sábado, 21 de marzo de 2009
Argucias contra Gloria y Jacobo
(Columna "Los de abajo", de Gloria Muñoz Ramírez. la Jornada. 21 de marzo de 2009)
Gloria Arenas Agis y Jacobo Silva Nogales, pareja de ex guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), fueron encarcelados hace nueve años y cinco meses por delitos que no cometieron. El pasado 11 de marzo les fue concedido un amparo, liso y llano, por la causa penal radicada en Guerrero, con el que obtendrían por fin su liberad. No fue así; las argucias jurídicas del Estado los harán enfrentar otro proceso penal por asociación delictuosa, con sentencia de cinco años en Toluca, estado de México.
Por ahora sólo quiero decir que Jacobo y yo estábamos conscientes de que iba a surgir un nuevo impedimento jurídico para nuestra libertad y estamos listos para lo que venga. Vivimos en un país donde las leyes se aplican de acuerdo con los intereses de los poderosos. Es por eso que tenemos que seguir luchando para exigir nuestra libertad y la de todas y todos los presos políticos, escribió Gloria Arenas desde su celda en el penal de Chiconautla.
Las vidas de Gloria y Jacobo, ex alias Aurora y Antonio, no son las de cualquiera. Pertenecen a una generación de luchadores que lo han dejado todo por defender sus pensamientos revolucionarios. Se puede estar de acuerdo o no con el camino que eligieron, pero no son terroristas, asesinos, narcotraficantes, secuestradores o rateros. Al momento de su detención pertenecían a las filas del ERPI, escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Su encarcelamiento los saca de la clandestinidad, rompen vínculos con el grupo guerrillero y recuperan sus nombres originales. Pasan así, desde la cárcel, a la lucha pacífica y abierta. En 2005 se integran a la iniciativa política zapatista denominada la otra campaña.
Gloria y Jacobo son pareja desde 1986 y tienen una hija. Ninguno de los tres ha vuelto a verse desde su detención, en octubre de 1999. Elizabeth Silva Nogales, hermana de Jacobo y una de las más fervientes activistas que luchan por la libertad de la pareja, afirma que durante casi una década a ninguno de los dos los ha visto “tristes ni deprimidos, y se estaban preparando mentalmente para un revés jurídico que les impidiera la excarcelación…”
Al conocerse los rumores de que podrían ser dejados en libertad y de inmediato ser detenidos otra vez, diversas organizaciones sociales y de derechos humanos se trasladaron al penal de alta seguridad del Altiplano, donde se encuentra Jacobo, y al de Chiconaulta, en el que permanece Gloria. Hoy seguimos injustamente presos, pero vamos a salir. Y desde donde estemos, fuera o dentro de estas prisiones que nos separan, seguiremos intentando construir un mundo distinto y mejor, afirma Gloria, a nombre de los dos, en un mensaje de agradecimiento por la solidaridad.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx
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