Los medios ejercen una influencia sutil en las decisiones que cotidianamente tomamos. La elaboración de nuestras opiniones pocas veces escapa de la influencia de lo que escuchamos, leemos o vemos en la televisión, la prensa y la radio.
La manipulación es un incentivo latente en los medios que transmiten y dan noticia. Si es en lo comercial, aspiran a incidir en los hábitos de consumo creando conceptos para que la audiencia los acepten, reduciendo así nuestra individualidad a un simple instrumento adquiriente de lo inútil.
Cuando la nota es referida a ciertos acontecimientos reactivos de la sociedad por la indolencia que ofrecen sus gobernantes, regularmente aplican una forma de propaganda silenciosa que favorecen a quienes ejercen el mandato.
Domesticar nuestro pensamiento, estimular la pérdida de conciencia y extraviar nuestras mentes, constituyen los riesgos a los que nos vemos sometidos si no nos atrevemos a cuestionar lo que nos ofrecen en sus espacios informativos.
Sin embargo esto no es una novedad. La periodista Mercedes Pescador en un artículo titulado “El Poder de los Medios” nos recuerda que Napoleón Bonaparte señaló que uno de los males de la Revolución Francesa, fue la proliferación de medios de comunicación “nacidos no para comunicar, sino para controlar, manipular o simplemente influir y afectar a los ciudadanos”.
Y a eso le está apostando el gobierno: tener éxito en la difusión de la mentira para facilitar la manipulación de la opinión pública, con clara afectación a la ciudadanía.
Expreso lo último en obvia referencia a las manifestaciones de protesta y reclamo que actualmente hacen los trabajadores de la educación, las que obedecen a la negativa del gobierno para efectuar el pago por trabajo devengado a cinco mil trabajadores, bajo el pretexto de que fueron contratados por la Sección XVIII de la CNTE y no por la Secretaría.
Tal es el argumento que han propalado con visos amarillistas. Sin embargo, hasta la fecha no han exhibido ningún documento que avale su dicho. Nadie ha mostrado a la luz pública tal documento de marras que exhiba la usurpación de funciones en la que supuestamente ha caído la dirección de la Sección XVIII.
El personal directivo constituye el eslabón operativo de las disposiciones giradas por la Secretaría de Educación. Tanto los directores como los supervisores y jefes de sector tuvieron que dar posesión y designar funciones y horarios a los docentes que reclaman el pago.
Nadie puede ingresar a una institución o grupo escolar, sin la previa autorización de cualquiera de esos tres niveles directivos. Si ellos las han concedido, se interpreta como ejecución necesaria para abatir el problema de grupos carentes de maestros, rebasando así a las autoridades estatales por su incapacidad evidente para solucionar el problema.
Esto significa, entonces, que el trabajo se ha desempeñado, y se sigue realizando, generando estadística de certificación y registro, por lo que el reclamo es justo.
El estilo cabrío que está demostrando el gobierno denota lo absurdo en quienes se jactan de ser izquierdosos. Pero lamentablemente la tribu perredista Alianza por la Unidad Democrática se ha constituido en el factor ULTRA que impide la solución al conflicto magisterial.
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