lunes, 11 de mayo de 2009

¿Pánico? ¿Cuál pánico?


El presente artículo fue publicado en el diario "La Jornada de Michoacán" en su sección "El correo ilustrado", el día 11 de mayo de 2009. Su autor es José de Jesús Loza Sánchez.


"La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan". Henri Becque
La omnipresencia de la influenza en los medios masivos, manifiesta por columnistas, lectores y usuarios del ciberespacio, nos ha obligado dejar pendientes temas y hechos de personajes que cobran como funcionarios públicos y como príncipes de dios, quienes ante la sombra viral, se mueven con sigilo, cual secuaces. A su momento, a su momento.

Hoy nos ocupa la reapodada amenaza de nueva cepa y sus efectos en todos los ámbitos personales y colectivos.

Estamos atiborrados de notas sobre sus causas, características, consecuencias y reacciones, desde la perspectiva la conspiración hasta el castigo divino, pasando por la que menos se consulta, la científica.

Obvio, esta es otra más, pero diferente. Quiero resaltar la percepción y actitud de nosotros, los mexicanos, ante tal amenaza, de las declaraciones oficiales y de sus voceros mediáticos, a partir del segundo día del notición, pues el primer día más que crear pánico colectivo, la mayoría se alarmó y se equipo.

Dichas reacciones se pueden sintetizar en una frase: nos vale madre lo que digan y hagan; sí, así es, por ejemplo, el quehacer cotidiano familiar, personal, laboral y social se llevan con normalidad, hay variantes que más que alterar incomodan, excepto lo educativo; se realizan, con y sin tapabocas, muchos, ahora sí, nos lavamos las manos antes y después de todo, pero seguimos saludando de mano y de beso -la abstinencia como método anticonceptivo tampoco funciona, se sigue practicando el sexo con cubrepene, ni modo Sandoval, hasta en estos momentos de prueba de fe se sigue pecando-, asistimos a lugares de concentración masiva: reuniones familiares (bodas, cumpleaños, los sagrados “juev(b)ebes viernesex ,etc.) restaurantes, bares, plazas públicas y comerciales, canchas de futbol y parques, es más hasta los mochos van a misa, comulgan y dan saludos de paz..

Sin embargo, las razones de ese actuar son diferentes en cada conciudadano, con o sin conocimiento de causa, por sentido común o por conciencia, incluso los propios fanáticos panistas hacen caso omiso a las recomendaciones de su presidente, ese el que utiliza al ejército para todo menos para lo que debe de ser, hoy los usa como edecanes reparte cubrebocas.

Lo único novedoso y llamativo es que unos usan tapabocas; de éstos, algunos se lo ponen porque sienten que se protegen y los más por pura pose, -como aquell@s que cargan su botellita de agua a todos lados dando a entender que cuidan la línea aunque se alimenten de chatarra-, al momento de encontrarse con sus amistades se la quitan, saludan de beso y/o de mano, comen en la calle con la tela al cuello, que de seguro está sudoroso, del mesero y de la cajera reciben platillo y cambio con las manos sin guantes, al término la regresan a la boca; días después o al estornudar siguen con el mismo trapito desechable, a sabiendas de que tiene una vida útil de cuando mucho cuatro horas y de que la mano es la principal vía y portadora del mal, -y el PAN como arranque de campaña regala setenta mil de estás, más como suvenir propagandístico que producto sanitario- ¡que falaz¡

Ahora que estoy de vacafluenciones me di a la tarea de leer las opiniones de los lectores de varios periódicos locales y nacionales, correos de amigos virtuales y reales, también he observado, a cada paso que doy en auto o a pie de Tlajomulco a Guadalajara, cruzando baches, semáforos y obras inútiles, a transeúntes, a comensales de los cafés que frecuento, a los amigos y familiares, les pregunté a cien de ellos del porqué de sus apreciaciones y comportamiento que antes describí.

Básicamente las respuestas coinciden o son similares a lo que dijo, según la vox dei, uno de los miembros del cartel de Jesús “ hasta no ver, no creer “; es decir, no tienen un referente palpable de entre sus amistades y conocidos que haya contraído el AH1N1, que se reúnen con muchas personas –tapados y destapados-que ya van cinco días y nada, solo estornudos, se auto recetan y/o consultan a su médico…nada, nada, nada ha pasado.

Asimismo, argumentan que como los funcionarios, los nuevos perfiles de liderazgo de opinión (la Chapoy, el Doriga y más de la misma calaña), y en las telenovelas no usan el ya tradicional pañuelo desechable con liguitas, -típico de las enfermer@s y cociner@s-, por lo tanto, significa que no es tan maloso el bichito.

Las más contundentes fueron: de que todo es mentira, que hay intereses creados y que ya hay solución, en caso de contagiarse inmediatamente acuden a que los curen, es más, hasta el costo de la pastilla aparecida por obra del espíritu santo saben, nada más y nada menos que 500 pesos, hasta el día de ayer, en el mercado negro, si allí donde están pensando, hospitales privados, y con personal de la salud pública de Jalisco y de San Luis Potosí. Eso sí, aquí hay referencia palpable, pues un amigo de un amigo….que trabaja en…le vende el Tamiflu.

Hablando en términos espurícos, “haiga sido como haiga sido”, ya están aquí enfermedad y cura. La actitud y percepción de la ciudadanía no es de minimizar “el nuevo peligro para México”, sino que le dan su justa dimensión, sin apánicarse; los federales intentaron sembrar y expandir a lo que podríamos llamar, adoc, virus P1M1S1 (pánicus mieditis segregacionaris), les falló, ya estamos inmunes de tantas mutaciones evolutivas que ha tenido la mentira y el fraude desde el poder.

Es sabido por todos que los discursos a la nación no van dirigidos a nosotros, son informes torcidos con remitente a los agiotistas globales, ¿quien le cree al decir, palabras más palabras menos, que “felicita a la población por seguir las recomendaciones del gobierno para hacer frente a la epidemia-pandemia…quedarse en casa y ponerse tapabocas? Todos estamos afuera, haciendo actividades en lugares muy concurridos, el tapabocas tiene el mismo efecto que el de rezar.

La única medida sensata es la que han impulsado insitituciones como la UNAM o la Universidad de Guadalajara, suspender las actividades a tiempo y organizarse para la contingencia, la Secretaría de Educación cascabilló, después se suma, es el único sector donde hay más afluencia para que la afluenza se propague. Nuestro comportamiento ciudadano, aunque a unos se les vean nomás los ojos de vez en vez, da razón a las palabras de Voltaire

“El arte de la medicina consiste en mantener al paciente en buen estado de ánimo mientras la naturaleza le va curando”. Ningún aprendiz de dictador suplanta el sentido común, condición natural del ser humano.

No hay comentarios: