Francisco RIVAS LINARES
El
país que sirvió como punta de lanza para instalar el sistema económico
neoliberal en América, fue Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Entre las reformas neoliberales que impuso el dictador en 1981, se encuentran
las escuelas voucher o escuelas vale. Este sistema educativo consiste en
subvencionar a instituciones educativas administradas por particulares.
Iré
por partes: Si hablo de instituciones subvencionadas, primeramente consultemos
lo que significa subvención. El
Diccionario de Economía y Finanzas de la Enciclopedia Virtual, dice: Subvención. Subsidios que se dan a particulares
para alentar ciertas actividades económicas específicas, en especial aquéllas
que no podrían desarrollarse sin algún tipo de apoyo externo. Son corrientes
las subvenciones a instituciones educativas y culturales. También se
subvencionan a veces otras actividades productivas, como industrias
consideradas estratégicas o de desarrollo incipiente.
Uno
de los derechos humanos con valor universal, es el derecho a la educación. Al
efecto al Estado se le obliga a respetar, proteger y cumplir el derecho de
referencia. En Chile, para liberarse el Estado del gasto que le implicaba tal
obligación, concedió facilidades para que particulares abrieras instituciones
con nuevas propuestas educativas, y para conservar el principio de “educación
pública gratuita”, optó por entregar a los padres de familia vales por
diferentes montos, mismos que ellos harían valer en la escuela privada de su
preferencia, bajo la condición de que si su costo fuera mayor al monto del
vale, los padres pondrían la diferencia.
Otra
de sus modalidades es que el Estado entregue directamente a las escuelas un
subsidio de acuerdo al número de alumnos que atenderá, sin que medie el
obsequio de los voucher o vales a los padres de familia. Habremos
de agregar que este tipo de escuelas públicas subsidiadas, también recibirán un
monto fijo para la inversión de capital inicial, tener ingresos por donaciones
de particulares u organizaciones y corporaciones con sus incentivos fiscales
correspondientes, así como de los rendimientos financieros de inversiones
propias.
La
educación pública impartida por el Estado pasó a segundo término. El mercado
educativo de los particulares la fue desplazando a tal grado que en la
actualidad el 65% de la educación chilena está administrada por particulares.
De aquí inferimos que el Estado deja su rol como único ofertante de escuelas
públicas, pasando a competir con los particulares.
Este
es el negocio al que aspiran quienes ostentan el poder económico. La educación
ya no será un servicio de carácter social, sino un servicio de carácter
lucrativo.
A
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se le
atribuye la paternidad de esta modalidad y ya se encuentra instalada en otros
países que pertenecen al organismo aunque con diferente nombre: Estados Unidos
les llama Charter School o Escuelas Carta; en Inglaterra y el País
de Gales, se les denomina Escuelas de
Cimentación; en Nueva Zelanda, Escuelas
Christchurch; en Suecia, Escuelas
Libres.
Lo
hasta aquí expuesto, hace referencia a la forma de sostenimiento de esta
modalidad de escuelas denominadas Charter.
Ahora citaré algunas de sus características constitutivas y esructurales:
1.-
Son escuelas públicas, gratuitas, administradas por particulares, no por el
Estado. 2.- El personal docente, administrativo, manual, etc., no son empleados
públicos. 3.- Los contenidos de la enseñanza no forman parte de los programas
oficiales, sino que son definidos por los particulares. 4.- Cada escuela
negocia su propia licencia operativa, la cual tendrá una duración convenida. 5.-
Cada escuela establece sus políticas de admisión, retención y promoción
utilizadas; así como el calendario escolar, contenidos curriculares,
metodologías y formas de evaluación. 6.- Eligen su propio consejo directivo.
7.- No están sujetas a las reglamentaciones que regulan la actividad de la
educación pública. 8.- Definen los lineamientos de su propuesta pedagógica.
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