viernes, 28 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Sólo la pobreza engendra violencia
Francisco RIVAS LINARES
“La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”. Milán Kundera.
El dos de diciembre se dieron a
conocer cifras oficiales sobre la pobreza en nuestro país. De los 116 millones
900 mil habitantes de nuestro territorio, 11 millones 700 mil personas en
pobreza extrema; 52 millones en pobreza moderada; 28 millones de mexicanos sin
acceso a la alimentación y 81 millones de personas con al menos una carencia social:
salud, educación, vivienda o seguridad social.
Tal es la herencia dejada por
el gobierno de Felipe Calderón Hinojoza, el presidente que se solazaba en su
arrogante slogan “vivir mejor”, el hombre de las “manos limpias”, quien se
entronizó “haiga sido como haiga sido”, según su dicho.
Los datos están registrados en
el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2012, el cual fue elaborado por el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. El mismo documento
identifica a las diez entidades que sufren el más alto grado de rezago social.
Chiapas en primer término, seguido de Veracruz, Estado de México, Oaxaca,
Guerrero, Puebla, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí y Jalisco.
Si el flagelo de la pobreza es
considerado como un estado violatorio de los derechos humanos, tal violación no
para sólo en ella. Durante la administración desastrosa de Calderón, el poder
adquisitivo de nuestra moneda cayó en un 43%. El salario mínimo no alcanza para
adquirir la canasta alimentaria recomendable, que consta de 35 productos con
los nutrientes mínimos necesarios, pues para que una familia promedio compuesta
de 3.5 personas requiere un ingreso de 15 salarios mínimos.
Estos datos se reportan en el
documento denominado “Poder adquisitivo del salario y la precarización del
nivel de vida de los trabajadores en México 2012”, elaborado por el Centro de
Análisis Multidisciplinario de la UNAM.
El hambre es mala consejera,
dice el proverbio, dando a entender que cuando la necesidad es extrema se
llegan a cometer actos censurables, de poca o nula meditación. Y poco a poco se
va despertando el México bárbaro.
Quiero en esta colaboración
mantener firme la memoria de dos acontecimientos que nos llenan de oprobio a
todos los mexicanos. El domingo anterior, 16 de diciembre, se cumplieron dos
años del asesinato de Marisela Escobedo. Una de las muchas mujeres que vivieron
y viven el drama de la desaparición y/o asesinato de sus hijos. Marisela
Escobedo fue arrojada al activismo para buscar la justicia que le fue negada a
su hija Ruby Frayle, asesinada por Rafael Barraza Bocanegra.
Se quedo plasmada en la memoria
la imagen de su indefensa figura correr hacia las puertas de Palacio de
Gobierno de Chihuahua y ser asesinada en medio de la calle por un sicario
contratado para tal propósito.
Mañana, 22 de diciembre se
cumplen 15 años de la masacre de Acteal en Chiapas. 45 indígenas fueron
masacrados por una fuerza paramilitar, mientras oraban por la paz en una ermita
del municipio de Chenalhó.
Dice la escritora Susana Tamaro
que “…los muertos no pesan tanto por su ausencia, sino por aquello que entre
ellos y nosotros no fue dicho.”
Por eso, en honor a la expresión, hoy lo grito: ¡Justicia para
Marisela Escobedo! ¡Justicia para los indígenas de Acteal!
domingo, 16 de diciembre de 2012
Imita México el modelo educativo fallido de los estadounidenses: experto
Promueven examen estandar y hacer de la enseñanza pública un sector de lucro, señala.
David Brooks, corresponsal
Publicado: 16/12/2012 10:22
Publicado: 16/12/2012 10:22
Nueva York. El profesor William Ayers, veterano luchador por la educación pública democrática, denuncia que las reformas en el sector que se promueven en Estados Unidos buscan minar la “voz colectiva” de los maestros, privatizar la administración de un recurso público y reducir la enseñanza a un examen estandarizado.
Señala que México y otros países que están copiando parte del modelo que se impulsa aquí “deberían entender un par de cosas: una, se reduce la educación a algo que sólo se centra en un muy estrecho espectro cognitivo, en lugar de que sea una introducción robusta y amplia de los aspectos humanizantes de la cultura entera”.
Ilustra: “no me puedo imaginar a los Obama diciendo a sus hijas:‘nos gustaría llevarlas al concierto, a clases de violín, al equipo de natación, al ballet, al club de ajedrez, pero sólo lo haremos si se comprueba que eso elevará sus calificaciones en los exámenes’. Eso es una locura, ningún padre privilegiado diría tal cosa; entonces, ¿por qué se lo decimos a un niño afroestadunidense en Brooklyn? Es un insulto y lo más lejos de la democracia. Por eso, esa reducción del currículum, eso de deshacerse de las artes, de educación física, todo eso tendrá consecuencias desastrosas a largo plazo si uno desea vivir en una sociedad humanizada y democrática.
“La segunda consecuencia que estamos viendo es que se está desalentando a toda la mejor gente que desea ingresar al magisterio. El modelo de enseñanza que promueve Arne Duncan (secretario de educación de Obama) es de tres años y para fuera”, explica.
Ese modelo es uno en el cual se contrata a jóvenes capacitados rápidamente mediante programas como Teach for America, con la idea de que sólo trabajarán pocos años antes de ser abogados u tener otra profesión.
“Eso es una catástrofe. Ser maestro es la única profesión en Estados Unidos donde tener experiencia y antigüedad es considerado un déficit. También es la única profesión donde 50 por ciento de nuestros egresados de escuelas de pedagogía deja de enseñar después de cinco años. Si eso ocurriera en las escuelas de leyes y de medicina, tendríamos una emergencia nacional.”
Las reformas en el sector minan además una “educación humana y democrática”, afirma en entrevista con La Jornada.
Ayers, distinguido profesor de la Universidad de Illinois en Chicago (recién jubilado), fundador de organizaciones de reforma escolar y vicepresidente de la división de estudios curriculares de la Asociación Estadunidense de Investigación Educacional, ha escrito libros y numerosos artículos sobre el tema y su relación con la democracia y la justicia social (publicados en revistas de educación de Harvard y Columbia, en el New York Times y en revistas progresistas).
El experto ofrece un diagnóstico sobre el gran debate en torno a las reformas del sector que se han promovido durante la última década en Estados Unidos. Relata que líderes políticos y empresariales han ganado esta discusión porque lograron definir los términos.
“Cuando encuadras un tema de la manera que deseas, obtienes la respuesta que buscas. Cada vez que un político toma el micrófono y dice que necesitamos sacar a los maestros perezosos e incompetentes de las aulas, todos estarán de acuerdo. Pero si llego al micrófono primero y digo que todo estudiante de escuela pública merece tener un profesor pensante, intelectualmente desarrollado, moralmente apto, apasionado, bien descansado y remunerado, todos estarán de acuerdo también”, expresó.
El problema, en este contexto, es que “los poderosos, los Walton de Walmart, la Fundación de Bill Gates, tienen el micrófono, y han logrado encuadrar el tema como de incompetencia de los profesores”.
Al evaluar el impacto de eso, Ayers señala: “en lugar de apoyar a los maestros otorgándoles no sólo recursos físicos, sino también clases más reducidas, reformistas como Gates argumentan que los sindicatos del magisterio son el gran obstáculo para el progreso en las escuelas. ¿Adónde van con ese argumento? Esos reformistas tipo Gates desean, primero, destruir la voz colectiva de los profesores; segundo, imponer la administración privada de un recurso público, y tercero, definir el aprendizaje como una calificación en un examen estandarizado”.
Abunda: “en torno al asunto sindical, buenas condiciones de trabajo son buenas condiciones para la enseñanza, y buenas condiciones para la enseñanza son buenas condiciones para el aprendizaje”.
Por lo anterior, afirma, en una reforma del sistema escolar “los maestros tienen que participar. No son los únicos con buenas ideas, pero son centrales en cualquier solución”.
Ayers rechaza los términos del debate actual, en el cual se repite que sólo hay dos opciones, algo que de manera reiterada se ve en los grandes medios, “donde por un lado unos defienden los cosas como están y otros desean luchar contra los sindicatos y privatizar las escuelas. Eso es falso, nadie cree que sea aceptable cómo están las cosas en un lugar como Chicago. La pregunta es: ¿qué hacer?, y ¿cuáles deberían de ser las nuevas normas?
“Propongo una norma muy simple: que lo que la gente más privilegiada y más sabia desea para sus propios hijos, eso debería de ser la norma para los hijos de todos.
“Todos esos llamados ‘reformadores’ envían a sus hijos a escuelas que son muy diferentes a las que proponen para los hijos de otras personas. Nunca hay que confiar en un reformador que promueve para los hijos de otros lo que nunca permitiría para los suyos.”
Señala que cuando Barack Obama y su esposa vivían en Chicago enviaron a sus hijas a la misma escuela de los hijos de Ayers: la famosa Chicago Laboratory School, donde las clases tenían un cupo máximo de 15 estudiantes, con profesores no sólo respetados, sino sindicalizados y bien remunerados, con aulas con abundante material didáctico.
“Si es suficientemente bueno para las hijas de Obama y para los míos, ¿por qué no es esa la norma para los niños en el lado oeste (el más pobre) de Chicago? Ahí tenemos clases con hasta 40 estudiantes en segundo grado de primaria. Es atroz.”
Se le pidió su opinión sobre todos los datos y documentos elaborados por expertos que citan los reformadores empresariales y los políticos para promover sus iniciativas. Respondió: “nada de eso está basado en investigaciones. De hecho, las propuestas están basadas en la fe, no en hechos”.
Señala que México y otros países que están copiando parte del modelo que se impulsa aquí “deberían entender un par de cosas: una, se reduce la educación a algo que sólo se centra en un muy estrecho espectro cognitivo, en lugar de que sea una introducción robusta y amplia de los aspectos humanizantes de la cultura entera”.
Ilustra: “no me puedo imaginar a los Obama diciendo a sus hijas:‘nos gustaría llevarlas al concierto, a clases de violín, al equipo de natación, al ballet, al club de ajedrez, pero sólo lo haremos si se comprueba que eso elevará sus calificaciones en los exámenes’. Eso es una locura, ningún padre privilegiado diría tal cosa; entonces, ¿por qué se lo decimos a un niño afroestadunidense en Brooklyn? Es un insulto y lo más lejos de la democracia. Por eso, esa reducción del currículum, eso de deshacerse de las artes, de educación física, todo eso tendrá consecuencias desastrosas a largo plazo si uno desea vivir en una sociedad humanizada y democrática.
“La segunda consecuencia que estamos viendo es que se está desalentando a toda la mejor gente que desea ingresar al magisterio. El modelo de enseñanza que promueve Arne Duncan (secretario de educación de Obama) es de tres años y para fuera”, explica.
Ese modelo es uno en el cual se contrata a jóvenes capacitados rápidamente mediante programas como Teach for America, con la idea de que sólo trabajarán pocos años antes de ser abogados u tener otra profesión.
“Eso es una catástrofe. Ser maestro es la única profesión en Estados Unidos donde tener experiencia y antigüedad es considerado un déficit. También es la única profesión donde 50 por ciento de nuestros egresados de escuelas de pedagogía deja de enseñar después de cinco años. Si eso ocurriera en las escuelas de leyes y de medicina, tendríamos una emergencia nacional.”
Las reformas en el sector minan además una “educación humana y democrática”, afirma en entrevista con La Jornada.
Ayers, distinguido profesor de la Universidad de Illinois en Chicago (recién jubilado), fundador de organizaciones de reforma escolar y vicepresidente de la división de estudios curriculares de la Asociación Estadunidense de Investigación Educacional, ha escrito libros y numerosos artículos sobre el tema y su relación con la democracia y la justicia social (publicados en revistas de educación de Harvard y Columbia, en el New York Times y en revistas progresistas).
El experto ofrece un diagnóstico sobre el gran debate en torno a las reformas del sector que se han promovido durante la última década en Estados Unidos. Relata que líderes políticos y empresariales han ganado esta discusión porque lograron definir los términos.
“Cuando encuadras un tema de la manera que deseas, obtienes la respuesta que buscas. Cada vez que un político toma el micrófono y dice que necesitamos sacar a los maestros perezosos e incompetentes de las aulas, todos estarán de acuerdo. Pero si llego al micrófono primero y digo que todo estudiante de escuela pública merece tener un profesor pensante, intelectualmente desarrollado, moralmente apto, apasionado, bien descansado y remunerado, todos estarán de acuerdo también”, expresó.
El problema, en este contexto, es que “los poderosos, los Walton de Walmart, la Fundación de Bill Gates, tienen el micrófono, y han logrado encuadrar el tema como de incompetencia de los profesores”.
Al evaluar el impacto de eso, Ayers señala: “en lugar de apoyar a los maestros otorgándoles no sólo recursos físicos, sino también clases más reducidas, reformistas como Gates argumentan que los sindicatos del magisterio son el gran obstáculo para el progreso en las escuelas. ¿Adónde van con ese argumento? Esos reformistas tipo Gates desean, primero, destruir la voz colectiva de los profesores; segundo, imponer la administración privada de un recurso público, y tercero, definir el aprendizaje como una calificación en un examen estandarizado”.
Abunda: “en torno al asunto sindical, buenas condiciones de trabajo son buenas condiciones para la enseñanza, y buenas condiciones para la enseñanza son buenas condiciones para el aprendizaje”.
Por lo anterior, afirma, en una reforma del sistema escolar “los maestros tienen que participar. No son los únicos con buenas ideas, pero son centrales en cualquier solución”.
Ayers rechaza los términos del debate actual, en el cual se repite que sólo hay dos opciones, algo que de manera reiterada se ve en los grandes medios, “donde por un lado unos defienden los cosas como están y otros desean luchar contra los sindicatos y privatizar las escuelas. Eso es falso, nadie cree que sea aceptable cómo están las cosas en un lugar como Chicago. La pregunta es: ¿qué hacer?, y ¿cuáles deberían de ser las nuevas normas?
“Propongo una norma muy simple: que lo que la gente más privilegiada y más sabia desea para sus propios hijos, eso debería de ser la norma para los hijos de todos.
“Todos esos llamados ‘reformadores’ envían a sus hijos a escuelas que son muy diferentes a las que proponen para los hijos de otras personas. Nunca hay que confiar en un reformador que promueve para los hijos de otros lo que nunca permitiría para los suyos.”
Señala que cuando Barack Obama y su esposa vivían en Chicago enviaron a sus hijas a la misma escuela de los hijos de Ayers: la famosa Chicago Laboratory School, donde las clases tenían un cupo máximo de 15 estudiantes, con profesores no sólo respetados, sino sindicalizados y bien remunerados, con aulas con abundante material didáctico.
“Si es suficientemente bueno para las hijas de Obama y para los míos, ¿por qué no es esa la norma para los niños en el lado oeste (el más pobre) de Chicago? Ahí tenemos clases con hasta 40 estudiantes en segundo grado de primaria. Es atroz.”
Se le pidió su opinión sobre todos los datos y documentos elaborados por expertos que citan los reformadores empresariales y los políticos para promover sus iniciativas. Respondió: “nada de eso está basado en investigaciones. De hecho, las propuestas están basadas en la fe, no en hechos”.
viernes, 14 de diciembre de 2012
Ooapas: Fraude que se endosa al pueblo
Francisco RIVAS LINARES
Cuando el poder político se
encuentra en grave situación para solucionar los remanentes deficitarios que
les heredan la o las administraciones que les antecedieron, no encuentran
fórmula más simple que la de aumentar los costos en los servicios o aumentar
los impuestos a productos de consumo; es decir, al pueblo le endosan el pago de
las torpezas cometidas por sus “iguales” de la casta política, naturalmente.
Lo anterior viene a colación
por el intento que se tiene de incrementar precisamente el pago del agua
potable en nuestro municipio, bajo el argumento de que la situación económica del
Ooapas se encuentra con un desbalance equivalente a 257 millones de pesos y una
deuda de 100 millones de pesos.
El profr. Wilfrido Lázaro
Medina, Presidente Municipal de Morelia, se queja de haber recibido el
organismo con un quebranto técnico como resultado de “una sola forma de hacer
las cosas”. Sin explicación de por medio sobre esa sola forma de hacer las
cosas, interpretamos que se refiere a la irresponsabilidad de los funcionarios
que se asignaron elevados sueldos, al 50% de los usuarios que tienen rezagos en
sus pagos y que no se ha hecho lo suficiente para obligarlos a cumplir con el
mismo, salvo el clásico ofrecimiento de la dispensa de recargos y multas que
obviamente repercuten negativamente en las finanzas; o bien, a las
condonaciones que conceden a organismos sociales.
También responsabiliza a las
dos últimas administraciones encabezadas por el señor Juan Luis Calderón
Hinojoza. De ser así, los usuarios no tenemos responsabilidad en tal quebranto;
luego entonces, ¿por qué tenemos que
pagar la estulticia del personaje citado? En todo caso que lo convoquen para
rendir cuentas y que se proceda en consecuencia.
Lamentablemente estos
gobiernos, tanto el estatal como el municipal, se la han pasado como la
zarzamora: llorando por los rincones. Repartiendo culpas, expresando cifras
millonarias deficitarias, pero hasta la
fecha no se han fincado responsables a personas con nombre y apellido. Eso,
además de restarle seriedad a los gobernantes, denota una “dejadez” que nos
perjudica a todos los gobernados.
Siempre suelen hablar de la
“aplicación estricta de la ley”. Otra expresión usual es aquella que dice
“nadie por encima de la ley”. Pero cuando los violadores de la misma son los
pertenecientes al círculo del poder, esa ley se prostituye y se impone la
impunidad. No así para el pueblo, a quien le han quitado la justicia dejándole
sólo la ley, a secas.
En lo personal, uno mi protesta
por ese intento de aumentar el costo del agua potable. Morelia ocupa el séptimo
lugar nacional en el alto cobro del servicio. No es justo que se abuse de los
usuarios, haciéndonos saldar las consecuencias de las ineptitudes, los
simplismos y descuidos magistrales de los funcionarios anteriores y actuales.
El científico Albert Einstein
solía decir que en el mundo sólo había dos cosas infinitas: el universo y la
estupidez humana. El aumento al agua encuadra perfectamente en esta última.
Facebook: Francisco Rivas Linares
Twitter: FranciscoRiva14
sábado, 8 de diciembre de 2012
LA BRUTALIDAD DE GOBIERNOS PRIMATES
Francisco Rivas Linares
"Sólo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez humana" A. Einstein.
Cuando en 1830 Francia decidió
invadir a Argelia, se justificó con una expresión tremebunda: Para combatir la
barbarie, hay que aplicar una barbarie mayor. Tal parece que el referido
enunciado ha sido el eje conductor aplicado por nuestras autoridades para
sofocar las protestas sociales.
Las evidencias así lo
demuestran. Son paradigmáticas las represiones a las protestas de los
ferrocarrileros y maestros de 1958-59; de los médicos, 1964; estudiantil, 1966,
1968 y 1971. Ahora parece que de aquél ogro filantrópico referido por Octavio
Paz, éste ha regresado pero con saña esquizofrénica.
Y nos encontramos nuevamente
ante el “eterno retorno de lo idéntico”, al que ya me he referido en otras
colaboraciones. El esquema torpe de los toletazos, gas lacrimógeno y granadas
de pimienta. Estas últimas tienen un atroz efecto, pues además de aturdir con
su fuerte detonación y liberar el agente pimienta, lanza múltiples proyectiles
de goma que en no pocas ocasiones han resultado letales.
El escenario político nos pinta
terrible. No atinamos a imaginar cuáles serán las soluciones a tanta
inconformidad acumulada durante tres décadas, por lo menos. Los entresijos del
poder nos hace cuestionar sobre sus
respuestas a una sociedad crispada por el crimen organizado, la pobreza galopante
y la desocupación acentuada. ¿Serán los procedimientos propios de los gorilas
que dominaron a naciones latinoamericanas a mediado del siglo pasado?
Cuando se instalan barreras de
contención en un contexto preventivo, no se justifica la aplicación de las
fuerzas represoras del Estado. Más cuando dichas barreras se aplican de manera
desproporcionada y abusiva, es obvio que ya en sí se constituyen en hechos de
provocación. Y el enfrentamiento es una de sus consecuencias. La adrenalina
obstruye el juicio y surgen los actos de barbarie que el Estado combate con una
barbarie mayor: la represión brutal y la persecución.
En la protesta social el Estado
no debe aplicar la premisa autoritaria que dice: “A la complejidad de los
procesos de inconformidad social, corresponde la complejidad de la violencia
del Estado.”
Los acontecimientos del pasado
primero de diciembre, alcanzaron niveles de violencia impredecibles dejando una
cicatriz difícil de restituir el tejido social. Quedará ya como efemérides
trágica, como si no tuviéramos bastantes fechas símbolo de tal naturaleza.
Concluyo citando al pensador
revolucionario Carlos Malato: “¡Sumisión! ¡Ah, no: revuelta y
protesta mientras sea el hombre carne de cañón, revuelta y protesta mientras la
mujer sea carne de placer! Por la rebeldía contra el dogma, el creyente se hizo
pensador; por la rebeldía contra la autoridad el ciudadano acabará por hacerse
hombre”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)