miércoles, 17 de febrero de 2010

Réquiem por la estupidez


Epígrafe: “Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura siempre lo que un pueblo quiere”. José Martí

Oscar es el personaje central de la novela “El Tambor de Hojalata” (1), cuya época se ubica en los tiempos de la Alemania nazi. Cuando este personaje celebró su tercer año de vida, decidió no seguir creciendo y quedarse en la infancia, pues no alcanzaba a comprender los acontecimientos de su entorno. Así logró evadirse de toda responsabilidad frente al destino de su existencia, delegando en los demás la facultad de definirle el porvenir.
Este enano físico y mental estaba dotado de una voz potente, tanto así que con su grito hacía saltar los cristales de las ventanas. De manera que para satisfacer el desahogo de sus enojos, le bastaba lanzar un grito agudo para que con tal estridencia hiciera valer su visión crítica del mundo.
Pues bien. Últimamente los críticos externos pretenden identificarnos como los Óscares de esta realidad funesta que nos está dominando por los cuatro costados patrios. Aseveran que la objetividad estúpida que nos asfixia, se debe sustantivamente a la dejadez en que nos debatimos. Que el clásico valiente que nos representaba en el juego ferial de la lotería, se ha reducido a un tímido gorgojo que prefiere encomendar la garantía de su acaecer, a una caterva de tracaleros que se dicen servidores del bienestar público; y que para denostar contra esta realidad de trueno que nos tiene dominados con un persistente miedo, nos arrebañamos en marchas y concentraciones, lanzando estridentes consignas y desplegando mantas con leyendas insuficientes.
La pérdida del liderazgo latino-americano que nuestro país asumía, lo atribuyen a nuestra inexplicable resistencia para evolucionar, a los flagelos de la injusticia, la explotación y la pobreza que nos instalaron los carroñeros de la política y los inquisidores contemporáneos que nos han sembrado el miedo con tácticas persecutorias.
El año anterior se presentó el espectáculo denominado “Diálogos entre Darwin y Dios”, para celebrar los 150 años de la publicación de la obra que ha derivado el mayor conocimiento científico: “El origen de las especies”. En dicho espectáculo se reconoce que estamos cautivos de políticos chatarra, pájaros bobos y pinchones, damas de sociedad y delincuentes del crimen organizado; y que, no obstante, seguimos con los empeños ilusos de que a base de megamarchas habremos de sacudirnos el dogal de la oligarquía.

La paciencia excesiva que llevamos como pesado fardo, hace que nos vean como indolentes a nuestra propia tragedia, como personas que nos abandonamos. En tanto, quienes ostentan el poder, nos hincan un macollo de agresiones económicas, políticas y sociales con la seguridad supuesta de nuestra nula o lenta respuesta.
Esa es la imagen que nuestros gobernantes nos han proyectado más allá de las fronteras: Óscares que nos negamos a crecer, estacionados en la minoría de edad, sin capacidad para pensar ni decidir. Entes de fácil dominio y atragantados por el vocablo democracia.
Pero no voy a convertir la reflexión en lamento, pues jamás seremos una sociedad domesticada ni de juicio estéril. Les invito a incorporarse al Comité Civil para la Revocación de Mandato de Felipe Calderón, en el que coinciden organizaciones diversas de trabajadores, campesinos, intelectuales y la población en general.
Para hacerlo, ingresen a la siguiente página de internet: www.revocacionmandato.org
Juntos armemos un réquiem por la estupidez que nos gobierna
(1) El autor de la novela “El Tambor de Hojalata” es Gunter Grass, Premio Nobel de Literatura 1999.

ENLACES:
http://rivaslinares.blogspot.com
http://unamiradadesdelaorilla.blogspot.com

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