miércoles, 22 de julio de 2009

Mentir para gobernar


En nuestro país se ha instalado la mentira compulsiva. Mienten los gobernantes, los comunicadores, los funcionarios, los sacerdotes, los empresarios y todos aquellos que de alguna manera ejercen cualquiera de las formas de poder o dominio.

La mentira se esgrime para ordenar, influir, anunciar, explicar, informar, rendir cuentas, desahogar, convencer, contagiar; o simple y llanamente por ingenuidad, impotencia, costumbre o rito.

Los políticos mienten para satisfacer sus afanes de sustituir lo patético de la realidad a la que nos han conducido, por un mundo fantástico de felicidad milagrosa. En el primer sexenio panista nos construyeron “foxilandia”. En el transcurso del presente, ya transitamos por los caminos optimistas de “calderolandia” en donde se erigen escenografías de buenas noticias para ocultar el monto escandaloso de la deuda pública, la sustantiva pérdida del empleo, el aumento de las estadísticas de la pobreza, y las brutales ejecuciones sin esclarecimiento ni castigo.

Los funcionarios y políticos nos expresan las mentiras de manera deliberada, consciente y sistemática para hacernos vivir un país de simulación. No les importa que sean corrosivas, duras o amargas. Lo que importa es mentir para justificar su irresponsabilidad y salvar “el hueso”.

El Secretario de Gobernación declaró que el gobierno no pactaba con delincuentes. Sin embargo, trata con testigos protegidos que en buena medida son delincuentes quienes a cambio de información buscan ser beneficiarios en la condonación parcial o total de sus condenas.

Hemos escuchado grabaciones telefónicas que evidencian la ejecución de algún delito (el caso Lydia Cacho es paradigmático). Pero por conveniencia política se pacta y la impunidad deja sin castigo al o los delincuentes.

El Colegio de México ha publicado el resultado de su investigación sobre la pobreza, concluyendo que en los dos primeros años de gobierno de Felipe Calderón ésta se incrementó a niveles de riesgo, pues toca ya los dinteles de los 80 millones de habitantes en tal situación. Más el Secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero Arroyo, ha declarado que “pese al incremento en el número de pobres, vamos por el camino correcto”.

Y así se extravían en una verborrea cantinflesca, cuya lucidez se obscurece por la pobreza de sus premisas. Hay inconsistencia, hipocresía y falsedad. Todo por los afanes de engañar para deslizarse sobre el piso de las mentiras. Todo por sostenerse en una chambonería como broza descerebrada.

Reafirmamos la aseveración de la escritora Sara Sefchovich: “LA FORMA DE GOBERNAR EN NUESTRO PAÍS CONSISTE EN MENTIR”.

Finalmente haré un comentario breve sobre la imagen que hoy se difundió en los medios televisivos en cadena nacional, donde se aprecia la arrogancia del Secretario de Gobernación Gómez Mont contrastando con la de un gobernante humillado (Leonel Godoy Rangel) y a quien como escolar regañado lo pusieron a leer lo que seguramente no sucedió en el cónclave secreto.

Felipe Calderón con sus operativos fandango ha puesto a los michoacanos de rodillas. Es tal su resentimiento que ha decidido gobernarnos para satisfacer sus ansias de venganza.

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