lunes, 9 de junio de 2008

Alianza por la Calidad Educativa (2a y última parte)


La Alianza por la Calidad Educativa (ACE) “…incluye acciones enfocadas de manera conjunta en una dirección: al modelo de educación que se enfoque al desarrollo de capacidades, competencias y conocimientos. Por ejemplo, no es lo mismo leer música e identificar sonidos que tocar el piano. De lo que se trata es que se aprenda a tocar el piano y no lo otro.” Lic. Pedro Zepeda Martínez, Coordinador de Seguimiento y Enlace Institucional de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP. (Mesa Monitor. 20 de mayo de 2008)

Conforme a tal lógica, podemos aseverar que la enseñanza de la lectura deberá centrarse fundamentalmente en el desciframiento del código, no en la comprensión del mensaje, puesto que de lo que se trata es que lea (aunque mecánicamente) sin que llegue a ser una actividad cultural y creadora de cultura y entender que ésta “… implica acciones lingüísticas, cognitivas y socioculturales (pues) leer es reconocer la diversidad del discurso académico tanto como la diversidad de los usos sociales de los textos.” (3)

O bien, a los alumnos se les deben enseñar las asignaturas científicas para que crean en las apariencias aunque no comprendan su naturaleza, puesto que de lo que se trata es desarrollarles las emociones, intuiciones y sentimientos, no la capacidad para el ejercicio del razonamiento y la reflexión que les facultaría ejercer la capacidad para tomar decisiones.

Las inferencias, a partir del ejemplo expuesto por el licenciado Zepeda, pudiéramos seguir elaborándolas por cuanto a los enfoques que se pretenden dar a las asignaturas y sus contenidos en esta reforma denominada Alianza por la Calidad Educativa (ACE). Sin embargo no se necesitan mayores consideraciones si sabemos que la educación propuesta por el neoliberalismo, sustentada en el sistema de competencias, entiende a la educación como un proceso para construir la identidad social del individuo, basado en el adiestramiento para la obediencia y la docilidad.

Pues bien. Si para Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo lo expuesto significa transformar y mejorar la enseñanza, fortalecer y modernizar el sistema educativo, sin duda alguna han de traer algún gen papaloteando y estaremos, por lo tanto, perdiendo un sexenio más.

El documento expositor que nos ocupa consta de trece cuartillas. Expone como objetivo central la movilización de la sociedad para que “…vigile y haga suyos los compromisos que reclama la profunda transformación del sistema educativo nacional”, puesto que las acciones que se describen son el resultado de propuestas obtenidas en amplias consultas de cuya convocatoria ignoramos.

Pero hay un sector de la sociedad que sí estuvo informada y por ende ampliamente participativa: La Confederación Patronal de la República Mexicana a través de la asociación “Mexicanos Primero”. Su propuesta, presentada oportunamente y que se sintetiza en la primera parte de este trabajo, constituyen la esencia misma de la ACE. De manera que “la sociedad” se concretó en tal sector y el resto social queda sólo como reposada referencia expresiva.

Por eso los elogios oportunos hechos a Elba Esther Gordillo por empresarios de la talla de Lorenzo Servitdje, Claudio X. González, Carlos Slim y José Antonio Fernández. “Se trata de una gran oportunidad que todos en la sociedad debemos aprovechar”, así lo declaró el último mencionado.

Muchos de los aspectos registrados en la ACE son una obligación legal de las autoridades federales y por consecuencia no requerían de alianza alguna. Por ejemplo: Asegurar que el servicio educativo llegue a todas las mexicanas y mexicanos, particularmente a quienes menos tienen. Fortalecer la infraestructura escolar por cuanto a baños, agua potable, drenaje, techos, mobiliario, electricidad, etc. Becas para estudiantes de bajos recursos. Promover el ejercicio físico y combatir la obesidad en los estudiantes. Proteger a los alumnos de la delincuencia (Programa Escuela Segura). Atención a niños y niñas con discapacidad, aptitudes sobresalientes y talentos específicos.

En su fárrago la señora Gordillo justifica la ACE, aduciendo que nos abrirá posibilidades “…para competir en el mundo universal sin complejos, sin rubores, en igualdad de circunstancias”. Pero para que la educación se constituya en un medio de superación de la desigualdad, es necesario que el propio sistema sustente su mecanismo de movilidad y capilaridad social y estrategias de diversificación y equidad de cuya carencia adolece la alianza de marras.

Por otra parte, el acendramiento de los fenómenos de la pobreza provocada por la injusta distribución de la riqueza y salarios erosionados, viene a ser el factor causal definitorio de la desigualdad. Su extrapolación al campo educativo ha roto con la homogeneidad del servicio ya que “…obligó al estado mexicano a multiplicar las instituciones y programas pensados para responder a poblaciones con diferentes necesidades de aprendizaje y condiciones de vida” (4)

Asevera el mismo personaje que actualmente “…el 98 por ciento de nuestros educandos tienen educación”, luego entonces la ACE estaría destinada al 2 por ciento de educandos que no la tienen. De ser así, ¿dónde radica la crisis educativa? ¿La ACE se sustenta en un diagnóstico claro sobre las causas de los bajos resultados educativos? Parece que no es así y, por lo tanto, reiteramos: si-no-hay-reflexión-no-se-justifica-el- esquema-operativo.

Perdida en el frenesí, Gordillo Morales dijo de la ACE que es “…el proyecto educativo más ambicioso de la historia… (es) la revolución educativa que el país ha esperado por décadas”, descalificando con ello las dos “revoluciones” anteriores que ella signó. Y abundó en razones para llamarle “revolución educativa”(?). Digamos algunas:

“La ACE se reflejará en el ingreso, en el empleo y en la calidad de vida de los mexicanos, en su cohesión y armonía social. Involucra (además) a los tres niveles de gobierno, al Congreso Federal y a los Estatales, a los individuos y a la sociedad organizada. Se nutre de la historia. Descubre y crea conocimiento. Va al encuentro de la ciencia. Tiene como propósito la formación integral del ser humano. Identifica metas y se compromete con ellas. Concederá servicio de salud, alimentación, infraestructura, cuidado del hábitat (y) de la vida”.

Todas esas condiciones no corresponden a las anteriores reformas. Por eso puntualiza que esta “revolución” es la esperada por décadas. Ahora sí sabemos por qué navegamos en el último lugar dentro de la competencia educativa de la OCDE.

El segundo eje de la ACE, se refiere a la promoción y mejorar el desempeño del personal docente. Calderón aseveró que “…las niñas y los niños merecen también lo mejores maestros…” y que para conseguirlos “… renovaremos los procesos de selección, de capacitación y de entrega de estímulos para asegurar el trabajo y la promoción de los profesores más esforzados y más preparados”.

La ACE parte de criterios simplistas: Premiar la docilidad y exigir la entrega. Educar para la competencia y no para la revisión de ideas. Y el resultado será: Educar para la estupidez.

Para el sistema un profesor esforzado es el indolente ante los problemas sociales, quien se dedica linealmente a lo que se le señala. Es quien trabaja en automático un programa previamente diseñado. Sí, los profesores esforzados son los difusores del pensamiento sistémico, los mandarines subvencionados para galvanizar las prácticas dominantes.

¿Quién o quiénes diseñarán el código de ética laboral para el ejercicio de este eje? ¿Quién o quiénes serán los modelos exponenciales del esfuerzo y la preparación? ¿Elba Esther Gordillo y su confederación de animales de pezuña grande?

El Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la Secretaría de Educación Pública data del 13 de febrero de 1946. Con una antigüedad de 62 años, la norma sigue siendo de observancia obligatoria.

Recordamos aberraciones como las que se expresan en el artículo 25 relativo a las obligaciones de los trabajadores: Obedecer las órdenes e instrucciones que reciban de sus superiores en asuntos propios del servicio. Una vez cumplidas expresarán las objeciones que ameriten. (Fracción VI)

O lo que dice la fracción X: Abstenerse de denigrar los actos de gobierno o fomentar por cualquier medio la desobediencia a su autoridad.

Cumplir y cuestionar a posteriori. Ser reverenciales y no críticos. No pensar. Adherirse a la corte de proselitistas del silencio. Hacer del campo de trabajo la fosa séptica de la dignidad. Tal es el espíritu del reglamento, pues en caso contrario, los diferendos deberán ser trasladados a la clandestinidad.

Y no lo van a reformar. Seguramente que no, salvo el articulado que se refiere a contrataciones y promociones. Pero para sus propósitos, está como anillo al dedo. Manuel Ávila Camacho, pues, recobrará vigencia en los albores de este siglo XXI. Vamos caminando en redondo, como las mulas de noria, ¿verdad?

Dijo el licenciado Pedro Zepeda en la Mesa Monitor que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos les enfatizó que “un mal ingreso de una mal maestro representa 30 años de ese maestro en el sistema educativo”. Es decir, niega la dialéctica del propio sujeto. La mediocridad petrificada será su estigma.

Esa es la razón que se esgrime para justificar que “el otorgamiento de nuevas plazas y la ocupación de las vacantes definitivas se realizarán mediante concursos nacionales públicos, y sólo habrá promociones por concurso y en función del mérito profesional”.

Y amenaza Calderón: “Estamos decididos a que estos compromisos no se queden en el papel, por eso les anuncio que los primeros concursos públicos se realizarán antes de iniciar el próximo ciclo escolar”.

Tal énfasis nulifica los sistemas escalafonarios y las Comisiones Mixtas dejarán de ser. Pero también inferimos lo que subyace: debilitar lentamente a las escuelas normales públicas. Los gobiernos derechistas ven en la educación su propio aparato ideológico. Por lo tanto, la preparación de sus docentes tiene que darse en instituciones privadas para que en su ejercicio diseñen el nuevo sujeto histórico, fomentándole los valores de la religión confesional a fin de acabar con lo que ellos han llamado “laicismo radical”.

La zanahoria: “…un nuevo programa de estímulos para premiar a las mejores maestras y a los mejores maestros; concretamente, entregaremos un bono anual a las maestras y los maestros que consigan los mayores avances en el logro educativo de sus alumnos”. Así lo declaró Calderón.

El golpe… “La evaluación del docente que participe en Carrera Magisterial será anual y obligatoria (no optativa). Tres factores serán motivo de evaluación: El cómo se evalúan los alumnos del profesor, con 60 puntos; cómo son los avances en Carrera Magisterial del profesor (?), con 20 puntos; y cuál es el desempeño del profesor frente a grupo, con 20 puntos. Además la permanencia en el sistema no será automática, sino que tendrán que refrendar su condición para mantener la categoría de Carrera Magisterial”. Así lo declaró Pedro Zepeda.

Lamentablemente no dio más detalles sobre los tres factores, de manera que tendremos que conformarnos, por lo pronto, con esa información escueta; aunque sin dejar de reafirmar lo que ya he aseverado: Carrera Magisterial iniciará su descenso hasta que desaparezca totalmente y el gobierno recupere un presupuesto que ya le resultaba oneroso. Al tiempo.

De lo que mucho gusta los políticos es declarar que todo debe darse con transparencia y rendición de cuentas, cualidades que todos ellos carecen. La Alianza por la Calidad Educativa, al decir de ellos, sí será transparente y rendirá cuentas (que se cumpla la ley en los bueyes de mi compadre, ¿verdad?) Por lo tanto, “…se creará un Sistema Nacional de Información Escolar que incluya la plantilla docente, directiva y administrativa, el estado de sus relaciones, mobiliario, equipo, acervos bibliográficos de cada plantel de educación básica”.

Precisó Pedro Zepeda que en eso de “el estado de sus relaciones” cada escuela de educación básica, al iniciar el próximo año escolar, exhibirá un poster que informe a los padres de familia:

Cuál es la relación alumnos-aula. (Aquí el número de alumnos es de tantos por salón, en la escuela más próxima, de tantos, a nivel estatal, de tantos.)
Cual es la relación alumnos-baños. (Idem)
El número de docentes que están frente a grupo y cuántos no.

¡Ah! esa será la transparencia y rendición de cuentas para los padres de familia pues no necesitan de más para sentirse también propulsores de la “revolución educativa que México estaba esperando por décadas”.

Finalmente, haré referencia al costo aproximado que tendrá la aplicación de la ACE publicado por el diario “Reforma” el 12 de mayo de 2008.

.- Costo estimado para los próximos cinco años: 100 mil millones de pesos, a razón de 20 mil millones por año.

.- Costo operativo del Sistema Nacional de Información Escolar: 5 mil 603 millones de pesos.

.- Para resarcir deficiencias en infraestructura, mobiliario y equipo: 43 mil millones de pesos.

.- Costo operativo del organismo certificador de competencias del personal: 470 millones de pesos.

La pregunta final sería: ¿Cuánto de ese presupuesto será desviado para las próximas elecciones del año 2009, cuya pretensión es otorgarle a Felipe Calderón una mayoría absoluta que no le obstaculice el diseño de su plan privatizador? ¿Cuánto para las elecciones de 2012 que le garantice al PAN mantenerse en Los Pinos? Y ¿cuánto habrá de disponer Elba Esther Gordillo para aplicarlo a su Partido Nueva Alianza?

El tema seguirá dando motivo para continuar su trato indefinidamente. De manera que no lo doy por cerrado.



(3) Cruz, Liliana y Lugano, Graciela. “Didáctica de la lectura, estrategias y recursos”

(4) Informe de la Conferencia Mundial de la Educación 2000. Dakar, Senegal.

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