Francisco RIVAS LINARES
El martes de la presente semana, el diario El Universal publicó a ocho columnas la apertura a la IP del sector eléctrico por cuanto a la construcción y operación de líneas de transmisión.
En la Columna Política
anterior, traje a la memoria la concesión que Carlos Salinas de Gortari les
entregó a los particulares para que construyeran plantas generadoras de energía
eléctrica, asegurándoles la compra de su producción a través de la CFE. Ahora
con la reforma, ya no se concretarán a producir,
sino incluso a construir y operar líneas
de transmisión y operación, por lo
que se infiere que a mediano plazo tendremos varias compañías que ofertarán el
servicio.
La competencia es buena siempre
y cuando las opciones que se ofrezcan a los consumidores para adquirir
servicios o productos, se den a partir del binomio calidad/precio; pero ha
quedado demostrado que dicha competencia no es más que una simulación, pues se
unifican en un solo propósito: Lucrar.
Visualizando el horizonte, tal
vez en esto encontremos la razón por la que lenta y discrecionalmente nos estén
instalando nuevos medidores que se identifican como “medidores de energía con sistema de medición
inteligente de autogestión” y que funcionarán de la siguiente manera:
A todos se nos entregará una
tarjeta de compra de energía. Con ella iremos al punto más cercano a nuestro
domicilio para comprar la cantidad en kilowatts hora o en pesos que sea nuestro
deseo adquirir y nos cargarán la tarjeta. De regreso a nuestro domicilio, la
multicitada tarjeta la pondremos frente a nuestro medidor para que descargue el
saldo. Se activará de inmediato el servicio eléctrico y empezaremos a consumir
la cantidad adquirida. Cuando el saldo esté por agotarse, el medidor nos
avisará mediante una alarma luminosa a fin de que volvamos a cargar la tarjeta,
pues de lo contrario la corriente eléctrica se nos cortará en automático.
Los costos se van a disparar,
ni duda cabe, pues lo que se nos subsidia, y en el recibo se especifica, se
cancelará. Se entregarán sectores a la IP para que vendan al público la energía
y la CFE poco a poco irá disminuyendo su participación en el mercado.
Del petróleo, ni se diga.
Reporte Índigo dio a conocer cómo aún sin aprobarse la Reforma Energética, ya
la casta política y empresas trasnacionales se frotan las manos por los buenos
negocios que se avecinan.
La fuente citada publicó el 15
del presente mes cómo “exfuncionarios del gobierno federal, relacionados con
miembros del gabinete de la actual administración, participan en la mayor
inversión privada que ha realizado Pemex”.
La referencia es el gasoducto
de Los Ramones (en Nuevo León), considerado como el más importante del país,
con una extensión de 852 kilómetros y dividido en dos tramos: El primero, de
112 kilómetros, estará a cargo de Pemex con un costo de 1,141 millones de
dólares; y el segundo, con 740 kilómetros con un valor estimado en 2 mil 150
millones de dólares y que será entregado a inversionistas particulares. Es en
éste donde se coluden empresas extranjeras con personajes destacados de la
política nacional.
Tres días después de esta
publicación, el diario La Jornada publicó el descubrimiento de una tesorería
paralela de Pemex creada por Felipe Calderón donde se depositaban las ganancias
de las empresas filiales a Pemex, obteniendo un ingreso de 434 mil millones de
pesos que no fueron reportados al erario nacional.
No... pues con estos datos que
poco a poco se van descubriendo, podemos inferir que el patrimonio de la nación
fue y sigue siendo saqueado; y ahora se pretende darle apertura al reparto de
las ganancias a empresarios extranjeros, como si no tuviéramos memoria sobre el
comportamiento explotador y lucrativo que siempre han tenido.
¿Y Usted qué dice? La reforma... ¿va?
POR LOS DESAPARECIDOS DE
MICHOACÁN: ¡VIVOS SE LOS LLEVARON! ¡VIVOS LOS QUEREMOS!
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