martes, 1 de diciembre de 2009

Retrato de un político demente


Rafael Acosta, Juanito, ha demostrado tener algunas de las características de un sociópata, patología psíquica caracterizada por egocentrismo, megalomanía, falta de responsabilidad, extroversión, exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder.

Con la reserva de que este análisis es hecho de manera general y está basado en las apariciones que Juanito ha tenido en los diversos medios de comunicación, el psiquiátra y psicoanalista Fernando Valadez señala que Rafael Acosta también presenta una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda de nuevas sensaciones, falta de preocupación a las consecuencias y ausencia de culpa o remordimiento de sus actos.

“Su estructura psíquica esta minada. Tiene la firme convicción de que lo que hace está bien, no tiene conciencia de sus actos, pero es altamente manipulable, incluso con razonamientos simples y por consecuencia es una persona desechable”, asegura Valadez.

“Hoy la mentira la convierte en realidad”, pues su mente hace que crea que fue elegido democráticamente cuando él había acordado ante Andrés Manuel López ceder el poder a Clara Brugada si resultaba electo jefe delegacional en Iztapalapa por el PT.

Asegura que las declaraciones de Clara Brugada, ex encargada de despacho en la delegación Iztapalapa, quien señalan a Juanito como una persona que está “afectada de sus facultades mentales”, sí tienen una razón de ser, más allá de la intención política que las mismas llevan.

En este sentido y con la misma salvedad de un reconocimiento de la personalidad a distancia, el psicólogo de la UNAM, José Manuel Rojas Cervantes, dice que dentro de los rasgos de Acosta, se identifica un complejo de inferioridad que altera su percepción de la realidad pero no al grado de incapacitarlo para ejercer el cargo de delegado.

El especialista explica que, sin embargo, Rafael Acosta no tiene un proyecto ni una plena conciencia de hacia a donde quiere avanzar, por lo que el reconocimiento y el protagonismo es lo único que lo puede mantener y hacer sentir satisfecho.

“Más que por el dinero, está seducido por el poder. No soporta el anonimato y como una persona que presenta un complejo de inferioridad, al encontrar un mecanismo para sobresalir, ser aceptado y pertenecer a un grupo, procura mantenerse en lo que le hace sentir bien. El histrionismo es una de sus características y mientras haya escándalo él será feliz ”, dice Rojas Cervantes.

Ni pensarlo dirigiendo una demarcación política, pues el oropel que le rodea es lo que le satisface, más allá de un proyecto en beneficio de la delegación Iztapalapa, coinciden los especialistas.

“Hoy piensa que ya la hizo, que tiene un respaldo incondicional de ciertos grupos, pero en cualquier momento podría volverse contra ellos, pues este tipo de personas son inestables y reaccionan de manera impulsiva y hasta agresiva por miedo”, explica el psicólogo Rojas Cervantes.

Valadez asegura que Juanito es como aquellos ganadores de lotería, de los que 70% de acuerdo con una investigación, terminan mal, pues su estructura psíquica es brutalmente afectada por este acontecimiento sucedido de manera intempestiva.
(Nota de El Universal. Edición del 02 de diciembre de 2009)

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