jueves, 18 de noviembre de 2010
El soporte mutuo de los deleznables
Francisco RIVAS-LINARES
"El mínimo a Calderón
por baquetón".
Demanda popular.
Se pone a prueba nuestra memoria. Entre los barruntos de nota roja y mensajes oficiales, lo memorioso se margina. Sucumbe ante el embate de nuevos acontecimientos y trivialidades. El obituario se rebasa día tras día. Nuevas ejecuciones, mutilados, secuestros, desaparecidos, en fin, notas que por su frecuencia nos parece que son hechas para el olvido.
Los lisiados del juicio, los politicastros, se clavan divagando en el éter de su futuro inmediato. La alta burocracia sí tiene futuro, no así quienes se desgastan cotidianamente en la jodienda. Para los políticos lo único importante es su actualidad en una foto pues, como decía Jorge Luis Borges, “el ser del político es ser retratado, ya que para ellos eso es el principio, el medio y el fin de su singular concepto del mundo”.
Ellos disponen del país como si fuera propio. Los recursos públicos son utilizados de manera discrecional e irresponsable. Se adjudican beneficios en exceso a costa de un país que se debate en la pobreza. Y en su cinismo, se declaran benefactores de la patria y se auto-reconocen en discursos expresivos.
Al aprobar el presupuesto de egresos para la federación, los diputados decidieron: No reducir, mucho menos cancelar, el pago de seguros médicos mayores de la alta burocracia federal (pues les asustan los servicios que otorga el IMSS e ISSSTE); el aumento al precio de los cigarros, cuya diferencia sería aplicado al sistema de salud por un monto cercano a los doce mil millones de pesos, no fueron para tal apartado y se perdieron en la distribución clientelista; a los ex-braceros, víctimas del robo descarado de sus fondos de ahorro por el gobierno federal desde 1942, les negaron 5 mil 300 millones de pesos para su pago correspondiente, asignándoles únicamente 1,200 millones de pesos.
Los incrementos salariales exorbitantes para el Presidente (198 mil 870 pesos), a los Secretarios de Estado (196 mil 847 pesos), a los Subsecretarios de Estado (196 mil 626 pesos) y Oficiales Mayores (191 mil 856 pesos), son indignantes, mientras que el incremento al salario mínimo fue de 4.85% que se traduce en 2 pesos cincuenta centavos.
Y el colmo, los expresidentes recibirán el mismo incremento en su pensión. De este modo, Echeverría, Alexandra Acimovic viuda de López Portillo, mejor conocida como Shasha Montenegro, De la Madrid, Salinas de Gortari y Vicente Fox tendrán el mismo salario del presidente en activo, como si nos les hubiera bastado el saqueo que aplicaron a la hacienda pública.
También resultan deleznables los beneficios económicos asignados a los ministros de la Suprema Corte, quienes además de sus elevados sueldos (333 mil 284 pesos mensuales), reciben montos elevados por concepto de viáticos, comidas y comisiones al extranjero. Su presidente, el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, es el burócrata mejor pagado de México (y seguramente del mundo): 499 mil 124 pesos mensuales incluyendo prestaciones tan irrisorias, como mil pesos que cobra como estímulo por el día de la madre y 3 mil 100 pesos de ayuda de anteojos.
En el primer informe del proyecto El uso y abuso de los recursos públicos, el Centro de Investigación y Docencia Económicas expresa en el apartado ¿Por qué nos cuesta tanto dinero la Suprema Corte? lo siguiente:
“La reforma de 1994, estableció a nivel constitucional que los ministros duraran 15 años en su cargo, que no podrán ser removidos salvo por juicio político o desafuero, que sus sueldos no podrán ser disminuidos y que cuando se retiren tendrán derecho a una pensión vitalicia.” Termino la cita expresando: A cada quien su ley. Para ellos manga ancha, para el pueblo el abandono institucional y social.
Y en el escándalo de la corrupción, ¿cómo mantener la esperanza con estos bandoleros enquistados en las ubres de la patria? ¿Qué hacer con estos ministros, burócratas y políticos de angora que al traicionar al pueblo se han herrado el signo de Judas en la frente? Los deleznables se soportan en sí y para sí.Tal es su consigna.
Dejemos de convertir la reflexión en lamento. Tenemos que encender las brasas dormidas de la rebeldía.
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