martes, 19 de enero de 2010

Los exhortos al elogio


El autista habitante de Los Pinos llamado Felipe Calderón, ha hecho diversos llamados demagógicos a la ciudadanía para que nos envolvamos en la bandera y nos arrojemos al abismo de la inmovilidad y el conformismo.
En el último de ellos nos aconseja -con paternalismo iluminado- que pongamos oídos sordos a voces pesimistas y acatemos sus comodinas decisiones económicas que nos ha endilgado, sometiéndonos ovejunamente a los “grandes sacrificios” que éstas imponen, a fin de alejarnos –según él- de los serios peligros financieros que nos impiden tener una rápida “recuperación económica”. De tal expresión arranca su nueva promoción publicitaria.
Aseguró que sólo así llegaremos a “escribir páginas de gloria”; y al efecto, nos recomendó utilizar tres ingredientes para tal logro: unidad, solidaridad y trabajo. Él a su vez nos prometió (¡ah!, las promesas calderonianas de (im)puntual cumplimiento) que cuidará de la inversión del dinero de la hacienda pública con la sazón de una trilogía de componentes: prudencia, honestidad y eficiencia
En el frenesí de su perversidad, aseguró que nosotros los mexicanos tenemos la profunda convicción de que nuestro golpeado país está destinado a ser grande, que llegaremos a sobresalir y haremos historia. (Sólo faltó, como fondo de su perorata, los gritos delirantes del ¡Sí-se-puede! ¡Sí-se-puede!)
Enrielado en su verborrea se congratuló que (nosotros) los mexicanos constituyamos una raza de valientes que en medio de la tormenta le echa energía, coraje, creatividad y capacidad; por lo que se deduce que aquí nadie se raja. Nada importa que la mayoría de los mexicanos se encuentren hundidos en la pobreza, el desempleo y sean victimizados por la criminalidad.
El tenor de la retórica presidencial denota la desesperación de alguien que se encuentra hundido en el terror de lo desconocido, una ignorancia supina que, según el diccionario, es la que procede de la negligencia en aprender.
El uso arbitrario de términos ambiguos no sólo provoca el desconcierto, sino que deja al descubierto lo incógnito de nuestro rumbo. Lo que para el presidente son páginas de gloria, para el común de la ciudadanía son folios trágicos que se manifiestan en pobreza y desempleo. Si la capacidad de aguante fuera cualidad benemérita, el pueblo ya tendría muchos tomos escritos de páginas gloriosas.
Aristóteles, en su exposición sobre el ‘justo medio’, asevera que entre la osadía y la cobardía se encuentra la valentía. Si entendemos por valentía el valor que nos enseña a reconocer nuestros errores y luchar contra la adversidad en defensa de lo justo, el pueblo de México sí es un pueblo de valientes pero con gobernantes cobardes.
Ya hemos reconocido nuestro error al elegirlos y nuestra cauta permisividad al cometer sus atropellos. Más cuando convocamos a la protesta se nos tacha de cismáticos y se nos reprime con la censura y el sometimiento a su beligerancia.
Nuestro derecho a la expresión libre pretende circunscribirla en hablar bien del desempleo, de la pobreza, de la impunidad, de la violencia castrense, de la pésima educación, del corporativismo sindical, de los feudos del poder, de su corrupción, de su impunidad, de su cinismo… en fin, de la destrucción de nuestro país; es decir, nos señalan los márgenes de la locura: el abandono de nuestra dignidad.
No caigamos en las trampas verbales que constantemente nos están tendiendo y tengamos bien claro que nuestro enemigo histórico es el sistema de gobierno.

sábado, 16 de enero de 2010

La Iglesia ante los afanes de dominio


“La misión propia que Cristo confió a su Iglesia
no es de orden político, económico o social. El
fin que le asignó es de orden religioso”
Concilio Vaticano II.

La separación entre la Iglesia y el estado se ha puesto en la palestra de la discusión, a raíz de las declaraciones frecuentes que sus altos prelados hacen, en tono de franca censura, a tópicos diversos inherentes a la política profana.
Asumo el concepto de política profana en los términos como lo identifica el filósofo francés Daniel Bensaid, “…como una manera de entender la política global y como crítica a la política convencional”.
Estamos en un contexto en el que poco a poco el vocabulario religioso va contaminando el discurso jurídico. El punto de inflexión lo identificamos en las reformas al artículo 130 constitucional y a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de 1992, impulsadas por el entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, otorgándoles así personalidad jurídica a las iglesias y el ejercicio de derechos políticos a los ministros de culto.
En aprovechamiento de la coyuntura electoral de 1988, la iglesia católica fue utilizada como un instrumento de legitimación, ya que el triunfo electoral del candidato del PRI había quedado en duda por la supuesta caída del sistema, la cual fue operada por el entonces secretario de gobernación Manuel Bartlet Díaz.
Lamentablemente en la reforma de la ley en comento, quedaron profundos vacíos que han sido aprovechados para vulnerar el Estado laico y hacerse de una presencia cada vez más beligerante en el espacio público.
Por otra parte, la cerrada ortodoxia que promueve la jerarquía católica encontró campo fértil en dos factores: la debilidad de los gobiernos y la capitulación de los partidos políticos. Eso ha permitido que su afianzamiento en el espectro político del país, haya alcanzado su confirmación a partir del arribo al poder de estructuras fundamentalistas de la religión católica.
Por eso ante asuntos tan controversiales como la eutanasia, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adopción, los prelados se han desagarrado las vestiduras y los han censurado furiosamente sin medir las consecuencias que pudieran traer, tales como la homofobia, la persecución, la intolerancia y su esencia sustantiva, el odio.
Uno de los elementos fundacionales del Estado es su laicidad, entendiendo como tal la existencia de una sociedad no confesional. En tal condición se incluye la separación entre las instituciones del Estado y de las organizaciones religiosas, a fin de garantizar la libertad de conciencia.
Cuando los prelados intervienen con la estridencia antepuesta, rompen con ella (la laicidad) al pretender imponer normas y valores morales; se fugan del tiempo histórico, lo cual resulta inaceptable para la independencia de las instituciones. Por eso la aseveración de Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en el sentido de que la moral de una iglesia no puede ser el fundamento de una ley.
Inferimos que las leyes no se deben amoldar a posiciones doctrinales; por lo que la iglesia no deberá tener ímpetus subordinadores como en el pasado, sino habrá de converger con la dinámica propia de la sociedad, a fin de alcanzar un principio unificador sustentado en el ejercicio pleno de la libertad. Juan XXIII en su Encíclica Pacem in Terris asienta: “Entre los derechos universales inviolables, de la persona humana, está el derecho a la libertad”.
Deberán ser conscientes de que el anacronismo que han demostrado no es compatible con la actualidad. Que su autoridad centrada en principios religiosos antiguos y tradicionales, ya generan impactos adversos, como pudiera ser el lucro político a favor de los grupos conservadores.
Finalmente, el hecho de que las autoridades del gobierno fraternicen con los embates de la jerarquía eclesiástica por una mera política convencional, puede conducirnos a una situación tan lamentable como la confrontación entre quienes preferimos un estado laico y quienes lo prefieren confesional. Formulo mis votos por que no suceda.

miércoles, 6 de enero de 2010

Espurio, alcohólico y esquizofrénico... ¡P'a su...!


Decían los pensadores clásicos que para hablar de suciedad hay que ensuciarse y reconocerse como enfermo. Hablemos pues de la bazofia política que nos intoxica y vamos a reconocernos como dolientes de este apocalipsis.
Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, especializados en asuntos económicos y de la pobreza, aplicaron dos adjetivos tronantes al gobierno del señor Felipe Calderón. Aseveraron que la actitud del citado gobierno era “cínica y esquizofrénica, pues en tanto que afirma que apoya a las familias más desfavorecidas, al mismo tiempo incrementa el precio de la gasolina y favorece aumentos en alimentos básicos, como la tortilla”.
Múltiples han sido los calificativos que los gobiernos panistas se han ganado a pulso. Obviamente no quiero significar que los gobiernos que surgieron del PRI hayan sido mejores. Menos aún de aquéllos que se instalaron a partir de Miguel de la Madrid hasta el de Ernesto Zedillo. No, ahora hemos confirmado la hermandad diabólica que han construido ambos partidos, el PRI con el PAN, el PAN con el PRI, para mantenernos en la humillación de una precaria existencia, previamente sometidos por la razón de la fuerza.
Tan cínicos han sido los unos como los otros. Al romper el pacto cívico con la sociedad a la que dicen gobernar, han recuperado el ideario del cinismo que toma como modelo a los animales que los suponen seres con pocas necesidades y de rápida adaptación a las situaciones que les imponen.
El acomodo que hacen de las leyes para otorgarse salarios de montos excesivos; jubilaciones tempranas que se conceden con pensiones privilegiadas; el manejo de medias verdades para justificar el oprobio de sus argucias; la difusión de campañas mediáticas para desinformar y reducir las evidencias que los delatan; y el fingimiento de la demencia ante actos de tortura, desaparición y sentencias aplicadas a inocentes, son algunas de las muchas estrategias cínicas de nuestros políticos actuales.
Dejemos aparte el servilismo rastrero que anteponen para atender con prestancia lo que les demandan los poderes fácticos, asunto del cual ya trataremos en una futura colaboración.
Mientras tanto, ¿cómo explicarnos, a cien años de distancia de nuestra Revolución, que aún existan gobernantes, legisladores, ministros y jueces que pontifican la defensa del pueblo en medio de una mediocridad escandalosa en la que mezclan hipocresía y cinismo? ¿Cómo entender la existencia aún de estructuras caciquiles, sindicatos corporativos, esquemas autoritarios y grupos monopólicos? ¿Dónde quedaron aquellos ideales revolucionarios de justicia y equidad social? ¿De verdad tenemos por qué festejar con la estridencia de las bengalas y la fastuosidad de las obras de relumbrón el centenario revolucionario, cuando la patria se cuece entre la hipocresía, la desvergüenza, la desfachatez, la impudicia y el descaro de estos seres específicos que parasitan de nuestros impuestos, sólo por simularse políticos?
Todo lo que he dicho es evidente y las evidencias no necesitan ser comprobadas. Además, me apego al siguiente paradigma pronunciado por Harriet Beecher, escritora y abolicionista estadounidense, que dice: “Las lágrimas más amargas que se derramarán sobre nuestras tumbas serán de las palabras no dichas y de las obras inacabadas”.
Hagamos pues con nuestras palabras un racimo enorme de protestas, para cimbrar las conciencias y traducirnos en acciones.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Tiempos líquidos


Me permito compartir con los lectores de este blog, un artículo de Axel Didriksson publicado el 21 de octubre de 2008. Me ha parecido, además de interesante, motivador para leer más sobre Los Tiempos Líquidos del sociólogo Zygmunt Bauman. Vale.



La política se trueca en una continuación de la guerra por otros medios, en donde la anarquía económica, derivada de la especulación generalizada, se nutre de la violencia armada para influir en el miedo social.

Como oleadas sucesivas, las crisis económicas y políticas aparecen, se van, vuelven, se mezclan en periodos fijos y surgen de nuevo en condiciones de aparente estabilidad. En otro momento se presentan otra vez como incertidumbre y se dice que la misma será pasajera, por supuesto. Así ha sucedido durante los últimos veinte años, como un torrente inestable cada vez más fuerte.

En el libro de Zygmunt Bauman (2008), los tiempos “líquidos” (que han dejado su fase “sólida”) se manifiestan en “una condición en la que las formas sociales (las estructuras que limitan las elecciones individuales, las instituciones que salvaguardan la continuidad de los hábitos, los modelos de comportamiento aceptables) ya no pueden mantener su forma durante más tiempo, porque se descomponen y se derriten antes que se cuente con el tiempo necesario para asumirlas y, una vez asumidas, ocupar el lugar que se les ha asignado”. Volatilidad, especulación, objetos nomádicos y nómadas humanos por todos lados, estrategias breves, políticas efímeras.

En medio de la incertidumbre y la inseguridad se va abriendo paso el autoritarismo, la idea de que se requiere imponer una “seguridad democrática” (como en Colombia), una globalización negativa, la coacción, la delincuencia sin fronteras cobijada desde mandos altos e intermedios que se diluyen y entremezclan. La política se trueca en una continuación de la guerra por otros medios, en donde la anarquía económica, derivada de la especulación generalizada, se nutre de la violencia armada para influir en el miedo social: inter arma silent leges (cuando hablan las armas, callan las leyes), y van erosionándose las instituciones y se van enmarcando los derechos civiles y políticos. Sucede en otros países.

Vuelvo a citar a Bauman: “Lo crucial no es el miedo al peligro, sino el grado de expansión que dicho miedo puede adquirir, en qué puede convertirse. La vida social cambia cuando las personas viven resguardadas tras el muro, contratan a vigilantes, conducen vehículos blindados, llevan botes de aerosol defensivos y pistolas y acuden a clases de artes marciales. El problema es que tales actividades reafirman y contribuyen a acrecentar la misma sensación de caos que estos actos intentaban prevenir… A falta de (un) bienestar existencial, la gente tiende a conformarse con la protección o con un sucedáneo de ésta”.

Podemos confirmar, cierta y desafortunadamente, que también en el país se está presentando una situación como la que analiza el autor citado, un escenario de “tiempos líquidos”. El contubernio de autoridades corruptas con las bandas de delincuentes, así como políticas inconstantes que dicen una cosa y luego dicen otra, incertidumbre económica, deslegitimación de los sistemas de defensa colectiva (como los sindicatos y otros instrumentos de negociación), el retiro del Estado de las funciones básicas que debería garantizar para toda la sociedad, como la educación, la salud, el trabajo, el cuidado de los niños y los adultos mayores, las garantías fundamentales y los derechos humanos, para dedicarse, cada día más, a la lógica de una sola función: la seguridad.

En el merecidísimo premio a su labor, el periodista Miguel Ángel Granados Chapa dijo, más o menos: “Se acumulan los signos del autoritarismo”. Frente a ello, lo que nos queda es confirmar que también contamos con una sociedad resuelta, la cual se organiza por sí misma, tiene una esperanza por resolver y no tiene miedo y, si lo tiene, se lo aguanta.

(Artículo de Axel Didriksson, Secretario de Educación en el DF)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Entre el escarnio y el autoelogio


Después de festejarse con autoelogios por el tercer aniversario de su arribo al poder presidencial, Felipe Calderón ha sido calificado como el peor de los gobernantes que México ha tenido en los últimos ochenta años.
Sin experiencia en asuntos de la administración pública, pues únicamente se desempeñó por un breve tiempo como director del Banco Nacional de Obras y posteriormente Secretario de Energía, llegó a la silla presidencial cargando un fardo de promesas que sabía de antemano que no cumpliría. Y entre bandazos y palos de ciego, ahí nos lleva arrastrados en su aventura que nos advierte un apocalipsis fincado en la razón de la beligerancia.
Los finales están en los principios. Así dice el sabio paradigma con el que se nos instruye que de la forma como iniciemos un proyecto o designio, así será su conclusión. Y este sexenio presidencial empezó sembrado de dudas sobre su legitimidad, debido al cínico intervencionismo de Vicente Fox y la expresión folklórica del “haiga sido como haiga sido” que se le escapó en un lapsus al señor Calderón. Luego vendría el despertar del pasmo ciudadano por el ingreso atropellado que realizó al recinto legislativo, acunado por numerosas fuerzas guardianas.
No, el síntoma del fraude no se ha superado y la condición de espurio que conlleva no se ha desvanecido. Menos aún cuando los empeños de su gobierno han sido para el beneficio de las mismas familias que tomaron en arrendamiento al país; esos grupos selectos que no sólo se han mostrado como evasores del fisco, sino como disfrutantes únicos de canongías y privilegios excepcionales.
Y la retórica, como “el arte de la palabra fingida”, sentó sus reales en palacio.
Presumió jactancioso que México había entrado a un proceso de creación de empleos sumando 250 mil de ellos, pero con marrullería olvidó citar su contrario, es decir, el aumento del desempleo cuya cifra se eleva a más de un millón 400 mil desempleados, sólo en el presente año.
De la clase trabajadora han surgido voces denunciantes sobre el embate que ha emprendido contra el sindicalismo independiente, mientras condesciende y tolera aquéllos que aún preservan estructuras charriles, sólo por apuntalar su poder blandengue.
El quebranto de la economía popular ha resultado brutal, tanto que más del 50% de la población padece de pobreza.
La guerra que le declaró a la delincuencia organizada, no ha logrado hacer que disminuya ni el tráfico ni consumo de drogas, como tampoco los secuestros y asaltos a la población inerme.
Lejos de combatir los monopolios, como tal fuera uno de sus muchos compromisos, los ha arropado y favorecido con mayores preferencias. Así lo demuestra la exención de pagos que concedió a quienes ganen la licitación de la banda que será utilizada para el triple play, destacando Televisa sobre Telcel, Alestra, Iusasell y Maxcom. La dádiva equivale a un monto de 5 mil 600 millones de pesos.
El sector privado tiene una deuda por créditos fiscales por el orden de 453 mil millones de pesos, cantidad mayor a lo que representa lo que se pretende recaudar con el alza de impuestos y la implantación de nuevas cargas tributarias.
Y hay más, mucho más de qué hablar sobre este contador de cuentos que habita en Los Pinos. Por eso, cada vez que se dirige a la ciudadanía con sus falsarios mensajes, debería comenzar diciendo: Mexicanas y mexicanos: En un lejano país… y al final de su frenesí verbal, concluir diciendo: Y se acabó este cuento con pan y pimiento y todos contentos.

martes, 1 de diciembre de 2009


¡¡ Un Día en la vida de Leonel Godoy !!

(Cualquier coincidencia con la realidad es mero parecido)

1. EL Gobernador Godoy lleva juguetes al Hospital Infantil y el subdirector del hospital le dice: "Señor Gobernador, usted les trae juguetes a los niños y hace dos días que no comen".... Ah! Entonces dígales que si no comen... no hay juguetes!!!

2. Al hijo del Gobernador lo muerde un perro negro y, éste ordena matar a todos los perros negros de Michoacan!!! Los perros negros empiezan a correr por la carretera y al fondo corre un perrito blanco. Uno de los perros negros le pregunta: "Y tú por qué corres, si mandó a matar sólo a los perros negros?" ... "Y tú... ¿vas a creerle a ese mentiroso hijo de puta?"

3. Un borracho está en la plaza de armas gritando: "¡¡¡EL GOBERNADOR ES UN HIJUEPUUUTAAA, EL GOBERNADOR ES UN HIJUEPUTAAAA!!!" Rápidamente, aparecen dos guardias le empiezan a dar golpes, por traición al Estado y se lo llevan a rastras. El pobre borracho empieza a implorarles: "Pero... si yo me refería al Gobernador del Estado de México!" y los guardias le contestan: "¡No trates de confundirnos! Nosotros sabemos quién es el Hijueputa!!!"

4. Un señor en una tienda de disfraces:
-"Quiero un traje de cura y una máscara del Gobernador Leonel Godoy"
-"¿Y eso para qué?"
-"¡Para disfrazarme de 'Reverendo Hijo de Puta'!"

5. Le pregunta Godoy a Pepito: "Así que TÚ eres el de los cuentos?"
- "No, señor Gobernador, yo soy el de los chistes, el de los cuentos es USTED!!!"

6. Competencia de perros: Estaban un ingeniero, un contador, un químico, un informático y Leonel Godoy alardeando sobre la inteligencia de sus perros...
El ingeniero ordenó a su perro: '¡Escalímetro, muestra tus habilidades!.. el perro agarró unos ladrillos, unas tablas y armó el solo una casucha. Todos admitieron que era increíble.

El contador dijo que su perro podía hacer algo mejor:
'¡Cash flow, muestra tus habilidades!'.. el perro fue a la cocina, volvió con 12 galletas y las dividió en 4 pilas de 3 galletitas cada una. = Todos admitieron que era genial.

El químico dijo que su perro podía hacer algo aún mejor: '¡Óxido, muestra tus habilidades!'.. Óxido caminó hasta la nevera, tomó un litro de leche, peló un banano, usó la licuadora y se hizo un batido. Todos aceptaron que era impresionante.

El informático dijo que podía ganarle a todos:
¡Megabyte, hazlo!'.. Megabyte atravesó el cuarto, encendió el PC, controló si tenía virus, mejoró el tema operativo, mandó un e-mail
e instaló un juego excelente. Todos sabían que esto era muy difícil de superar.

Miraron de reojo a Godoy y le dijeron: Y su perro, qué puede hacer...?
Godoy llamó a su perro : '¡Zeta, muestra lo que te he enseñado!'..
Zeta se paró de un salto, se comió las galletas, se tomó el batido, borró todos los archivos del computador, masacró a los otros cuatro perros y los arrojo a la orilla de la carretera, y culpó a un perro inexistente...

Después Godoy alegó que nunca se había reunido con ese perro, que nunca lo había visto y que su hermano (que le había regalado el perro) hacia tiempo no lo veía y no sabía donde estaba.


*AVISO IMPORTANTE: *

TODO AQUEL QUE RECIBA LA PRESENTE COMUNICACIÓN, TIENE LA OBLIGACIÓN ÉTICA Y EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE MICHOACAN, DE ENRIQUECERLO Y RETRANSMITIRLO A TODO MICHOACANO ARTO DE LO QUE ESTA PASANDO EN EL ESTADO.

Retrato de un político demente


Rafael Acosta, Juanito, ha demostrado tener algunas de las características de un sociópata, patología psíquica caracterizada por egocentrismo, megalomanía, falta de responsabilidad, extroversión, exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder.

Con la reserva de que este análisis es hecho de manera general y está basado en las apariciones que Juanito ha tenido en los diversos medios de comunicación, el psiquiátra y psicoanalista Fernando Valadez señala que Rafael Acosta también presenta una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda de nuevas sensaciones, falta de preocupación a las consecuencias y ausencia de culpa o remordimiento de sus actos.

“Su estructura psíquica esta minada. Tiene la firme convicción de que lo que hace está bien, no tiene conciencia de sus actos, pero es altamente manipulable, incluso con razonamientos simples y por consecuencia es una persona desechable”, asegura Valadez.

“Hoy la mentira la convierte en realidad”, pues su mente hace que crea que fue elegido democráticamente cuando él había acordado ante Andrés Manuel López ceder el poder a Clara Brugada si resultaba electo jefe delegacional en Iztapalapa por el PT.

Asegura que las declaraciones de Clara Brugada, ex encargada de despacho en la delegación Iztapalapa, quien señalan a Juanito como una persona que está “afectada de sus facultades mentales”, sí tienen una razón de ser, más allá de la intención política que las mismas llevan.

En este sentido y con la misma salvedad de un reconocimiento de la personalidad a distancia, el psicólogo de la UNAM, José Manuel Rojas Cervantes, dice que dentro de los rasgos de Acosta, se identifica un complejo de inferioridad que altera su percepción de la realidad pero no al grado de incapacitarlo para ejercer el cargo de delegado.

El especialista explica que, sin embargo, Rafael Acosta no tiene un proyecto ni una plena conciencia de hacia a donde quiere avanzar, por lo que el reconocimiento y el protagonismo es lo único que lo puede mantener y hacer sentir satisfecho.

“Más que por el dinero, está seducido por el poder. No soporta el anonimato y como una persona que presenta un complejo de inferioridad, al encontrar un mecanismo para sobresalir, ser aceptado y pertenecer a un grupo, procura mantenerse en lo que le hace sentir bien. El histrionismo es una de sus características y mientras haya escándalo él será feliz ”, dice Rojas Cervantes.

Ni pensarlo dirigiendo una demarcación política, pues el oropel que le rodea es lo que le satisface, más allá de un proyecto en beneficio de la delegación Iztapalapa, coinciden los especialistas.

“Hoy piensa que ya la hizo, que tiene un respaldo incondicional de ciertos grupos, pero en cualquier momento podría volverse contra ellos, pues este tipo de personas son inestables y reaccionan de manera impulsiva y hasta agresiva por miedo”, explica el psicólogo Rojas Cervantes.

Valadez asegura que Juanito es como aquellos ganadores de lotería, de los que 70% de acuerdo con una investigación, terminan mal, pues su estructura psíquica es brutalmente afectada por este acontecimiento sucedido de manera intempestiva.
(Nota de El Universal. Edición del 02 de diciembre de 2009)