lunes, 1 de noviembre de 2010
El doble lenguaje de los "políticos"
Francisco RIVAS-LINARES
“…los mexicanos debemos emprender de una vez por todas el asalto a la altura y que hacerlo presupone superar nuestras simulaciones y realizar el ejercicio doloroso de vernos en el espejo tal como somos.” Agustín Basave. Mexicanidad y esquizofrenia.
A siete meses de iniciarse el proceso electoral para renovar los poderes ejecutivo y legislativo de nuestra entidad y sus 113 presidencias municipales, los aspirantes a ocupar el Solio de Ocampo se encuentran hiperactivos para lograr su nominación partidista.
Y como es su costumbre, todos hacen lo que dicen no hacer; es decir, se vuelcan en promocionales personalísimos para mantenerse vigentes en la memoria del electorado, exponiendo que no es tal su propósito, sino que son actividades propias de su función específica en el gobierno y/o partido político.
Fausto Vallejo Figueroa se montó en el programa de promoción turística “Morelia está en ti”, diseñado por el publicista Roberto Monroy. Una exposición fotográfica itinerante que recorre las cabeceras municipales del estado, con espectáculos y diversiones feriales complementarios.
La ocasión es aprovechada por el político. Después de bañarse de pueblo, se reúne “… a puerta cerrada y a invitación de sus amigos, en contacto con algunos cuadros del partido tricolor, siempre respetuoso de la legalidad electoral y de su partido, el Revolucionario Institucional” como lo expresa la crónica del diario “Gente del Balsas.”
La nota del evento cubierta por la prensa regional, no sólo pondera las cualidades del Programa turístico, sino que exalta además los atributos del político moreliano. Por eso, ganado por el entusiasmo, declaró: “No quiero ser candidato, quiero ser gobernador”.
Luisa María Calderón Hinojosa organizó un reventón para celebrar su cumpleaños. Convocó al festín campirano a políticos prominentes del gobierno de su hermano Felipe y se dejó mimar al grito de las porras ex profeso: “Cocoa gobernadora”.
Para eso la utilería política se pinta sola. Los Secretarios de Estado y gobernadores de Guanajuato y Morelos, traían en sus alforjas el destape tempranero. Y felizmente cumplieron como buenos y sacrificados genuflexos de la hermana del Tlatoani.
Y entre los perredistas Silvano Aureoles, Antonio Soto, Uriel López, Fidel Calderón y Enrique Bautista, han deslizado el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas Batel. Se pretende calibrar la respuesta del electorado con uno más de la dinastía Cárdenas, como si con el hermano Lázaro no hubiéramos tenido bastante.
En fin, todos los que quieren se promueven, disfrazan su querencia aspiracional y dicen respetar la legalidad. ¿Por qué no mirarse en el espejo y hablarse con sinceridad, sin máscara ni botarga para aceptar lo evidente, aún transgrediendo lo que llaman como “legalidad”? Con sus simulaciones y propagandas subyacentes entre festines y exposiciones, lo único que atropellan es la dignidad de un pueblo que ya no cree en sus políticos. Más, si es así, ¿para qué tanta tramoya?
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