Francisco RIVAS LINARES
En
el Portal Sin embargo que dirige el periodista Jorge Zepeda Páterzon, el
columnista Martin Moreno, autor de los
libros “Paulette, lo que no se dijo” y “Abuso del poder en México” entre otros,
dio noticia sobre las renuncias de tres Secretarios de Estado: el de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el de Hacienda, Luis Videgaray; y la
del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, renuncias que les fueron presentadas al
Presidente Enrique Peña Nieto entre diciembre y enero pasados y que no les
fueron aceptadas.
Pocos
conductores de noticias difundieron la nota filtrada desde la presidencia,
entre ellos Ciro Gómez Leyva. Por razones fáciles de entender, inferimos que
esta no se le dio la amplitud difusora, pues el hecho en sí, implicaba deducir
una crisis en el gabinete del gobierno federal.
Y
no es para menos. Al desprestigio que Peña Nieto va arrastrando a raíz de los
acontecimientos de Tlatlaya e Iguala, con las consabidas ejecuciones
extrajudiciales y desapariciones forzadas de los 43 estudiantes de la Escuela
Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, respectivamente; así como
los escándalos de los conflictos de interés que se da entre la presidencia con
la empresa Higa, cuya evidencia quedó expuesta en las residencias palaciegas,
tanto del propio presidente y su esposa, como la de Luis Videgaray, agregarle
ahora las renuncias susodichas, provocaría un derrumbe a cabalidad del gobierno
federal.
Los
secretos que se gestan desde las entrañas del poder, muchas veces se ven
filtradas hacia el exterior. Las razones de sus pugnas intestinas las
deducimos, no solo por cuanto a lo que se dicen o se hacen, sino, incluso, por
las pretensiones de sus actores.
Así,
se infiere que las renuncias en comento obedecen principalmente a proyectos
personalísimos con miras a 2018; y como dado el desprestigio y la falta de
credibilidad en que ha caído el supremo preciso, no quieren exponerse a riesgo
alguno que les impida alcanzar logros políticos a futuro.
Pero
ellos mismos han contribuido a ese desprestigio y falta de credibilidad. Por
ejemplo, el responsable de la política interior del país no ha logrado
controlar la inseguridad que domina el territorio nacional, muy a pesar de las estrategias
–de por si costosas – que frecuentemente anuncia con bombo y platillo en los
estados dominados por la delincuencia organizada.
O
bien la fallida política económica que aplica el Secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, que nos tiene a todos en un hito por la devaluación y pérdida del
poder adquisitivo de nuestra moneda. En tanto que Alfonso Navarrete Prida
pretende ser un fuerte aspirante a la fiscalía anticorrupción de México.
Proyectos
personales, pues, son los que van arrastrando al país a caminar por el filo de
la navaja. Mientras tanto, los gobernados, estamos en un tris en el laberinto
de las imprecisiones y los palos de ciego de políticos sin escrúpulos y
dominados por la corrupción y el enriquecimiento inexplicable Todos son gusanos
de la misma guayaba.
(Columna
Política 13 febrero 2015)
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