miércoles, 30 de julio de 2014
sábado, 26 de julio de 2014
Beneficiarios de la Reforma Energética
Francisco RIVAS LINARES
En 1929 José Vasconcelos decidió
contender por la presidencia de la república. En uno de sus actos proselitistas
se encontraba arengando al pueblo para que le concediera su voto. En el clímax
de su exposición, un vendedor de globos dejó escapar un globo, el que al tomar
altura llamó la atención de la gente distrayéndola de lo que exponía el orador.
José Vasconcelos al verse
impotente para recuperar la motivación del auditorio, sintiéndose víctima del
desdén lanzó un sonoro grito que hizo voltear a más de uno: ¡Pueblo globero!
En la columna política del 28 de
febrero del presente año, abordé el tema relativo a “la sociedad del
espectáculo”, tesis planteada inicialmente por el filósofo francés Guy Debord
para alertar a los ciudadanos sobre el procedimiento que suelen emplear los
grupos de poder para distraer a la sociedad de asuntos de mayor relevancia.
Otro filósofo, Noam Chomsky, ha
identificado diez estrategias de manipulación mediática. En la primera que
menciona, identificada como “La estrategia de la distracción”, nos advierte: “El elemento primordial de
control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la
atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos
por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o
inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.”
Pues bien, a manera de
introducción he traído las tres citas anteriores para referirme al tema de la
columna política de este viernes.
En tanto diputados y senadores de
la federación se dedicaban a saquear a la patria, el sistema nos mantuvo
embelesados como auténtico país globero con diversos tinglados espectaculares.
La estrategia de la distracción nos confirmó como una moderna sociedad del
espectáculo.
Los medios de comunicación se
reforzaron como instrumentos al servicio del poder político-económico,
distanciando al ciudadano de lo público a través de la propaganda. De este
modo, y sin recurrir a la violencia, lograba vigilar y controlar el entorno
social.
Del piojo Herrera a mamá Rosa,
pasando por el doctor Mireles, han sido hasta ahora los tres factores para
mantener en vilo nuestra enajenación; en tanto, los fieles servidores de las
trasnacionales votaban la entrega del sector energético de la nación.
Ayunando el buen juicio, la
insensatez ejerció su dominio. Se desplaza a Pemex y a la CFE de sus
actividades centrales: exploración y extracción en el caso de Pemex, y
generación de la electricidad en el de la CFE.
Se avaló el uso de la técnica de
fractura hidráulica para extraer gas del subsuelo, a pesar de ser considerada
una técnica depredadora y dañina para la salud, el subsuelo, las tierras
superficiales y para los derechos de las comunidades, ya que la propiedad privada
pasó a segundo término al considerar que las actividades de exploración y
extracción de hidrocarburos son de interés social y de orden público en grado
preferencial. Al efecto, se valieron de engaños verbales al trocar la palabra
expropiación por “ocupación temporal” y “servidumbre legal”.
La generación y suministro de
energía eléctrica dejará de ser considerada como servicio público, abriendo la
participación de la iniciativa privada. Se eliminan los subsidios generalizados
en tarifas eléctricas para dar paso a una política de subsidios focalizados,
afectando así al 98% de los usuarios residenciales.
Reporte Índigo, en su edición
digital 555, dio a conocer empresas y nombres de personajes que se verán
altamente beneficiadas con los acontecimientos reformistas. Por cuanto a las
empresas, se encuentran Grupo Diavaz, OHL, Ienova, Iberdrola, Jacobs Engineering
Group, y Oro Negro.
Los personajes: Oscar Vázquez
Sentíes, Pedro Aspe Armella, José Andrés de Oteysa, Carlos Ruíz Sacristán,
Jesús Reyes Heroles González Garza, Gerogina Kessel, Juan José Suárez Coppel,
Gonzalo Gil White, José Antonio Cañedo White y Emilio Lozoya Thalman, "todos
ellos empleados de las trasnacionales de energía ya mencionadas y que llegaron
en su momento a ser poderosos secretarios de estado en nuestro país."
Las masas no sólo son
globeras y propensas a la credulidad, también tienden a permitir pasivamente el
saqueo, la corrupción, la destrucción y el escarnio. ¿Hasta cuándo nos daremos
cuenta que corrupción no es solo robar, sino también es premiar la ineficiencia
con nuestro silencio?
UNA PERSONAS DESAPARECIDA ES UNA AUSENCIA QUE
DOLERÁ TODA LA VIDA.
POR
LOS DESAPARECIDOS DE MICHOACÁN: ¡VIVOS SE LOS LLEVARON! ¡VIVOS LOS QUEREMOS!miércoles, 23 de julio de 2014
"Jarita", un intelectual orgánico
Francisco RIVAS LINARES
En 1999 el sociólogo y etnólogo francés
Pierre Bourdieu dictó una conferencia en la Convención de la Asociación de
Lenguas Modernas. El tema que disertó fue sobre intelectuales y política,
planteándose, al efecto, las preguntas siguientes: ¿Pueden los intelectuales,
especialmente aquellos que pertenecen a instituciones académicas intervenir en
la esfera política?
El cuestionamiento cobra vigencia
ahora que el Dr. Salvador Jara Guerrero se decidió por renunciar a la rectoría
de nuestra máxima casa de estudios para asumir las funciones de gobernador del
estado. Su currículum publicado en la página del internet de la Universidad
Michoacana, denota su cualidad de intelectual:
Doctor en filosofía de la ciencia (UNAM), maestro en
tecnología educativa (ILCE) y maestro en filosofía de la cultura (UMSNH) y
licenciado en ciencia físico matemáticas de la UMSNH con especialidad en Física
Experimental en la Universidad de California en Berkeley. Ha sido profesor
visitante en el World College West en los Estados Unidos y en las universidades
“La Sapienza” de Roma, de Messina, también en Italia, y en la Universidad
Autónoma de Barcelona. Su área de investigación es la historia y filosofía de
la ciencia, ha trabajado problemas de identidad y cultura, ha participado como
conferencista y ponente en España, Italia, Australia, China, Estados Unidos,
Chile, Panamá, y en casi todos los Estados de la República Mexicana. Ha
impartido más de trescientas ponencias y conferencias. Ha publicado más de
cincuenta artículos en revistas especializadas, más de cien artículos de
divulgación científica, y diez libros.
Forma
parte de varios grupos de evaluación académica del CONACYT y de la SEP,
evaluando a las carreras y posgrados de las universidades, tecnológicos y
centros de investigación del país. Fue Director fundador del Consejo Estatal de
Ciencia y Tecnología del Estado de Michoacán. Ganó el primer lugar del concurso
latinoamericano de cuento de ciencia ficción 2004, organizado por Aleph Zero
con el cuento “Ayer soñé un teléfono” y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores
nivel I.
No
hablaré de su academicismo de por si exuberante, plantearé mis reflexiones considerando
el cuestionamiento que el conferenciante Bourdieu se planteó en su exposición a
la que aludo al inicio de esta colaboración, sin dejar de reconocer, de
antemano, el derecho constitucional que
le asiste al doctor Salvador Jara para participar en el tinglado de la
política.
Si
aceptamos que la idea dominante que se tiene sobre el intelectual, es la de
considerarle como sujeto crítico de la acción política, desarrollador de ideas
aplicadas a la ciencia y las artes, entonces cómo identificar con buen discernimiento
las razones que asistieron al doctor Jara para catapixiar –válgame el término ‘chabelezco’- la rectoría de una
institución puramente académica y científica por una posición política en la
que se deliberan asuntos de carácter público en procuración de satisfacer las
demandas apremiantes de una sociedad plural.
Ello
implicaría suponer que estuvo dispuesto a renunciar a su conciencia crítica, a ser
obsequioso con los intereses del poder económico, a construir un entorno
clientelar, a dejarse engañar por los flujos falsarios de la información, a
renunciar con el compromiso hacia los más desfavorecidos, asumirse indolente
ante la desigualdad de los miserables y demás características que actualmente
identifican a los practicantes de lo que -entre ellos- denominan y entienden
por política.
Si el
intelectual que se atreve a transitar por los ámbitos del poder político está
dispuesto a sucumbir ante el poder de la prerrogativa, a perder su ética e
integridad, entonces se convierte en intelectual
del régimen y cuesta trabajo creer que el Dr. Jara, con el currículum
académico que posee, se encuadre en este despreciable círculo.
La omnipresencia
y omnipotencia del alto comisionado designado desde el centro del poder, ha
fortalecido en el imaginario de la ciudadanía la idea del Leviatán que en su
soberbia se ha dedicado a sembrar temores venteando amenazas. Si el alto comisionado
es percibido como quien toma las grandes decisiones, el gran consultor, el
dictador de sentencias, ¿qué papel representará el Dr. Jara en este gran corral
de la comedia?
Los
retos.
El Dr.
Jara tendrá que enfrentarse a grandes retos, herencias malditas de los últimos
gobiernos que hemos padecido. Si bien Fausto Vallejo recibió un Michoacán
convulso, ahora lo devuelve incendiado.
La
inseguridad se ha incrementado considerablemente. En los últimos meses, los
homicidios dolosos elevaron su porcentaje en un 56.7%. Los secuestros
aumentaron 65.2%. Las extorciones subieron su porcentaje en 71.9%. Y los robos
con violencia de vehículos 113.9% *
También
el gobernador sustituto deberá satisfacer la demanda ciudadana de transparentar
las investigaciones realizadas por la auditoría superior de la federación, para
proceder en contra de aquellos exfuncionarios que dejaron en crisis financiera
a la hacienda pública, lo que le ha valido a Michoacán ser uno de los seis
estados que no aprueba el proceso de buenas prácticas administrativas.
Otro reto
más es la reconstrucción de la imagen institucional del gobierno del estado,
así como la credibilidad en sus instituciones. Se hace necesario clarificar los
presuntos nexos de funcionarios y exfuncionarios con el crimen organizado.
También
deberá dar atención prioritaria al problema del desempleo como factor inherente
al desarrollo de la pobreza. Michoacán ocupa el sexto lugar a nivel nacional
con mayor porcentaje de personas en estado de pobreza, y el quinto en pobreza
extrema.
Pero, a
fin de cuentas, ¿con quién es el compromiso adquirido por el Dr. Jara, si no
fuimos los michoacanos quienes le concedimos el alto honor de ocupar el Solio
de Ocampos?
*Datos
publicados por el portal especializado en política de Grupo Expansión ADNPolítico
Trampas retóricas de los políticos
Francisco Rivas Linares
Tres expresiones de preferencia
marcada se suelen escuchar en declaraciones de políticos y gobernantes: Estado
de derecho, Todo el peso de la ley y Asumimos los costos políticos.
Para justificar sus decisiones
que lleven implícitos perjuicios en contra de ciudadanos, se asumen como, los
fieles de la balanza y aseguran estar actuando conforme al Estado de derecho;
es decir, apegándose al gobierno de las leyes.
Sin embargo la realidad
observable no coincide con tal sentido. El sistema de justicia de México ha
sido motivo de censura y observaciones por parte de organismos nacionales e
internacionales por la manera de proceder en la aplicación de las leyes.
Selectividad, interpretación arbitraria, torcedura de las leyes (mejor conocida
como “chicanadas”), aplicaciones coyunturales, etc.
Amnistía Internacional ha
declarado al sistema de justicia penal mexicano en situación de crisis.
Califica de graves las deficiencias de los sistemas de seguridad pública y de
justicia penal, en virtud de las diferencias enormes que existen entre los
principios jurídicos y la protección efectiva, las irregularidades de la
detención preventiva, la presentación de cargos falsos contra activistas
políticos y defensores de los derechos humanos y la ausencia del principio de
presunción de inocencia.
El profesor-investigador del
Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, Sergio Aguayo, en
una de las mesas de análisis que promueve la periodista Carmen Aristegui,
caracterizó de manera atinada a nuestro sistema de justicia concediéndole tres
cualidades: Ser lenta, corrupta e impredecible. Estas tres condiciones son
cabalmente opuestas a las que demanda Amnistía Internacional, que son: Justicia
penal fuerte, imparcial y con mecanismos efectivos de rendición de cuentas.
Otro referente que nos obliga a
consultar, es el publicado por la organización multinacional “Proyecto Mundial
de Justicia” a raíz de una investigación realizada en 97 países sobre la calidad de aplicación de la
ley. México ocupó el lugar 91 “por irregularidades en sus sistemas de
investigación y adjudicación, discriminación rampante contra grupos vulnerables,
corrupción entre jueces y procuradurías y violación de los derechos de debido
proceso de los acusados.” Y es más, México quedó por debajo de naciones que
viven peores condiciones económicas como Tanzania, Senegal, Etiopía y Malawi. Y
un dato que no deja de sorprendernos.
De manera que ¿a qué Estado de
derecho se referirán quienes ejercen el poder? Seguramente al propio.
El enunciado Todo el peso de la
ley, me hace recordar la frase juarista célebre: “A mis amigos, justicia y
gracia; a mis enemigos, justicia a secas”, una expresión que rompe de hecho con
la vinculación que debe existir entre el Derecho y la Ética. Lo cierto es que quienes ostentan el poder al exclamar “todo el
peso de la ley” aplica sólo para sus opositores y/o enemigos, en ellos se ceban
y cumplen a cabalidad con la expresión juarista aplicando literalmente la ley
bajo un solo sustento, la voluntad particular, en franca contradicción al
paradigma que dice “la ley es la expresión de la voluntad esclarecida de la
soberanía popular.”
Finalmente, asumir los “costos
políticos” sobre una decisión que va en perjuicio de las mayorías, es una
retórica falsa y huera. Se curan en salud anticipándose al repudio a que se
harán acreedores, cuando saben de antemano que el control de daños lo tienen
asegurado en la cualidad desmemoriada del pueblo y su habilidad manipuladora de los procesos electoreros.
El fracaso de la inteligencia
Cabeza mecánica
Francisco RIVAS LINARES
Es
el 12 de octubre de 1936. En el paraninfo de la Universidad de Salamanca,
España se efectúa un acto celebratorio con motivo del aniversario del
descubrimiento de América. Miguel de Unamuno, entonces rector de la
universidad, expone su pensamiento ante los presentes; más, de pronto, exclama
el militar franquista José Millán Astray y Terreros: ¡Muera la inteligencia!
Un
grito absurdo, sin lugar a dudas, que llevaba la intensión de ofender al filósofo
Unamuno y que hoy traigo a colación para la columna política de este día.
¡Muera
la inteligencia! Tal parece que este eructo verbal es predominante entre los
legisladores que se encuentran aprobando leyes reformistas como bolillos al
horno: laboral, pensionaria, educativa, telecomunicaciones y, en este momento,
el energético, ignorando olímpicamente las aportaciones anticipatorias que
intelectuales, académicos y agrupaciones civiles nacionales e internacionales, enfatizan
sobre sus preocupantes implicaciones.
Diputados
y Senadores del PRI, PAN y Verde Ecologista, formando una falange mayoritaria
abrumadora, dicho sea en sentido metafórico, han dejado de representar los
intereses de sus electores para convertirse en sujetos direccionados, con
predominio del pensamiento único, dictado por la élite del poder político y
económico.
El
parlamento, cuya función sustantiva no sólo se circunscribe a elaborar leyes,
sino incluso controlar los abusos del poder ejecutivo, ha desembocado en la
ruindad de ser un instrumento de utilería. Obedecen lo que previamente
acordaron, en los comedores vip’s o la privacidad oficinesca, coordinadores y selectos
enviados por quienes ostentan el poder real.
Cuando
en las sesiones plenarias se concretan a levantar las manos para asentir la
aprobación o rechazo de lo que previamente les ha sido ordenado, están pensando
únicamente en su futuro político y nada o poco les importa los daños o
perjuicios que estén ocasionando a la nación.
La
retórica la esgrimen como broquel ante las críticas que desembocan. Ventean
promesas que de antemano saben que serán incumplidas. Construyen ilusiones:
aumento de empleos, bajas tarifarias, desarrollo y crecimiento económico,
estabilidad social, etc. Son hábiles aplicadores del ordenamiento maquiavélico,
si el cumplimiento de tus promesas te perjudican, y las condiciones en que se
comprometieron ya no existen, no estás obligado a cumplirlas.
Y
en un esquema de disimulos, vivimos la pena de un legislativo chato y gris. La
modernidad la ven como una máscara, como un simulacro urdido por las élites y
los aparatos estatales. No atienden, mucho menos analizan, las premoniciones: el
despojo de las tierras por causa de utilidad pública para el beneficio de los
consorcios petroleros y eléctricos, está gestando una lucha sorda entre
novedosas guardias blancas y campesinos. Aplicación de técnicas tan lesivas
como la fracturación hidráulica para extraer el gas atrapado en las rocas.
Protección al capital privado extranjero. Aniquilación de empresas destinadas
al sector productivo. Vulneración de los derechos de los trabajadores. En fin.
Voces
como las de Adolfo Hellmund, Luis Sierra, Javier Jiménez Espriú, Luis Feyo, Beatriz
Olivera, César Chávez, Miguel Soto; organizaciones como Greenpeace y Alianza
Mexicana contra el fracking; académicos de la Unam, son ninguneados. Los
diputados y senadores perdidos en su frenesí privatizador, seguramente harán
honra a Millán Astray con su ventosa: ¡Muera la inteligencia!
Desaparición forzada, el flegelo de México
Francisco RIVAS LINARES
Cuando una persona es detenida
por agentes que actúan en nombre del Estado y éste lo niega ante los familiares
o instituciones defensoras de los derechos humanos, ocultándola a propósito
para negarle la protección de la ley, estamos frente a un delito conocido como desaparición forzada.
Esta práctica cobró notabilidad
durante la segunda guerra mundial, al adoptarla los nazis en los territorios
ocupados en Europa, para infundir temor a quienes ofrecieran resistencia a la
permanencia y avance de sus tropas
Los desaparecidos por el Estado
nunca llegan a recobrar su libertad. Y es más, ni siquiera se llega a conocer
cuál habrá sido su destino, salvo quienes ejecutaron el “levantón” pero que al
amparo de la impunidad que el propio Estado les obsequia, se niegan
sistemáticamente a dar información al respecto.
Las víctimas de la desaparición forzada quedan a merced de sus
captores. Padecen torturas físicas y psicológicas sumamente brutales que en
ocasiones les provoca la muerte. De ser así, se inhuma el cadáver de manera
clandestina y nunca más se vuelve a saber de ellas.
En 1969 se registró en los
anales delictivos el primer desaparecido por las fuerzas del Estado Mexicano.
Su víctima, un maestro de escuela que pugnaba por la justicia en favor de los
pobres, de los desposeídos. Su nombre: Epifanio Avilés Rojas, miembro de la
Asociación Cívica Revolucionaria. Él fue detenido por elementos del Ejército
Mexicano el 19 de mayo del año referido en Coyuca de Catalán, Guerrero, iniciándose, de hecho, con esta práctica de lesa
humanidad. Gustavo Díaz Ordaz era el
presidente de la república y por eso se le atribuye la instauración de dicha
estrategia.
Luego viene la época denominada
Guerra Sucia, periodo que abarca de 1970 a 1980 y en el cual se registraron mil
200 casos de personas desaparecidas. El Estado utilizó esta práctica para reprimir movimientos opositores. Así, de
1970 a 1980, los desaparecidos sumaron 1,200 personas.
En estos tiempos actuales, las
cifras resultan espeluznantes: 13mil 195 durante el sexenio de Felipe Calderón
y 7mil 615 de la actual administración. Del total, 20 mil 810 personas desaparecidas,
en cuyas dos terceras partes podrían tener participación agentes del Estado,
esto es policías municipales, estatales o federales, o miembros del ejército.
La
organización internacional independiente Human Rights Watch que se dedica a la
investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, ha llegado a la
conclusión de que en la presente administración se registra un promedio de 17
desapariciones por día y que de mantenerse este índice, llegaría a superar el
número de casos que el de Felipe Calderón Hinojosa.
La
estrategia que se aplica se va consolidando en su fracaso. A las declaraciones
optimistas de los gobiernos federal y estatal, se opone la realidad que viene
sembrando dolor y luto en miles de hogares.
En
diciembre de 2006 la ONU adoptó la Convención Internacional para la Protección
de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas y México lo suscribió
el 6 de febrero de 2007. No obstante, su opacidad para reconocer la gravedad de
este problema, denota negligencia rutinaria denota que este delito es tolerado
e incluso fomentado por algunos poderes públicos y privados.
A
manera de introducción, citaré al
periodista y fotógrafo Fernando de Alarcón: “En muchos aspectos, vivimos en la
era de la derrota del pensamiento y eso hace necesario su rescate y fomento, no
a través de la arenga ni del discurso colectivo, sino por medio de la reflexión
individual y la creación de resonancias esenciales en la verdad humana que nos
distingue y justifica.”
Como se aprecia, Fernando de
Alarcón demanda la necesidad de rescatar nuestra facultad de pensamiento, el
cual se encuentra enajenado por distractores irrelevantes creados a propósito por el
sistema del poder. Reflexionar sobre nuestro entorno, el contexto en que
estamos inmersos, siempre analizados bajo los factores causales.
Expresado lo anterior, esta es
mi propuesta para la reflexión:
Nuestro país se convulsiona en
un contexto demasiado complejo. Abundancia de temas que nos obligan a
prestarles atención pero que por su vastedad corremos el riesgo de extraviarnos
entre exposiciones confusas y diametralmente opuestas. Todas propiciadas por
las clases dominantes y los monopolios de la información: Televisa y TVAzteca.
Los mecanismos de control aplicados
por las élites de los poderes políticos y económicos, tales como los
distractores para desviar nuestra atención de las reformas que ellos van
decidiendo, como la energética, la laboral, la pensionaria, la educativa, las
telecomunicaciones, en fin, enrarecen los ámbitos de la justicia social; y esta
desigualdad va rompiendo los equilibrios en la medida que la corrupción, rasgo
esencial de nuestro sistema, se ensaña con los más desprotegidos.
Confunde ser testigos del
encarcelamiento y/o desaparición de luchadores sociales, en tanto que
personajes de la mafia delinquen en libertad arropados por el sistema. Confunde
la demagogia con que se expresan quienes ostentan el poder, pretendiendo
convertir su verdad en una verdad absoluta que nadie debe cuestionar.
Confunde la indecencia con que manipulan
los recursos del erario público, a fin de adjudicarse salarios y prestaciones
de elevado monto. Confunde la siembra de evidencias y fabricación de delitos
para callar las voces incómodas al sistema. Confunde su complicidad criminal
cuyo código guerrero es exhibir como trofeo de guerra al contrario.
Parodiando a Sartre, la
violencia gira en redondo. Un día hace explosión en Uruapan, al día siguiente
en Lázaro Cárdenas, después en Morelia, Zitácuaro, La Piedad, Zamora… los
vientos sembrados levantando tempestades y el Estado devorado por su propia
incapacidad.
No nos apropiemos de sus
mentiras, no apostemos a los milagros. Rompamos nuestros miedos y venzamos al
silencio. Rompamos con esta estructura autoritaria. Atrevámonos a pensar,
porque si no pensamos, si no reflexionamos, no salvaremos nuestra vida.
Luis Spota. Vigencia en el poder político
Francisco RIVAS LINARES
Cuando
Luis Spota tuvo la oportunidad de conocer los laberintos del poder en México,
escribió y publicó entre 1975 y 1977 cuatro libros cuya serie es conocida como
“La costumbre del poder”. Sus títulos son: Retrato hablado; Palabras mayores;
Sobre la marcha; y El primer día.
Naturalmente
que no obvian en calidad sus otras novelas, destacando, sin lugar a dudas, la
primera de ellas “Casi el paraíso”, publicada en 1956. Pues bien, en su
tetralogía “La costumbre del poder” contextualiza la sucesión presidencial en
nuestro país, con sus argucias y trampas para alcanzar los sufragios
necesarios. Temas tan abominables como la corrupción, el nepotismo, la
impunidad y las turbiedades sindicales cuyos lastres aún seguimos arrastrando
en pleno siglo XXI, son descritos de manera sencilla y bajo fórmulas claras y
precisas.
Las
marrullerías de los políticos, sus componendas con los empresarios, los
militares y el clero, Spota los deja al descubierto. Más en un paralelismo
imaginario, bien pudiéramos agregar, en nuestros tiempos, las componendas con
la delincuencia organizada.
En
la tetralogía la tesis es que el mandatario omnipotente no cambia, sólo muda de
máscara y se sostiene sobre los mismos aparatos que sus antecesores y se
encarga de que las cosas funcionen de ese modo.
Es
notable la vigencia de las obras citadas. Cabría la leyenda anticipatoria
“cualquier parecido con la realidad, es simple coincidencia”, aunque
lamentablemente en el caso de Michoacán, nuestro estado, no aplicaría, pues nuestra realidad ratifica
lo que Spota registra en sus obras referidas.
Víctima
de la intromisión arrebatada del ejecutivo federal, una guerra violenta fue
engendrada por Felipe Calderón. Quedó para el registro de la memoria la imagen
de un presidente beligerante vestido de militar, declarando la guerra a las
mafias del narco que se encontraban diseminadas por el territorio michoacano.
La fecha: 11 de diciembre de 2006. El lugar: Apatzingán.
Tres
estudios cualitativos (2008, 2011 y 2012) con grupos de enfoque en Morelia,
Uruapan y Zamora, realizados por la Dirección General de Opinión Pública de la
Presidencia de la República, tuvieron como propósito que los michoacanos
evaluaran su gestión. Los resultados denotaron un desastre cabal y absoluto.
Los michoacanos nos sentimos traicionados.
Estos
estudios fueron publicados por la revista emeequis, misma que obtuvo una
copia por medio de la Ley de Acceso a la
Información Pública.
Y
llegó el licenciado Fausto Vallejo. Entre tumbos y palos de ciego, siempre se
lamentó de la quiebra técnica en que se encontraba la hacienda pública. Entre
cifras contradictorias se perdía, mientras la seguridad se descuidaba. Nunca
procedió en contra de los responsables. Dimes y diretes se cruzaban los
godoyistas y los fautistas dejando a la ciudadanía en la ambigüedad. El caso de
Humberto Suárez López tiene un olor a vacilada.
Y
vuelve la intromisión del Tlatoani designando un comisionado. Desde su arribo
dio la impresión que nuestro estado estaba siendo gobernado desde el centro,
con la complacencia de los tres poderes. Fausto Vallejo fue blanco del escarnio
público con adjetivos denigrantes, comenzando así la crónica de una renuncia
anunciada que ahora se concreta.
¿Qué
sigue ahora? La pugna de los políticos por amarrarse al poder. Arrebatos y
luchas intestinas. En tanto Michoacán, entre jirones, seguirá tejiendo su red
de agujeros.
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