viernes, 26 de agosto de 2011

LGR y su condición incómoda



(Foto: La Jornada de Michoacán)

Por: Francisco Rivas Linares

¡Vae victis!
(¡Ay de los vencidos!)
Terrible frase de Breno cuando
puso sitio a Roma.

Leonel Godoy Rangel, gobernador del estado de Michoacán, no puede disimular sus apuros ante el proceso electoral que se avecina. Un proceso que, por la circunstancia de violencia que domina el ambiente, implica un compromiso bastante serio de llevarlo a buen puerto.

Más allá de lo que eso significa, no se debe perder de vista que uno de los candidatos en competencia es –ni más ni menos- la hermana del Presidente, lo que le imprime una connotación diferente. Me explico:

Las elecciones del estado de México que se efectuaron el pasado mes de julio, el Partido Acción Nacional (PAN) tuvo una caída vertical. Su desplome se tradujo en una captación de apenas la tercera parte de lo que obtuvo Felipe Calderón en 2006, y una cuarta de los que votaron por Vicente Fox hace once años.

La franca derrota del partido al que pertenece el Presidente, fue interpretada como un enérgico rechazo a las políticas implementadas por el gobierno federal. La inseguridad y la pobreza, como factores decisivos que influyeron en el ánimo del electorado para ausentarse de las urnas (57%), fracturaron la relación que debe prevalecer entre la legalidad-legitimidad.

Muchos lo interpretaron como un franco repudio a Felipe Calderón, quien por cierto arrastra consigo el estigma de espurio y a quien responsabilizan directamente de haber polarizado a la sociedad con su campaña sucia.

¿Qué pasaría si las votaciones no favorecieran a Luisa María Calderón? ¿Cuál sería la lectura que le darían los ciudadanos? ¿Cómo respondería Felipe Calderón ante la derrota de la hermana en la contienda?

En el ejercicio de mi derecho a la especulación, me atrevo a expresar que se tomaría como un agravio que, de tan severo, afloraría el espíritu guerrero del hombre de mecha corta y las consecuencias serían impredecibles para la casta política del PRD.


Recuerdo una leyenda que se instaló -a modo de protesta- en la plaza Melchor Ocampo, posterior a las elecciones del 2006. Cito de memoria: “Felipe, ni en tu tierra te quieren”. Seguramente el resentimiento y los bajos niveles de tolerancia –naturaleza del aludido- influyeron para que a Michoacán no le fuera muy bien.

Y si nos atenemos a la filosofía proverbial La venganza es un plato que se sirve frío, es claro que Felipe viene por la revancha, concretándola en la persona de su hermana Luisa María.

Carente de un equipo que no sabe superar las adversidades, de no lograr la concreción de su despropósito ¿qué se puede esperar? ¿Otro “michoacanazo”? ¿La asfixia económica para el estado?

Leonel Godoy refleja en su rostro miedo. Miedo por la incertidumbre. Miedo por la soberbia del poder derechista. Miedo por las filtraciones de presuntas corruptelas. Miedo al cobro de facturas.

Posiblemente (y sigo especulando) ha estado recibiendo presiones que no le permiten asumir con energía su protesta por la intromisión de Secretarios de Estado y políticos de primer nivel del PAN, en los asuntos de campaña de Cocoa; y quienes aún negándolo, las evidencias son tan claras que no requieren comprobarse.

En política lo que parece es. Tal fue la frase que acuñó Jesús Reyes Heroles para describir la política mexicana. Y Lujambio, Cordero, Vázquez Mota, Madero, gobernadores, senadores y diputados, acuden con prestancia a las insinuaciones que les hace Felipe Calderón para que obsequien apoyos a su hermana. Y lo niegan con el disfraz de la simulación simplona de estar cumpliendo con las responsabilidades propias de sus cargos.

Pero… si gana Luisa María Calderón, ¿qué golpes mediáticos vendrían en consecuencia? ¿Cuál sería el sórdido inventario en materia educativa, económica y social que saldría a la luz? ¿Cuántas revelaciones sobre el manejo de la hacienda pública conoceríamos? Porque nadie duda de la multiplicación de la deuda estatal, monto que se ha manejado con bastante opacidad.

Leonel Godoy Rangel se encuentra en una situación incómoda. Se le nota agotado, temeroso, inseguro. ¿Qué estará sucediendo detrás de la cortina?


POR UNA SOCIEDAD SIN AGACHADOS: ¡NO MÁS SANGRE! ¡BASTA DE SANGRE!



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