lunes, 28 de enero de 2013

Fausto y su política de impunidad



Francisco Rivas Linares

Próximo a cumplir el primer año de gobierno del lic. Fausto Vallejo Figueroa, percibimos que uno de los factores que le han caracterizado hasta este instante, es la tendencia a conceder impunidad. Desde su arribo al Solio de Ocampo ha estado denunciando la debacle financiera que heredó de los gobiernos emanados del PRD. No hay día en que en términos declarativos citen cifras que oscilan entre 25 mil 376 millones de pesos hasta 40 mil millones de pesos, provocando la confusión ciudadana a tal grado que comienza a generarnos dudas sobre la autenticidad de lo que se cita.

 

Lo que no se ha explicado con claridad meridiana es el por qué no hay responsables específicos. Siempre los señalamientos se dirigen en términos genéricos, pues son referidos al gobierno de Leonel Godoy Rangel. Y hasta ahí llega su denuncia. Los exfuncionarios perredistas siguen navegando entre su falsa honestidad y honradez, lo que deja mucho que desear de la actual administración.

 

¿Por qué tanta complacencia? ¿Qué arreglos están operando en los concordatos sotaneros que impiden dar cumplimiento al ejercicio de la denuncia penal o administrativa? ¿Acaso el lic. Fausto está dispuesto a transitar toda la ruta de su gobierno con este fardo de expoliación financiera?

 

La impunidad y la corrupción son dos formas de comportamiento que asumen y ejercitan nuestros políticos, un ejercicio crónico que nos quieren endilgar como un mal tolerable en nuestro corrupto sistema. Así, cuando la ciudadanía reclama la omisión de los gobernantes para proceder conforme los dictados de las leyes, suelen respondernos que no aplicarán una cacería de brujas ni politizarán el problema. Los sospechosos potenciales, a su vez, expresan sus propias frases exculpatorias: Se trata de revanchismos políticos, cortinas de humo para ocultar fallas actuales o, ya en el delirio, ponen acento en el show mediático.

 

Juan Sabines en Chiapas, Humberto Moreira en Coahuila, Fidel Herrera en Veracruz, Ulises Ruíz en Oaxaca, Amalia García en Zacatecas, Andrés Granier en Tabasco, Ángel Aguirre en Guerrero, Mario Marín en Puebla y, por supuesto, Leonel Godoy en Michoacán. Todos enredados en saqueos a las arcas públicas y regodeándose en la impunidad por la omisión de quienes les siguieron.

 

Carlos Fuentes en su novela “La Muerte de Artemio Cruz”, pone en boca del personaje Gamaliel Bernal las palabras siguientes: “…desventurado país que  cada generación tiene que destruir a los antiguos poseedores y sustituirlos por nuevos amos, tan rapaces y ambiciosos como los anteriores…” Y así ha sido siempre en nuestro México tan depauperado. En cada proceso electoral creemos destruir la corrupción y el cinismo. Caemos en las trampas demagógicas de quienes demandan nuestro sufragio y caemos por igual en el mismo fango.

 

Un año… un año de auditorías, arqueos, investigaciones y muchas faramallas declarativas, pero nada en concreto. Y cuando un gobernante dilata la justicia pierde su legitimidad y el apoyo de sus gobernados.

 

Finalmente, el día de ayer trascendió la noticia de que el PRI promoverá el iva para alimentos y medicinas. Al efecto el partido de marras modificará sus documentos básicos para promover dicho gravamen, además de aceptar una mayor inversión privada en Petróleos Mexicanos. Lástima, los priístas no han entendido aún el significado de ser solidarios con el pueblo.

viernes, 4 de enero de 2013

Impuestos: el empacho del poder




Francisco RIVAS LINARES

Las declaraciones reiterativas del director de la paramunicipal Ooapas, en el sentido de la urgente necesidad de aumentar el costo tarifario al consumo del agua potable, encontró su consumación en un incremento equivalente al 8%. Así, quienes se dicen gobernar para el pueblo, aplican la verticalidad del lenguaje.

 

Sólo él poder habla, sólo el poder dicta; y a los usuarios pretenden reducirnos al silencio y la obediencia pues de lo contrario de no acatar el incremento de marras se correrá el riesgo de que, al dicho de ellos,  “…empecemos a tener menos agua por los problemas que enfrenta el organismo para operar”.

 

La imposición de la cultura recaudatoria que tanto gusta a quienes arriban al poder, contrasta con la reducción de los servicios que obligadamente debería proporcionar el Ayuntamiento. Así tenemos, por ejemplo, que la recolección de la basura se concesionó a organizaciones que exigen pagos no sujetos a control, quedando cautivos los habitantes del municipio a un cobro plegado al dicho “según el sapo es la pedrada”.

 

El costo del alumbrado público ya lo asumimos mediante un encaje que se nos endosa en el recibo de la Comisión Federal de Electricidad, no obstante su inconstitucionalidad. Mucho se ha debatido en torno a este asunto; sin embargo, los gobernantes deciden y no hay manera de hacerlos retroceder.

 

Al respecto en la Jornada de Michoacán del 23 de septiembre pasado, se publicó un exhorto del director de alumbrado público dirigido a la ciudadanía para que no tramitáramos ningún amparo que nos eximiera del impuesto correspondiente a este servicio; y al reconocer que 50 personas ya no lo pagaban por tener tal beneficio del multicitado amparo, aseguró que la mayoría de tales personas corresponden a empresas trasnacionales. ¿No sería justo que nos diera a conocer cuáles son esas empresas trasnacionales a las que todos nosotros les estamos pagando el disfrute del alumbrado público? ¿Por qué el funcionario no hace el exhorto a dichas empresas para que renuncien a los beneficios del amparo que les fue concedido?

 

Pero volviendo al asunto del Ooapas, su situación de quiebra técnica se debe atribuir a la pésima administración de un personaje que gozaba de la simpatía política de las dos administraciones anteriores. No obstante que se le demandaba al licenciado Fausto Vallejo que removiera al señor Juan Luis Calderón de la dirección del organismo, hizo mutis y no procedió así, tal vez buscando el afecto y la voluntad hacia el municipio del señor Felipe Calderón, entonces presidente de la república y hermano del personaje que citamos.

 

Lo que llama la atención es que bajo parecidos argumentos que se esgrimieron para desaparecer Luz y Fuerza del Centro, culpando a los trabajadores de dilapidación de recursos públicos, ahora se enfilan las baterías en contra de las prestaciones logradas por los obreros del organismo, como si la cancelación de las mismas fuera la panacea para superar el escollo.

 

Si hay crisis en las empresas es por culpa de los trabajadores. Si hay crisis en los fondos de pensiones es por culpa de los pensionados. Si hay crisis en los gobiernos es por culpa de los empleados. Bonita ecuación encontraron nuestros políticos para seguir sometiéndonos a la “jodienda”

 

Nada bien nos pinta el año con estos gobiernos. Si el incremento al salario mínimo fue de 3.9% y al agua le suben 8% y el pago por trámites y servicios tendrán un incremento de 4%, pues ya anularon de hecho el aumento miserable del salario mínimo.

 

Tal parece que las únicas funciones que tiene el gobierno es la de agredir y ejercer en exclusividad la autoridad, cuyo propósito es oprimir a sus gobernados. Tal parece que su esencia es la dominación o al menos su tendencia. El establecimiento y recolección compulsiva de impuestos constituye una agresión permanente de los gobiernos hacia los ciudadanos. Sólo están pensando en imponer cobros bajo argumentos tan abstractos como el desarrollo y el progreso sociales.