miércoles, 6 de julio de 2011

Los canallas



Del amor al odio...

Francisco RIVAS LINARES

La corrupción supura. El sistema está podrido. No son las instituciones, como personas morales, las que se corrompen por sí, sino la impudicia de los políticos que las han manejado para beneficios de élite.
Se cuestiona de manera insistente la calidad de los servicios educativos. Cuestionamiento que no ha surgido de manera fortuita, sino que arrastra una cauda añosa propiciada por caciquismos sindicales que sirven al sistema a cambio de prebendas vergonzantes.
Con el mote de Doña Perpetua se identifica a Elba Esther Gordillo, aludiendo con tal apodo su condición tiránica al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Una aberración instalada por Carlos Salinas de Gortari, al momento de lanzar un coletazo de poder en contra de otro cacique, Carlos Jonguitud Barrios.
Y si bien la mala calidad educativa no es responsabilidad única de personajes tan siniestros como los que me ocupan, su influencia sí ha sido decisiva al anteponer su interés personalísimo de consolidar su poder abyecto.
Prohijada por el Partido Revolucionario Institucional, Elba Ester Gordillo ha navegado por las procelosas aguas del escándalo. Al amparo de las corruptelas del poder político, no sólo ha saqueado las arcas del sindicato que preside, sino que lo ha utilizado como institución de canje para la obtención de prebendas que favorezcan a su círculo mafioso.
El Partido Acción Nacional brindó cobijo al esperpento cuando ésta rompió con Roberto Madrazo y fue separada de su cuna política. En su provecho, Vicente Fox y Felipe Calderón se mostraron obsequiosos con ínsulas de poder, a manera de ofrendas al ídolo. Todo por sufragios comprometidos, inmovilismo sindical y en detrimento de la educación básica.


Ahora brinca a la palestra otro personaje de idéntico pelambre: Miguel Ángel Yunes Linares, quien arrastra consigo vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado cuando fue secretario del gobierno de Veracruz, en la gestión de Patricio Chirinos Calero y pederastia, conforme a la investigación de la periodista Lydia Cacho y publicado en su libro “Los demonios del edén”.
Curiosamente los dos han transitado por idéntica ruta: del PRI al PAN. La misma cloaca. Las mismas zahúrdas.
Yunes y Gordillo se descobijan. Se acusan. La pelea es por demostrar quién es el menos corrupto. De temerario, frívolo y calumniador califica Gordillo a Yunes; y éste le revira adjetivándola de Reina de la corrupción.
En el zipizape han salido a relucir nombres de funcionarios de primer nivel en el gobierno de Calderón, lo que reclamaría la pronta intervención de las instancias relativas a la Función Pública; pero, ¿se puede esperar la intervención enérgica del ejecutivo federal, cuando fue uno de sus beneficiarios directos a través de las marrullerías electorales de la susodicha?
En fin, ciento trece mil millones de pesos es el botín por el que este par de canallas ventilan en público el cinismo de sus rapacerías. Ciento trece mil millones de pesos que constituye el presupuesto anual del ISSSTE manejados a contentillo por este par de truhanes de baja estofa. Pero, como dijera Diego Fernández de Ceballos, el lodo es fácil de quitar, sólo basta esperar a que se seque.
Y en tanto las ratas se pelean, la educación y los servicios de salud se van deteriorando a niveles lamentables.

POR UNA SOCIEDAD SIN AGACHADOS: ¡NO MÁS SANGRE! ¡BASTA DE SANGRE!

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