sábado, 21 de junio de 2008

Los Ministros Coprocéfalos


Una vez más la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha dado muestras de su alianza de facto con la clase político-empresarial, al avalar el nuevo sistema de pensiones de los afiliados al ISSSTE.

El descrédito en que se mueve este organismo data de hace tiempo. Sus decisiones dejan entrever su propia esclerosis racional. Recordemos el fallo que dictaron como cobijo al gobernador Mario Marín, pasando por alto, incluso, el factor proteccionista que les obligaba hacia la población infantil frente a las redes de pornografía y explotación sexual.

La moral superior de la justicia sigue siendo pisoteada. Extraviados en el sopor del poder, han perdido la visión de la rectitud. No les bastó el origen turbio de la ley, consecuencia de la sucia coalición que han construido el PAN y el PRI.

Las razones evidentes que quisieron ignorar estos ilustres coprocéfalos, son:

La afectación de los derechos adquiridos por los trabajadores en activo.
La retroactividad de la ley, al incrementar el tiempo de servicio, edad y monto de cotización.
La limitación de la responsabilidad obligada del Estado en materia de pensiones.
La imposición de un sistema de cuentas individuales.
La entrega de los fondos a las compañías aseguradoras, favoreciendo a los grandes intereses financieros.
El fortalecimiento de la incertidumbre de los trabajadores, por cuanto al manejo responsable de las Afores y el Pensionissste.
La afectación drástica al sistema de seguridad social.
La afectación de los derechos jurídicos de los beneficiarios.
La congelación de los montos pensionarios, al no considerar posibles actualizaciones de conformidad a las condiciones demográficas, sociales y económicas.

La falta de decoro y decencia de los ministros mandarines les ha hecho ningunear cualquier oposición emanada del pueblo, convirtiendo el espíritu de justicia en un ente extraviado. Ellos han convalidado lo que Eurípides en su tiempo afirmara: Si hay que cometer injusticia, es hermoso cometerla en razón del poder.

La separación de poderes está en entredicho. ¿En quién confiar? El pueblo se encuentra indefenso ante la arbitrariedad. Se han perdido las instituciones humanistas. Parece mentira que ahora se tenga que demandar justicia ante las instancias internacionales por la inoperancia de las nacionales.

Si nos atenemos a Maquiavelo, estaríamos de acuerdo con que las instituciones políticas están cíclicamente sujetas a degenerar en gobiernos negativos.

Por lo tanto, que no se les exija a los maestros el acatamiento perruno de la sordidez del fallo. Que no se les condene a la clandestinidad. Que no se les reclame si se manifiestan en las calles, si se alejan de las aulas para luchar por sus derechos, pues bien saben ellos que sus palabras y su dignidad son más fuertes que los intereses y la intransigencia de los elitistas del poder.

Sí, la anemia de la justicia deberá fortalecernos en una alianza de todo el pueblo, ya que hemos arribado al infierno de todos tan temido.

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