déficit por 40.2 mil millones (MMDP) fiscal (0.3 por ciento del PIB contra a 0.7 por ciento de 2010), que será compensado con débitos. No demandará más porque reducirá 0.1 por ciento el gasto social, 1.2 por ciento el de educación, 6.6 por ciento en urbanización, 15.5 por ciento en agua potable, 19.5 por ciento en comunicaciones y transportes, 20.7 por ciento y 3.2 por ciento en el de desarrollo agropecuario y sustentable, y 4.9 por ciento la inversión directa. Sólo aumentará el corriente (13.8 por ciento) para la voraz burocracia panista y el destinado a los juegos de guerra sucia (8.5 por ciento en seguridad nacional y 12.9 por ciento en orden, seguridad y justicia). Lo que no harán será entregado a la depredación empresarial, con los proyectos de infraestructura productiva de largo plazo, contratos de servicios múltiples, el aprovechamiento de activos, las concesiones carreteras, los proyectos para la prestación de servicios. El gobierno dará los servicios y los inversionistas harán la infraestructura en educación, salud, transporte, entre otros. Esos ingresos y egresos serán inútiles para afianzar una reactivación económica, pero fecundos en el uso oscuro del dinero, la opacidad en la calidad de las obras, la corrupción y el enriquecimiento ilícito de las familias panistas, priistas y oligárquicas.
Lo que urgía era una política de ingresos progresiva, que gravara más a los que más tienen, redujera o eliminara la evasión y elusión tributaria, la consolidación y los créditos fiscales (que el cínico Raúl Plascencia los consideró como parte de los “derechos humanos”, por lo que trata de bloquear que se sepa a quiénes corresponden 711.6 mil créditos cancelados por un monto de 74 MMDP) o los regímenes especiales o los créditos, que elevaran el ingreso y el gasto en el tiempo, ubicados entre los peores del mundo.
Pero los nuevos diputados del PRI-PAN-Partido Verde Ecologista de México (PVEM)-Nueva Alianza y sus retoños del Partido de la Revolución Democrática resultaron nuevos vinos en viejos pellejos. Como sus antecesores y los senadores, aprobaron lo que les dijeron. Al cabo, la sociedad carece de los mecanismos institucionales para controlarlos y sancionarlos. Nada les importa su representatividad democrática, y sin ella no hay control del poder ni libertad política. El voto sólo fue útil para encaramarlos en la legislatura, para que cuidaran los intereses de las elites y no los de los electores. La renovación partidaria de esos poderes, simulada por las elecciones supuestamente democráticas, equivale al derecho privado sucesorio de los regímenes monárquicos. No les preocupa su legitimidad democrática y la del sistema, la base de la estabilidad política, asentada en la validez, la justicia y la eficacia, el correcto proceder de las instituciones de acuerdo con las leyes, el consenso social de su actuación ante quienes delegaron en ellos la defensa de sus intereses y a quienes le deben su obediencia, su capacidad para demostrar que sus decisiones son las adecuadas. Con su forma arbitraria de operar y sus traiciones, carecen de reconocimiento, el respeto y la obediencia, sin necesidad de la fuerza. La población afectada tiene el derecho a rebelarse. Al cabo, las elites controlan las estructuras corporativas de dominación, nacional y estatal. El Poder Judicial y el Tribunal Electoral han eliminado la “ciudadanización” del Instituto Federal Electoral, convirtiéndolo en su casa de citas donde departen las hetairas que han colocado a su servicio, el presupuesto manejado turbiamente.
La ley calderonista fue aprobada gracias a la traición priista, que antes había gritado a los cuatro vientos que, con su mayoría, reduciría el impuesto al valor agregado (IVA) de 16 a 15 por ciento, ante el escándalo panista que anunciaba la catástrofe y más impuestos si lo hacían, bajo el argumento de que el subejercicio del gasto público les indicaba que el gobierno no requería esa tasa, lo que redundaría en una mejoría en el poder de compra de la población, aunque ella fuera miserable. Y otra mentira, porque los precios no bajarían y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios depende de su control y los voraces precios públicos y privados. Fue una felonía para quienes ingenuamente aún creen en ese partido, que ha hecho de esa práctica una norma.
El PRI reculó. Hizo un trueque con Calderón: cambió su promesa por 55 MMDP adicionales para un fondo de reconstrucción que se repartirán entre 12 estados, la mayoría priistas, afectados por desastres naturales, la negligencia y la corrupción de los gobernadores; 10 MMDP se aplicarán en el último trimestre de 2010. El proyecto de Calderón les otorgaba 1.5 BDP, incluidos los recursos educativos. Los caciques fueron los ganadores, pues recibirán la mayor cantidad de recursos de la historia, pese a que también recurren al subejercicio y el manejo inescrupuloso del dinero. Si algo queda del fondo después de las elecciones locales y de los fines personales, el dinero será usado para medrar de las necesidades de los damnificados. De los 239 diputados priistas, 120, junto con algunos parásitos del PVEM, pregonaron, con mantas, porras, consignas y declaraciones públicas, que bajarían el IVA. Al final, sólo 12 honraron su postura. No se sometieron a Calderón, los gobernadores, los coordinadores y la dirigencia nacional de su partido, que negociaron en las sombras, al margen de ellos, retrasaron la discusión del paquete y hasta el último momento lo aprobaron, desechando todo cuestionamiento y propuesta. Con gran cinismo, Francisco Rojas, coordinador de los diputados priistas dijo: “Nosotros hemos decidido en función de las necesidades de la gente, las circunstancias cambiaron la realidad y debemos nosotros cambiar también. Asumiremos los costos políticos; preferimos asumir los costos morales que fallarle a la gente”. Molesto, Fabio Beltrones informó que algunos senadores del PRI no se les avisó de la traición. ¿Honestidad? ¿La misma desvergüenza?
En Nicaragua le llaman “piñata” a la corrupción. Pues bien, el PVEM –coto privado de la familia Jorge González Torres, que dejó el negocio a su hijo Jorge Emilio, que como meretriz vende al mejor postor– acaba de recibir un jugoso pago por su trabajo sucio: los diputados del PRI-PAN-PVEM aprobaron, como parte de la destrucción del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la creación de vales de medicinas canjeables en farmacias privadas en caso de que el IMSS no cuente con el medicamento recetado. Uno de los beneficiarios será Víctor Manuel González, el doctor Simi, dueño de las farmacias similares y los laboratorios Best, que controla una cuarta parte de la industria farmacéutica, quien ha acusado a los partidos de corruptos. ¿Mantendrá su juicio?
Así es el “democrático” proceso legislativo: un negocio de familias. ¿Qué mafias son más peligrosas? ¿Los narcos? ¿La elite político-empresarial?
Para tratar de cubrir sus fechorías arrojaron las sobras, 7.6 MMDP, para un pírrico programa de primer empleo para los jóvenes desahuciados por el salvaje capitalismo neoliberal autóctono, del cual son copartícipes los gobiernos del PRI-PAN y sus Chicago Boys, los hombres de presa y el Congreso de la Unión. Ésa fue otra abdicación: le dejaron la responsabilidad a los empresarios, subsidiados, para crear los empleos que no han hecho y los que ofrecen son mal pagados y en pésimas condiciones. Y provocaron el linchamiento de los fumadores a manos de los enemigos del tabaco, de miras obtusas, que les impide ver que esa medida no resuelve ese problema, no forma parte de un programa integral de salud, no salvará una sola vida. ¿Quién recuerda el impuesto “ecológico” a las gasolinas? Los 12.1 MMDP que esperan obtener por esa vía se destinarán a los ganadores del “negocio”. Con la medida se esconde la verdadera trama: el turbio manejo del presupuesto y el indeclinable rechazo a aplicar una reforma fiscal seria, por lo que se inventa cualquier gravamen al consumo para saquear los bolsillos de la población. Cambios en el trato fiscal van y vienen, y durante el calderonato, Petróleos Mexicanos arroja cada año pérdidas que suman ya 243.7 MMDP después de pagar impuestos.
Los 60 MMDP más con que dotaron al Estado no fueron más que una burda manipulación estadística: aumentar el crecimiento, los precios del crudo, el déficit fiscal y más impuestos. Así todos quedaron satisfechos: Calderón, los caciques y los partidos; menos las mayorías damnificadas.
*Economista
Fuente: Contralínea 208 / 14 de Noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
¿Por qué?
Francisco RIVAS-LINARES
Frecuentemente escuchamos que nosotros, los mexicanos, vamos perdiendo la capacidad de asombro ante los acontecimientos bárbaros que cotidianamente vivimos, como consecuencia de un desgobierno declarado y entronizado unilateralmente por la oligarquía depredadora.
Difiero de tal aseveración. Si la capacidad de asombro encuentra su origen y sustento en la pregunta ¿por qué?, el planteamiento es continuo y sostenido: ¿Por qué tanta corrupción? ¿Por qué tantos asesinatos? ¿Por qué tanta miseria? ¿Por qué dependemos –o se nos hace depender- de gobernantes y políticos mediocres? ¿Por qué los servicios de educación y salud gravitan en la insuficiencia? ¿Por qué la pasividad ante los atropellos de los irresponsables?
Los por qué son inacabables. Esta pregunta denota dos condiciones: La exigencia de saber y el rechazo a las respuestas vacías y demagógicas. Responder a tal pregunta nos define como ser a través del conocer.
Por eso necesitamos encontrar respuestas a nuestros ¿por qué? Por eso nos rebelamos ante la mentira y el engaño y exigimos la verdad por conocer. Sólo así llegaremos a definir nuestro ser.
¿Por qué a los 640 funcionarios y exservidores públicos denunciados por el Sistema de Administración Tributaria, no se les obligó a pagar 43 mil millones de pesos, correspondientes a multas por actos de corrupción? ¿Por qué no han sido encarcelados los responsables de tal daño a la nación? ¿Por qué la indolencia de todos ante la hambruna que padecen 23 millones de habitantes, de los cuales el 31.3% se encuentran en nuestro estado? ¿Por qué el gobierno que se proclamaba del cambio nos ha llevado al nivel más alto de la corrupción nunca antes registrado?
¿Por qué la colusión de autoridades con el crimen organizado? ¿Por qué la protección a pederastas? ¿Por qué no se procesaron a los responsables del incendio de la guardería ABC? ¿Por qué la negación reiterada a rescatar los cuerpos de los mineros de Pasta de Conchos? ¿Por qué la permanencia de líderes sindicales corruptos? ¿Por qué seguir engordando las falsas acciones filantrópicas, como Iniciativa México y el Teletón, a sabiendas que no son más que burdas estrategia para evadir impuestos los grupos empresariales encabezados por Televisa?
A propósito del teletón, resulta abominable la inducción aplicada por Enrique Peña Nieto, Gobernador del estado de México, al hacer que el Congreso local aprobara la entrega de 73 millones de pesos anuales en beneficio del Teletón hasta el 2022, un capital que no sangra el patrimonio personal de Peña Nieto, sino al erario del propio estado que dice gobernar. Y nos plantearíamos la interrogante… ¿Por qué?
Queremos respuestas sustentadas en la sensatez y la cordura, no respuestas superfluas y facilonas. Y, para nuestra desgracia, sólo tenemos de estas últimas. Por eso, mientras mantengamos la interrogante ¿Por qué? estaremos sosteniendo nuestra capacidad de asombro y, en consecuencia, nuestra dignidad humana frente a la arbitrariedad del poder y el ejercicio de la violencia.
Sólo así mantendremos viva nuestra posibilidad de trascender en la grandeza de nuestra libertad.
martes, 9 de noviembre de 2010
Chucho Monge y la "pichicatez" de los políticos morelianos
Es el compositor de México lindo y querido, considerado segundo himno de los mexicanos.
El michoacano Chucho Monge cumple hoy cien años, sin homenaje
Traté de hacerlo en su tierra natal, pero después de lidiar con muchas instancias lo tuve que cancelar; argumentaron que el gobierno no tenía presupuesto, comenta su hija Sandra Monge.
Nota de Jorge Caballero. La Jornada. 09 noviembre 2010
Para algunos la canción México lindo y querido es el primer himno nacional mexicano, para otros es el segundo, porque cuando alguien la canta nadie se equivoca; otros opinan que aún no se ha dado su justa dimensión a su autor, Jesús Monge, quien hoy cumple cien años, sin que se le rinda un homenaje, según informó su hija Sandra Monge en entrevista con La Jornada.
Siempre he querido hacerle un homenaje en su tierra, Morelia, Michoacán, y trató de hacerlo, pero después de lidiar con muchas instancias lo tuve que cancelar, porque argumentaron que ni el gobierno del estado ni su Secretaría de Cultura tenían presupuesto para organizarlo, precisó Sandra Monge.
Jesús Monge Ramírez se considera piedra angular en la música mexicana; a él se deben creaciones básicas, como La feria de las flores, Creí, Besando la cruz y Sacrificio, entre sus más de 300 obras.
El músico nació en Morelia, Michoacán, el 9 de noviembre de 1910. A los 17 años de edad compuso Al son de mi guitarra. En 1934 tuvo su primer éxito con el bolero Sacrificio. Más adelante incursionó en el género ranchero con éxitos como Pobre corazón y Cartas marcadas. También escribió temas para más de 200 películas mexicanas. Falleció el 9 de agosto de 1964, a la edad de 54 años, de un ataque cardiaco. Sus restos descansan en la sección de compositores del Panteón Jardín. Fue socio fundador de la Sociedad de Autores y Compositores de México, que en 2003 develó un busto en su honor en la Plaza de los Compositores.
Merecía estar en el bicentenario
Sandra agregó: “Yo quería una fiesta para mi papá en el marco de las celebraciones del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, para que las nuevas generaciones lo conocieran, porque creo que merecía estar. ¡Tocaron México lindo... !, en los festejos del bicentenario; todo mundo me lo comentó”.
Explicó: “Estaba todo listo para el homenaje a mi padre. Eugenia León me llamó para decirme que sería un honor participar y que se adaptaría a cualquier presupuesto. Juan Gabriel se puso a mi disposición para cualquier día; dijo que haría lo que fuera necesario para estar presente en el homenaje. Pedro Fernández... el maestro Armando Manzanero me dijo: ‘Claro que voy a ir al homenaje de don Chucho, no sólo como representante de la Sociedad Nacional de Autores y Compositores de México, sino porque él es el autor del himno nacional mexicano.
También había invitado al presidente Felipe Calderón y cuando me hablaron para confirmar la fecha, tuve que decir que se cancelaba, porque la dirección de cultura de Morelia, la secretaría de cultura de Michoacán y Fausto Vallejo Figueroa, presidente municipal de la capital michoacana, nunca me resolvieron nada del presupuesto; sólo me quitaron el tiempo haciéndome dar vueltas.
Sandra Monge agregó: Incluso cambiaron la sede: primero me ofrecieron que fuera en Plaza Valladolid, con capacidad para 4 mil personas, por el Teatro Morelos, con cabida para mil 300. Estuve en Morelia durante octubre y casi todos los días tenían algún acto cultural internacional gratuito, incluso me llevaron a ver el Ballet Bolshoi. Me parece falta de respeto que tuvieran presupuesto para esos actos y no para el centenario de mi papá, quien es un michoacano distinguido.
La entrevistada precisó: En mi invitación al Presidente le mencioné que sería un remanso ir un fin de semana a Michoacán para asistir al homenaje de uno de sus paisanos ilustres en lugar de atender algo relacionado con el clima de violencia; pero tuve que cancelarlo... en medio de la tristeza que me provoca que no se vaya hacer un homenaje a mi papá he encontrado mucha gente que valora su trabajo. De todas formas le voy a hacer su homenaje, pero aquí en la ciudad de México, porque todo un año tendrá 100 años; tengo algunos planes para realizar el gran tributo a Jesús Monge en un recinto digno, porque lo merece.
Difusión de su obra
Monge resumió: “Lo que más me interesa es que las nuevas generaciones conozcan la obra de mi papá. Tiburcio, hijo de Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, me preguntaba qué es lo que perseguía con este homenaje y le respondí: quiero que la gente sepa quién es el autor de México lindo y querido, porque, por ejemplo, cuando se murió Rocío Durcal dijeron que el tema lo había compuesto José Alfredo Jiménez, y él ya tiene muchas muy buenas como para que le agreguen la de mi papá”.
Sandra habló del poder de la música de su padre. Expresó: “Mi papá decía que Jorge Negrete, de tanto cantar México lindo y querido, se murió en el extranjero para que se la cantaran cuando lo trajeran para acá. Mi papá era un hombre extraordinario”.
Entre las voces que han interpretado sus temas se encuentran Plácido Domingo, Nat King Cole, Lola Beltrán, Lucha Reyes, Pedro Vargas y Jorge Negrete.
Durante 2011 la SACM realizará varios homenajes.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
¿Votar para qué?
Francisco RIVAS-LINARES
"México nunca será un país fascista: lo salva la corrupción"
Luis Buñuel.
La necedad se define como un acto terco e imprudente. El adjetivo se aplica a quienes suelen actuar fuera de toda lógica o buen juicio.
Un gobernante, en el ámbito de la democracia, ejecuta los ordenamientos que le dictan sus gobernados. Por eso la designación de Poder Ejecutivo. Dicho poder lo ejercen desde los presidentes municipales, los gobernadores estatales y el presidente de la república. Ellos son los mandatados, quienes están para obedecer a sus mandatarios, es decir, al pueblo.
Las expresiones y demandas de la ciudadanía, se hacen llegar -a modo de propuestas y solicitudes- a través del Poder Legislativo. Diputados y Senadores están obligados, en consecuencia, a escuchar las solicitudes y requerimientos de sus representados para traducirlos en dictámenes y/o proyectos.
El Poder Judicial se deposita en la Suprema Corte de Justicia, la cual está constituida por once ministros designados por el Senado, previa propuesta del Presidente de la República.
Nuestra Constitución, máximo ordenamiento jurídico de nuestro país, establece que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, del cual dimana todo poder público y se instituye para beneficio de éste, quien además tiene el derecho inalienable de alterar o modificar en todo tiempo la forma de su gobierno.
La forma es un conjunto de cualidades que determinan el modo de ser o hacer algo; esto es, el modo de comportarse y de actuar. Si los gobernantes actúan en detrimento de los derechos de sus gobernados, éstos tendrán el derecho de modificar o alterar tales comportamientos.
Establecidos los conceptos anteriores, expongo:
Quienes dicen gobernarnos, no se sienten mandatados sino mandatarios. Ellos se erigen como los depositarios de la legalidad; y envueltos en el síndrome del hacendado, ven a sus gobernados como peones que para lo único que sirven es para legitimarlos mediante el sufragio.
Su necedad les hace gravitar en torno a la irracionalidad, tienen comportamientos ilógicos y –ya fuera de sí- descalifican a quienes osen criticarlos. Están ajenos y distantes de sus gobernados, son indiferentes y regañones con el pueblo.
Los legisladores no representan a nadie. Sólo se representan a sí mismos y sus partidos. Nunca atienden las demandas del pueblo. Legislan al vapor, en los pasillos y en los comedores de restaurantes de postín. No se atreven a ser contrapeso al ejecutivo, aunque éste tenga sembrado de cadáveres al país.
El sistema de justicia se encuentra de cabeza. Y en ello han contribuido, considerablemente los ministros de la Suprema Corte, hoy bien llamada, irónicamente, suprema corta, en alusión a los dislates en que han incurrido al momento de pronunciar sus dictados.
Si el concepto de la justicia resulta ser indispensable para la construcción de un régimen democrático, el parto de los magistrados resulta ser un esperpento que ha traído consigo la reafirmación de un gobierno autócrata, ignorante de las voces de sus gobernados.
Y todavía hay quienes declaran tener confianza en tal o cual funcionario, político o gobernante. Tal actitud no denota esperanza, sino las ganas de creer para justificar su dejadez.
Y en este contexto de necios, saboteadores y rateros de la voluntad popular, me pregunto: ¿Votar para qué?
lunes, 1 de noviembre de 2010
El doble lenguaje de los "políticos"
Francisco RIVAS-LINARES
“…los mexicanos debemos emprender de una vez por todas el asalto a la altura y que hacerlo presupone superar nuestras simulaciones y realizar el ejercicio doloroso de vernos en el espejo tal como somos.” Agustín Basave. Mexicanidad y esquizofrenia.
A siete meses de iniciarse el proceso electoral para renovar los poderes ejecutivo y legislativo de nuestra entidad y sus 113 presidencias municipales, los aspirantes a ocupar el Solio de Ocampo se encuentran hiperactivos para lograr su nominación partidista.
Y como es su costumbre, todos hacen lo que dicen no hacer; es decir, se vuelcan en promocionales personalísimos para mantenerse vigentes en la memoria del electorado, exponiendo que no es tal su propósito, sino que son actividades propias de su función específica en el gobierno y/o partido político.
Fausto Vallejo Figueroa se montó en el programa de promoción turística “Morelia está en ti”, diseñado por el publicista Roberto Monroy. Una exposición fotográfica itinerante que recorre las cabeceras municipales del estado, con espectáculos y diversiones feriales complementarios.
La ocasión es aprovechada por el político. Después de bañarse de pueblo, se reúne “… a puerta cerrada y a invitación de sus amigos, en contacto con algunos cuadros del partido tricolor, siempre respetuoso de la legalidad electoral y de su partido, el Revolucionario Institucional” como lo expresa la crónica del diario “Gente del Balsas.”
La nota del evento cubierta por la prensa regional, no sólo pondera las cualidades del Programa turístico, sino que exalta además los atributos del político moreliano. Por eso, ganado por el entusiasmo, declaró: “No quiero ser candidato, quiero ser gobernador”.
Luisa María Calderón Hinojosa organizó un reventón para celebrar su cumpleaños. Convocó al festín campirano a políticos prominentes del gobierno de su hermano Felipe y se dejó mimar al grito de las porras ex profeso: “Cocoa gobernadora”.
Para eso la utilería política se pinta sola. Los Secretarios de Estado y gobernadores de Guanajuato y Morelos, traían en sus alforjas el destape tempranero. Y felizmente cumplieron como buenos y sacrificados genuflexos de la hermana del Tlatoani.
Y entre los perredistas Silvano Aureoles, Antonio Soto, Uriel López, Fidel Calderón y Enrique Bautista, han deslizado el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas Batel. Se pretende calibrar la respuesta del electorado con uno más de la dinastía Cárdenas, como si con el hermano Lázaro no hubiéramos tenido bastante.
En fin, todos los que quieren se promueven, disfrazan su querencia aspiracional y dicen respetar la legalidad. ¿Por qué no mirarse en el espejo y hablarse con sinceridad, sin máscara ni botarga para aceptar lo evidente, aún transgrediendo lo que llaman como “legalidad”? Con sus simulaciones y propagandas subyacentes entre festines y exposiciones, lo único que atropellan es la dignidad de un pueblo que ya no cree en sus políticos. Más, si es así, ¿para qué tanta tramoya?
viernes, 15 de octubre de 2010
jueves, 14 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
México-Chile: Entre los sombrío y lo gozoso
Francisco Rivas Linares
El 19 de febrero de 2006, todos fuimos sacudidos por una noticia escalofriante. A las 2:30 de la madrugada 65 mineros habían quedado atrapados en el interior de la mina de carbón en San Juan de Sabinas en la región de Nueva Rosita, Coahuila, como consecuencia de una explosión.
En tanto que el sindicato de mineros expresó que los trabajadores se encontraban a 490 metros dentro de un túnel horizontal, los funcionarios del Grupo México, operadores de la mina mencionada, aseguraban que sólo se encontraban a 150 metros bajo tierra.
El 5 de agosto del presente año, Chile se estremeció con la noticia de que 33 mineros quedaron atrapados a 680 metros de profundidad, en el interior de la mina de cobre San José, la cual se ubica en Copiapó en la región de Atacama.
Impactados por la tragedia, se hicieron patentes las denuncias. En ambas tragedias quedaron al descubierto las condiciones deplorables en que desarrollaban sus trabajos los mineros accidentados, sin medidas de prevención ni seguridad que les protegiera la salud y la seguridad.
En Pasta de Conchos el grupo empresarial había hecho caso omiso a las notificaciones y alertas de seguridad por la alta concentración de gas metano en la mina, la cual era muy por arriba de lo establecido legalmente.
En Copiapó se fincan responsabilidades a los dueños de la concesión y se les ha acusa de negligencia y criminalidad por el dolo o malicia de pretender enriquecerse en las condiciones más negativas de seguridad para los mineros.
En Pasta de Conchos, la policía desalojó a los familiares de los mineros con toletes y gases. En el operativo participaron policías federales y estatales y personal de seguridad al servicio del grupo empresarial.
El gobierno de México hizo mutis ante el dolor de los padres, esposas e hijos de los mineros sepultados; y solidarizándose con los empresarios del Grupo México, suspendieron su rescate al calcular su costo cuantioso. Por eso prefirieron mejor obsequiar unas miserables indemnizaciones y optaron por apostarle al olvido.
El gobierno chileno, en cambio, asumió los gastos que implicaban el rescate de los trabajadores; y demostrando solidaridad con las familias, supo darles la esperanza de recuperar con vida a sus seres queridos.
Las lágrimas derramadas en Pasta de Conchos son de coraje, de rencor, de resentimiento, impotencia y dolor. Las lágrimas que se derraman en Copiapó son de vida, alegría, agradecimiento y amor.
Dos tragedias. Dos gobiernos. El nuestro, ajeno a su pueblo y rendido al capital, como ha sido siempre su naturaleza. El del sur, reafirmando su identidad ante el sufrimiento de los marginados y los pobres.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Carta abierta
Carta abierta a los Padres de Familia de la Escuela Primaria Mariano Michelena:
Hace meses escribí un artículo que titulé “Pedagogía del escarmiento”. Lo inicié con una cita de Carlos Fuentes, misma que considero pertinente recurrir a ella para el propósito que me he fijado. La cita referida dice: “… si no escribo esta palabra, no la escribirá nadie. Si no digo esta palabra, el mundo se hundirá en el silencio (o en el rumor o la furia). Y una palabra no escrita o no dicha nos condena a morir mudos e infelices. Sólo lo dicho es dichoso y sólo lo no dicho es desdichado”. Termino la cita.
Nadie aspira a morir con el fardo de una infelicidad producida por el silencio. Todos aspiramos a dejar constancia de nuestro proceso vivencial; y para el efecto, empleamos la palabra escrita. Ustedes, padres de familia, así lo hacen con mantas y cartulinas colocadas en el frente de la escuela a la que asisten sus hijos. Con ello comunican la razón que les asiste para cerrar las puertas del recinto educativo. Yo, por mi parte, utilizo el tiempo que generosamente se me obsequia en este espacio de opinión, para expresar mi pensamiento en torno al conflicto en que se encuentran inmersos.
Impedir el reingreso de un niño y una niña al servicio educativo en esa institución es la justificación que enarbolan. Los señalan como violentos pues suelen agredir tanto en lo físico como de palabra a sus compañeros. Rudos y ofensivos sería la síntesis conductual de estos dos infantes.
De ser cierta su afirmación, pudiéramos entender su actitud. Sin embargo, asumirse como actores en una relación de fuerza, constituye violencia de mayor gravedad por provenir de personas adultas; y esta sí, en perjuicio de toda una comunidad escolar.
El paradigma fijado por Juan Jacobo Rousseau en su obra “Emilio” o “De la educación”: “El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo pervierte” debería
figurar en cada pórtico escolar, para recordarles tanto a padres de familia como a los maestros, la grave responsabilidad que tenemos de conducir a los niños a partir de sus impulsos.
La violencia escolar entre los estudiantes, ha venido incrementándose a niveles alarmantes no sólo en el país, sino en todo el mundo. Tan es así que investigadores especializados en problemas de la conducta dedican tiempo y esfuerzo en el estudio no sólo del hecho como tal, sino buscando sus causas para definir medidas preventivas.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos declaró el día 7 de septiembre del presente año que “… el 40% de la población escolar de primaria y secundaria, tanto en instituciones públicas como privadas del país, es víctima de la violencia escolar.”
Es un porcentaje altísimo. Si la escuela primaria Mariano Michelena alberga 600 alumnos aproximadamente, significaría que 240 niños y niñas estarían siendo víctimas potenciales del maltrato psicológico, físico o verbal de parte de sus propios compañeros y que no los denuncian por miedo.
¿Qué es lo que hace que un niño agreda a otro niño? Los especialistas señalan los siguientes desencadenantes: El incremento de las diferencias culturales y sociales que inducen un clima de supervivencia y competitividad. La pérdida de la idea de comunidad y la regresión de los comportamientos cívicos. El tiempo pasivo en que se hunden los niños frente al televisor. Los defectos estructurales del sistema educativo. El no dominio de las habilidades sociales y afectivas. El fracaso escolar, ya que el desinterés y la falta de motivación resultan fuentes de violencia. Y la permisividad excesiva de parte de los padres de familia.
Ante lo expuesto, pregunto: ¿Es cerrando las puertas de las escuelas como se resolverá el problema de la violencia escolar? ¿La Comisión Estatal de Derechos Humanos ha hecho estudios de campo sobre el problema de la violencia escolar? ¿Ha considerado los análisis hechos al respecto por la Comisión Nacional? ¿Las autoridades educativas, maestros y padres de familia se han documentado sobre el problema de la violencia escolar?
La Secretaría de Educación en el Distrito Federal ya editó y distribuyó en sus escuelas el documento “Escuelas aprendiendo a convivir”, donde en 153 páginas describe el proceso de intervención de padres de familia y maestros, a fin de combatir el maltrato e intimidación entre escolares; y aquí, ¿qué han hecho las autoridades de la Secretaría de Educación al respecto? ¿Estarán aplicando la pedagogía del escarmiento?
Tengo la impresión que todos han tomado posiciones equivocadas y lamentablemente los únicos perjudicados son los educandos, privándoles de su derecho a recibir el servicio educativo.
Francisco Goya, considerado “El padre del arte moderno”, tituló una de sus obras pictóricas con la frase “El sueño de la razón produce monstruos”. Comprender cabalmente la frase daría lugar a múltiples interpretaciones. Sin embargo, pienso que es oportuno reflexionarla en torno a lo dicho: ¿La razón que les asiste a todos y cada uno de los actores en este lamentable conflicto, no estará, acaso, produciendo monstruos? En alguien debe caber la sensatez y la prudencia.
lunes, 4 de octubre de 2010
domingo, 26 de septiembre de 2010
Delito de silencio
Ola a ola.
El mar lo sabe todo.
Pero olvida.
Mario Benedetti
En Salobreña, al atardecer, escribí en agosto de 1994 frente al mar:
Delito de silencio.
Tenemos que convertirnos
en la voz
de la gente
silenciada.
En la voz
que denuncia,
que proclama
que el hombre
no está en venta,
que no forma parte
del mercado.
En la voz
que llegue fuerte y alto
a todos los rincones
de la tierra.
Que nadie
que sepa hablar
siga callado.
Que todos los que puedan
se unan
a este grito.
Silencio de los silenciados, de los amordazados. Silencio de la ignorancia.
Terrible silencio. Pero más terrible, hasta ser delito, el silencio culpable de
los silenciosos. De los que pudiendo hablar, callan. De los que sabiendo y
debiendo hablar, no lo hacen.
Debemos la voz. A nuestra propia conciencia, en primer término. Pero,
inmediatamente, tenemos el deber de ser la voz de los sin voz. Les
debemos la voz: “La voz a ti debida”, como en la égloga de Garcilaso,
como en el libro de Salinas. La voz debida, sobre todo, a los que llegan a
un paso de nosotros, a las generaciones venideras.
Sin cesar. Sin cejar. Sin distraernos ni cansarnos. Sin dejarnos conducir
por la (s) pantalla (s), espectadores pasivos. Es un deber hablar. No
hacerlo es, puede ser, grave insolidaridad, trasgresión moral, delito.
“Cuando el hombre cansado / ... para, / traiciona al mundo, porque ceja / en
el deber supremo, que es seguir” /.
Volver a intentarlo. Volver sin detenerse, sin pausa, porque - sigue
escribiendo Salinas - “Nos llenará la vida / ese puro volar sin hora
quieta“...
Voz vigía. Voz que alerte y corrija. Voz que oriente. “La voz debe
anteceder al hecho, / prevenirlo. / Después, no sirve para nada. / Es sólo
aire estremecido” (verso sobre Camboya, 8 de abril de 1979).
La anticipación, la gran victoria. El siglo XXI ha de ser el siglo del pueblo,
de la palabra, de la gente. No más la fuerza, la imposición de los pocos
sobre los muchos. No más la espada ni la mano alzada. Manos tendidas,
manos unidas. Y la voz. A contraviento. Valientemente. Como Quevedo:
“No he de callar por más que con el dedo ... / silencio avise o amenace
miedo”.
La voz debida, comprometida. Voz que libera a medida que se pronuncia.
Voz que puede ser asidero, cura. En 1995, escribí en París: ... “La voz / a
veces /no fue voz / por miedo. / La voz / que pudo ser remedio / y no fue
nada”.
José Ángel Valente, en su poema “Sobre el tiempo presente”, nos advierte:
“Escribo desde un naufragio.
Escribo sobre el tiempo presente.
Escribo... sobre lo que hemos destruido
sobre todo en nosotros.
Escribo desde la noche,
desde la infinita progresión de la sombra,
... desde el clamor del hombre y del trasmundo,
desde el genocidio,
desde los niños infinitamente muertos...
pero escribo también desde la vida ...
desde su grito poderoso.
Como Garcilaso “que tanto callar ya no podía”, alcemos nuestra voz. Voz
debida, voz de vida. Delito de silencio. “... Y que se oiga la voz de todos, /
solemnemente y clara”. Es el mensaje de Miquel Martí i Pol. ¡De todos!.
Clamor popular, para que un día no vuelvan hacia atrás su mirada nuestros
descendientes y piensen: “Podían y no se atrevieron. Esperábamos su voz,
y no llegó”.
El mar puede guardar silencio.
Nosotros, no.
Federico Mayor
Julio, 2004
miércoles, 22 de septiembre de 2010
...Y el espanto enmudeció sus sueños
Francisco Rivas Linares
“Lo que más miedo me da no son los fantasmas
ni las criaturas malvadas. Me asusta la clase
política, la corrupción… los grandes
corporativos… las leyes no escritas”.
Guillermo Del Toro. Director de cine.
El rostro con un rictus de espanto, los ojos fuera de sus órbitas en expresión de miedo, un susto a flor de piel y la suspensión del habla, tal fue la imagen que proyectó Felipe Calderón el trece de septiembre, en el momento de pasar lista de presentes a los Cadetes Héroes de Chapultepec y las salvas de la artillería, simultáneamente, iniciaron sus estruendos.
La sorpresa fue mayúscula y su nerviosismo evidente. ¿Qué pensaría? ¿Su frecuencia cardiaca a cuánto se habrá disparado? ¿Cómo sentiría el relajamiento de sus piernas al elevarse su adrenalina? ¿Supondría que la muerte habría burlado el séquito de su seguridad personal, filtrándose hasta las entrañas mismas del poder ahí reunido?
Dicen que el mejor aliado de los violentos es el miedo porque éste se sustenta en la ignorancia; y la ignorancia, como lo afirmara Simón Bolívar, es el instrumento ciego de la destrucción.
Los síntomas descritos en el rostro de Felipe Calderón, denotaron su perplejidad ante el atentado posible que lo convirtiera en una estadística más de los “daños colaterales”.
El sentirse vulnerable derrumbó su temple. Ese temple que suele exhibir cuando está en sus mensajes mediáticos, como lector de karaoke, justificando el asesinato de los inocentes de su personal guerra.
De manera que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, quien llegó a identificarse con las balandronadas copleras de “El Hijo Desobediente”… flaqueo.
Y así llegó a Los Pinos la expresión contra-analógica “El miedo no anda en burro”. Ese miedo gestado en la ineptitud para el manejo del conflicto que representa en sí la inseguridad, y que se ha traducido ya en más de veintiocho mil muertos.
Toda proporción guardada, en 1914 Ricardo Flores Magón pronunció un discurso censurando la intervención norteamericana. Principió su arenga citando los ingredientes de la burguesía, los cuales son HIPOCRECÍA, AMBICIÓN IRREFRENABLE Y MIEDO.
Tales cualidades aún conservan los burgueses del capital económico y del capital político: Son hipócritas, tienen una ambición desmedida y mantienen un miedo cerval, ese miedo atroz, tormentoso, que les hace mantenerse en alerta ante un peligro real o imaginario.
¿Acaso se detendrá el señor Calderón a reflexionar sobre el sufrimiento que padecen los huérfanos, los deshijados, las viudas y demás familiares que han perdido al ser querido y que de paso se les califica de sicarios y/o involucrados con la delincuencia?
Lo dudo. Ya hemos comprobado que nuestros políticos padecen de una terquedad de entendimiento.
“Lo que más miedo me da no son los fantasmas
ni las criaturas malvadas. Me asusta la clase
política, la corrupción… los grandes
corporativos… las leyes no escritas”.
Guillermo Del Toro. Director de cine.
El rostro con un rictus de espanto, los ojos fuera de sus órbitas en expresión de miedo, un susto a flor de piel y la suspensión del habla, tal fue la imagen que proyectó Felipe Calderón el trece de septiembre, en el momento de pasar lista de presentes a los Cadetes Héroes de Chapultepec y las salvas de la artillería, simultáneamente, iniciaron sus estruendos.
La sorpresa fue mayúscula y su nerviosismo evidente. ¿Qué pensaría? ¿Su frecuencia cardiaca a cuánto se habrá disparado? ¿Cómo sentiría el relajamiento de sus piernas al elevarse su adrenalina? ¿Supondría que la muerte habría burlado el séquito de su seguridad personal, filtrándose hasta las entrañas mismas del poder ahí reunido?
Dicen que el mejor aliado de los violentos es el miedo porque éste se sustenta en la ignorancia; y la ignorancia, como lo afirmara Simón Bolívar, es el instrumento ciego de la destrucción.
Los síntomas descritos en el rostro de Felipe Calderón, denotaron su perplejidad ante el atentado posible que lo convirtiera en una estadística más de los “daños colaterales”.
El sentirse vulnerable derrumbó su temple. Ese temple que suele exhibir cuando está en sus mensajes mediáticos, como lector de karaoke, justificando el asesinato de los inocentes de su personal guerra.
De manera que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, quien llegó a identificarse con las balandronadas copleras de “El Hijo Desobediente”… flaqueo.
Y así llegó a Los Pinos la expresión contra-analógica “El miedo no anda en burro”. Ese miedo gestado en la ineptitud para el manejo del conflicto que representa en sí la inseguridad, y que se ha traducido ya en más de veintiocho mil muertos.
Toda proporción guardada, en 1914 Ricardo Flores Magón pronunció un discurso censurando la intervención norteamericana. Principió su arenga citando los ingredientes de la burguesía, los cuales son HIPOCRECÍA, AMBICIÓN IRREFRENABLE Y MIEDO.
Tales cualidades aún conservan los burgueses del capital económico y del capital político: Son hipócritas, tienen una ambición desmedida y mantienen un miedo cerval, ese miedo atroz, tormentoso, que les hace mantenerse en alerta ante un peligro real o imaginario.
¿Acaso se detendrá el señor Calderón a reflexionar
Lo dudo. Ya hemos comprobado que nuestros políticos padecen de una terquedad de entendimiento.
domingo, 29 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
Los secretarios "chatarra"
Francisco RIVAS LINARES
"Los niños están presionados por una industria publicitaria que se ceba sobre ellos, ante la mirada cómplice de las autoridades. Ellos están en una edad muy moldeable, que no saben que los refrescos les pueden ocasionar serios problemas a futuro y ¿qué va a pasar?, aunque los papás no les den dinero o les manden lonches nutritivos, como pretende la Secretaría, los niños van a seguir consumiendo estos productos porque van a seguir teniéndolos a la mano".Alejandro Calvillo, presidente de la organización El Poder del Consumidor.
El Instituto Nacional de Salud Pública es un organismo académico que tiene como fin primordial realizar investigaciones sobre problemas que repercuten en la salud de la población. Sus aportaciones al respecto, están dirigidas a prevenir y controlar enfermedades clasificadas como relevantes.
Consultando el Boletín de Práctica Médica Efectiva, el cual es editado por el Instituto de referencia, define la obesidad como “… una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que se puede prevenir. Es un proceso que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético.”
Dos ideas eje destacan en el texto: Reconocer el problema de la obesidad como crónico y complejo; y la segunda, precisando que es en la infancia y adolescencia donde se inicia dicha enfermedad.
En el mismo boletín se aborda en términos de porcentaje la obesidad, clasificándola como una epidemia ya presente en nuestro país. Literalmente asevera: “Estudios recientes demuestran que la incidencia y prevalencia de la obesidad ha aumentado de manera progresiva durante los últimos seis decenios y de modo alarmante en los últimos 20 años, hasta alcanzar cifras de 10 a 20% en la infancia, 30 a 40% en la adolescencia y hasta 60 a 70% en los adultos.”
Ante estos alarmantes datos, en enero del presente año el gobierno federal puso en marcha el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, Estrategia contra el Sobrepeso y la Obesidad”, fijándose como propósito revertir la tendencia al sobrepeso, cuyas consecuencias se manifestaban en la propensión a enfermedades como la hipertensión arterial, enfermedades vasculares, infartos, diabetes y cáncer de mama, esófago y riñón.
En la firma del acuerdo mencionado, Felipe Calderón instruyó al Secretario de Educación Pública a utilizar todos los instrumentos legales a su alcance para impulsar UNA MEJOR NUTRICIÓN EN LOS CENTROS ESCOLARES DEL PAÍS.
Luego llegaron foros y faramallas de políticos simuladores. Se decían preocupados de que la escuela fuera el principal espacio donde se originaba la epidemia de la obesidad, debido a la venta sin control de la comida chatarra en las cooperativas escolares. Los legisladores, incluso, aprobaron las reformas a los artículos 65 y 66 de la Ley General de Salud que prevé la prohibición de comida chatarra en las escuelas y la obligatoriedad de practicar 30 minutos diarios de ejercicio físico.
Pero el gozo se vino al pozo. Confiar en nuestras autoridades y nuestros políticos ya constituye el colmo de nuestra candidez. Resulta que las empresas refresqueras y botaneras, agrupados en el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, desplegaron una fuerte labor de presión y “convencimiento” entre los impulsores de tales medidas para que no fueran aplicadas, logrando su cometido.
La Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, cuya sede se encuentra en Londres, Inglaterra, denunció ante la comunidad internacional el 4 de marzo del presente año que “… la falta de voluntad política por mejorar la sanidad pública y la complicidad de funcionarios con las empresas de productos chatarra han ocasionado que el problema de la obesidad infantil esté fuera de control en México.”
Ese es el dique que nos frena: “la complicidad de funcionarios con las empresas”. El sistema de poder que prevalece en nuestro país desde los años treinta, se ha fortalecido con el presidencialismo de derecha. La cúpula empresarial y financiera, así como los falsos liderazgos de sujetos sin escrúpulos, quienes bajo el compromiso de mantener controlados a los agremiados e incorporarlos a huestes partidistas a cambio de cuotas de poder y canonjías personales, son parte de esa red interventora que mantiene en cautiverio a la nación.
Alonso Lujambio fue impuesto por Elba Esther Gordillo para que mancornado con su yerno Fernando González, subsecretario de educación básica, pudiera mantenerse como gran cacica del sistema educativo. En consecuencia, no sería equívoca la suposición peticionaria de los interesados industriosos, a fin de que ejerciera influencia hacia el Secretario de Educación para que desistiera en sus propósitos primarios de retirar los productos chatarra de los estantes de las cooperativas.
De los otros dos secretarios, el de economía y el de salud, es obvio el comentario, pues todos son hermanos de la misma madriguera. La corrupción en México no tiene parangón en ningún otro país. Sapo y pedrada corren juntos.
miércoles, 11 de agosto de 2010
La ingenuidad "encantadora"
Francisco Rivas Linares
“Tenemos que producir una educación
significativa a través de la crítica;
para que a partir de ella, transformarla
en emancipadora”
Cuando los mensajes se dirigen a públicos ausentes, a escuchas que se encuentran más allá del ámbito inmediato del hablante, estaríamos ante una exposición retórica. Y la retórica, en una de sus acepciones, no es más que palabrería dicha para engatusar o engañar incautos. Aunque también es un recurso que se emplea lo mismo para obtener simpatía barata como para alcanzar justificaciones utilitarias, faltando –obviamente- a la verdad.
Los políticos, dominados por la inseguridad, recurren frecuentemente a los gazapos ocultos en su verborrea. Para alcanzar la seducción del oído, asumen un estilo modosito; y procurándose un público ingenuo predispuesto al aplauso espontáneo, montan un tinglado para el lucimiento personal.
Para la retahíla de tonterías no hay crédulos que valgan. ¿De dónde sacaría la maestra Graciela Carmina Andrade García Peláez, Secretaria de Educación en nuestro Estado, que sólo se perdieron cinco días laborables durante el año escolar que acaba de concluir, enfatizando tal mentira con la expresión chocante de “récord histórico”? Me respondo: de las alforjas del engaño. Por esta razón, la aseveración de marras no sólo resulta agresiva, sino hasta impertinente.
El uso político del lenguaje hace que éste sea tosco e impreciso, propio para expresar ideas disparatadas. Su empleo denota no sólo falta de claridad en el pensamiento, sino hasta frivolidad y degeneración. Esto sería suficiente para censurar su aplicación en asuntos tan delicados como el educativo.
La educación no es un producto para escaparates. Menos aún para lucimientos personeros. Después de esquilmarle al pueblo sus derechos, la educación es el último recurso liberador que le queda; y por eso debemos evitar que ésta sea contaminada por personas que, sin escrúpulos, aspiran a utilizarla como propaganda estratégica.
Muchas contingencias que motivaron suspensiones padecieron los escolares durante el año escolar 2009-2010: Administrativas, sindicales, académicas, ambientales, y otras tantas surgidas en las ocurrencias espontáneas. Fue notorio el adelanto de la conclusión del año escolar, hasta por tres semanas anticipadas sin mediar explicación alguna. Y no obstante de hacerse la denuncia pública de tal abuso, las autoridades responsables del ramo ningunearon a los padres de familia.
Se asegura que “…la educación en Michoacán tiene rumbo” sólo porque de los 69 indicadores que mide la federación hubo una mejora en 23, aunque empeoramos en 13 y nos mantuvimos igual de malos en 33. ¿Dónde está el equilibrio que nos ofrezca la ocasión para el gusto? ¿Conoce usted los referentes de tales indicadores que le permitan ejercitar la reflexión comparativa? Usted, padre de familia, ¿tiene nociones sobre el rumbo que sigue la educación de sus hijos?
¡Y sin embargo se asevera que nos encontramos ante un “record histórico”!
En el informe de la secretaria se citaron abundantes cifras para los bostezos. Certificados, boletas, inscripciones, maestros, alumnos, escuelas, uniformes, zapatos, útiles escolares, becas… todo por miles y cientos de miles. Nula calidad de los servicios. Mucha cantidad para el halago, para la fiesta y el
triunfalismo anodino. Y como suele suceder, se cierra el jolgorio con la expresión trillada: Hemos avanzado, pero falta mucho por hacer.
Este es el léxico de los políticos. Esta es la semántica del lenguaje electorero. Viejo estilo que si no se ha caído, es gracias a la fortaleza de las columnas de la corrupción. No cabe duda que en la política se arraiga profundamente el sentido del ridículo.
miércoles, 28 de julio de 2010
LA PARODIA DE LOS ESQUIZOIDES
Francisco RIVAS-LINARES
“Como tendencia general de todos los hombres, destaca un perpetuo e impaciente deseo de poder y de más poder, que solamente cesa con la muerte. Y esto no se debe al mayor placer que se espera sino al hecho de que el poder no puede garantizarse sino buscando aún más poder.” Hobbes
La esquizofrenia, como trastorno mental que se manifiesta con cambios o mutaciones en la personalidad del individuo, ha cobrado coto de establecimiento en las conductas de quienes viven los delirios del poder absoluto.
Pautados por una deformación perceptiva de la realidad, una persona dominada por los síntomas esquizofrénicos antepone la práctica del poder al ejercicio de la autoridad. Y el resultado es una acentuada disfunción social.
El frenesí del poder de la testosterona lo imponen como dominio. La razón y el buen juicio quedan en la aridez del abandono. Dueños del destino ajeno, ellos deciden un día ser filantrópicos y al siguiente los leviatanes.
El modelo institucional del poder es el Estado, un poder que supuestamente debería tener como razón de su existencia atender los intereses de la totalidad; más, al ser pervertido, sólo escucha a una élite o clase social. Y aquí encontramos las dos enfermedades del poder: la corrupción y la impunidad.
¿Qué está sucediendo en nuestro país? ¿Cómo nos ven nuestros gobernantes? ¿Qué somos nosotros para los responsables de impartir justicia? Ante la praxis de un poder esquizofrénico, estas y muchas otras preguntas nos deben obligar al ejercicio del análisis crítico.
La falsa conciencia de la realidad ha fertilizado las nuevas estructuras del poder, una composición que impide comprender la complejidad del todo social, sus factores, el contexto, el entorno, en fin.
Por eso Felipe Calderón se ciega ante la pila de cadáveres cosechados diariamente. Por eso su indolencia ante las consecuencias trágicas que padecen las familias. Y luego nos culpa de tener una percepción diferente a la suya, una percepción rígida, invariable y por lo tanto dogmática. El parte militar, el informe judicial y el interés político, le han construido una falsa conciencia, introduciéndole rasgos esquizofrénicos a su quehacer político.
Las ideas mágico-religiosas han sustituido al proceso comprobatorio de sus argumentos. Ya no le importa explicar con la objetividad del demócrata, sino que engaña con la subjetividad del autócrata.
La fidelidad es la condición sustantiva que exige de sus colaboradores. Así asegura la aplicación exacta de sus dictados, los cuales están desligados completamente de los hechos. Y ante la ineficacia ventea las culpas, convoca a los medios para dar noticia de las buenas venturas, exhorta al paisanaje para unirse al orfeón de los halagos y descalifica a quienes osen criticarle.
La metástasis de la esquizofrenia política alcanza a todos los poderes. Así tenemos un poder judicial cuyos ministros deciden conforme a sus veleidades dominantes. Resoluciones para la repulsa social han sido su marca de casa. También cargamos a cuestas con un congreso totalmente desdibujado por sus diputados y senadores, quienes sucumben en las negociaciones de pasillo. Un congreso que solapa las arbitrariedades y no se atreve a legislar para imponer cotos.
Concluyo. Nuestra casta de politicastros está ajena y distante del pueblo. Chapulines que parasitan en la hacienda común de la nación, se han galvanizado con la desvergüenza y el cinismo. Hoy la ciencia del buen gobierno se escenifica en el tinglado como una parodia con los esquizoides.
Tenemos que dejar nuestra estrechez de acción. Es un deber liberarnos de la dominación de los políticos acomodaticios. Es necesario defender al Estado Mexicano. Sólo el pueblo podrá hacerlo. Empecemos por desechar los medios manipuladores, que hacen de los comunicados oficialistas decretos de veracidad y expulsemos a los navajeros de la política, ahora enemigos de la concordia y del sentido común.
“Como tendencia general de todos los hombres, destaca un perpetuo e impaciente deseo de poder y de más poder, que solamente cesa con la muerte. Y esto no se debe al mayor placer que se espera sino al hecho de que el poder no puede garantizarse sino buscando aún más poder.” Hobbes
La esquizofrenia, como trastorno mental que se manifiesta con cambios o mutaciones en la personalidad del individuo, ha cobrado coto de establecimiento en las conductas de quienes viven los delirios del poder absoluto.
Pautados por una deformación perceptiva de la realidad, una persona dominada por los síntomas esquizofrénicos antepone la práctica del poder al ejercicio de la autoridad. Y el resultado es una acentuada disfunción social.
El frenesí del poder de la testosterona lo imponen como dominio. La razón y el buen juicio quedan en la aridez del abandono. Dueños del destino ajeno, ellos deciden un día ser filantrópicos y al siguiente los leviatanes.
El modelo institucional del poder es el Estado, un poder que supuestamente debería tener como razón de su existencia atender los intereses de la totalidad; más, al ser pervertido, sólo escucha a una élite o clase social. Y aquí encontramos las dos enfermedades del poder: la corrupción y la impunidad.
¿Qué está sucediendo en nuestro país? ¿Cómo nos ven nuestros gobernantes? ¿Qué somos nosotros para los responsables de impartir justicia? Ante la praxis de un poder esquizofrénico, estas y muchas otras preguntas nos deben obligar al ejercicio del análisis crítico.
La falsa conciencia de la realidad ha fertilizado las nuevas estructuras del poder, una composición que impide comprender la complejidad del todo social, sus factores, el contexto, el entorno, en fin.
Por eso Felipe Calderón se ciega ante la pila de cadáveres cosechados diariamente. Por eso su indolencia ante las consecuencias trágicas que padecen las familias. Y luego nos culpa de tener una percepción diferente a la suya, una percepción rígida, invariable y por lo tanto dogmática. El parte militar, el informe judicial y el interés político, le han construido una falsa conciencia, introduciéndole rasgos esquizofrénicos a su quehacer político.
Las ideas mágico-religiosas han sustituido al proceso comprobatorio de sus argumentos. Ya no le importa explicar con la objetividad del demócrata, sino que engaña con la subjetividad del autócrata.
La fidelidad es la condición sustantiva que exige de sus colaboradores. Así asegura la aplicación exacta de sus dictados, los cuales están desligados completamente de los hechos. Y ante la ineficacia ventea las culpas, convoca a los medios para dar noticia de las buenas venturas, exhorta al paisanaje para unirse al orfeón de los halagos y descalifica a quienes osen criticarle.
La metástasis de la esquizofrenia política alcanza a todos los poderes. Así tenemos un poder judicial cuyos ministros deciden conforme a sus veleidades dominantes. Resoluciones para la repulsa social han sido su marca de casa. También cargamos a cuestas con un congreso totalmente desdibujado por sus diputados y senadores, quienes sucumben en las negociaciones de pasillo. Un congreso que solapa las arbitrariedades y no se atreve a legislar para imponer cotos.
Concluyo. Nuestra casta de politicastros está ajena y distante del pueblo. Chapulines que parasitan en la hacienda común de la nación, se han galvanizado con la desvergüenza y el cinismo. Hoy la ciencia del buen gobierno se escenifica en el tinglado como una parodia con los esquizoides.
Tenemos que dejar nuestra estrechez de acción. Es un deber liberarnos de la dominación de los políticos acomodaticios. Es necesario defender al Estado Mexicano. Sólo el pueblo podrá hacerlo. Empecemos por desechar los medios manipuladores, que hacen de los comunicados oficialistas decretos de veracidad y expulsemos a los navajeros de la política, ahora enemigos de la concordia y del sentido común.
miércoles, 21 de julio de 2010
Y el "hijo desobediente" terminó por ser el presidente del desastre
Francisco RIVAS LINARES
“Quítese de aquí mi padre que estoy más bravo que un león, no vaya a sacar la espada y le traspase el corazón” Corrido “El hijo desobediente”, como tal se hiciera llamar Felipe Calderón en sus ritos de campaña electoral.
El sector patronal expone sus propuestas económicas. La clase política discute la posesión de jerarquías de gobierno. Los funcionarios imponen estructura a fin de mantenerse en las preferencias de los “jefes”. Los líderes sindicales radicalizan los mecanismos de control. Pero el pueblo, en el que se deposita la fuerza auténtica del poder para torcer rumbos equivocados, se encuentra al margen de cualquier índice de justicia. No es escuchado, a pesar de la estridencia de sus reclamos. Es ninguneado, no obstante que en él debería radicar la optimización del ejercicio del poder, según el texto constitucional.
El grito “Todo el poder al pueblo” se queda en el reduccionismo del reclamo. Es lo único que nos resta: gritar, solicitar, exigir, protestar, pedir o demandar. Luego viene el silencio de la frustración, el coraje reprimido, la gestación del odio. Y ante la ineficaz exigencia de justicia, se invoca la venganza.
La Confederación Patronal de la República Mexicana y el Consejo Coordinador Empresarial se mantienen en su innoble empeño: imponernos el IVA en los alimentos y las medicinas. Pretenden remitir al Congreso de la Unión una propuesta con ese propósito, para que sea discutida y aprobada en su próximo Periodo Ordinario de septiembre.
Pasados los tiempos electoreros, las necesidades del pueblo retornaron a su consabido plano secundario. Vuelve, pues, la normalidad. Y la normalidad es gobernar para los pocos en detrimento de los muchos. La justicia social no se concreta, porque la impunidad favorece a quienes tienen para comprarla.
Los padres de la Guardería ABC esperaron 14 meses para ser atendidos por Felipe Calderón. No llevó en sus alforjas la justicia, sino dinero para comprar el dolor de quienes, huérfanos de sus hijos, demandan castigo para los responsables de su tragedia.
Si la ley, como norma jurídica, es regulatoria de nuestra convivencia, el gobierno la pervierte y con chicanerías obsequia protección a delincuentes de casimir inglés.
Los electricistas mantienen su expresión de protesta pacífica. La huelga de hambre de Cayetano Cabrera y Miguel Ibarra los ha puesto en el bordo de un fatal desenlace. Y Calderón, influido por el salinismo cínico, ni los ve ni los oye. Es duro de entendederas. Pero si se tratara de personajes de utilería para su insulsa campaña mediática, ya tendría, seguramente, la cobertura nacional.
Primar la justicia es deber de todo gobernante. Una justicia natural, inherente a la condición humana. Una justicia basada en el conocimiento derivado del juicio ético. Más pedirle esto a un gobernante espurio, es tanto como reclamarle rapidez mental al hombre de cromagnon.
Cansados de los predicadores políticos, se replantea la pregunta: ¿Qué hacer? ¿Qué hacer con un gobernante que llegó a Los Pinos sin –al menos- un instructivo, tomando decisiones a palos de ciego? Nos debatimos entre la ansiedad, el disgusto y la frustración. Y en tal circunscripción sólo estaremos cosechando pobreza.
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