lunes, 17 de noviembre de 2008

El amigo de FeCal


Sus amigos le dicen “El Feo”, aunque aclaran que es por el cariño que le sienten. Me refiero a Fernando Gómez Mont, otro de los amigos del señor Felipe Calderón, quien recibió el nombramiento de Secretario de Gobernación el lunes anterior.

Este personaje llega con una trayectoria como litigante defensor de las causas más impopulares de México, lo que le hace ser un personaje con más sombras que luces. Citaré algunos casos en los que asumió la defensoría de clientes nada honorables:

Jorge Lankenau Rocha, quien como presidente del banco Ábaco-Confía realizó operaciones fraudulentas en perjuicio de 230 inversionistas por la cantidad de 170 millones de dólares. Fue algo así como lo ocurrido con la Caja de Ahorro Fabián, ¿la recuerdan?

Carlos Cabal Peniche, con un fraude por 700 millones de dólares en perjuicio de los depositantes de los bancos Cremi y Unión.

Rogelio Montemayor Seguy, quien siendo Director de Pemex cometió peculado por más de mil millones de pesos, 500 de los cuales fueron a parar a la campaña presidencial de Francisco Labastida, quien es ahora, en el colmo, senador y presidente de la comisión de energía.

Gerardo de Prevoisin, ejecutor de un fraude por 72 millones de dólares en perjuicio de Aeroméxico.

Fue además abogado defensor de Armando Medina Millet en el caso denominado el “juicio del siglo”, por el asesinato de su esposa Flor Ileana Mafud ocurrido en Mérida, Yucatán. Obviamente se trata de dos familias opulentas y aristocráticas. Este caso, incluso, ha sido llevado a la televisión en las series del canal Discóvery.

Otro que tuvo el privilegio de la defensoría de Fernando Gómez Mont fue Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos de los mismos apellidos y quien fuera protagonista de grandes escándalos mafiosos y criminales.

Naturalmente que se pudiera pensar que todos esos casos obedecen al ejercicio pleno de la profesión de Fernando Gómez Mont; sin embargo, no olvidemos que como personaje que ha estado figurando en la política le hace entrar en controversia y bajo sospecha de conflicto de interés.

Recordemos a Diego Fernández de Ceballos, quien siendo senador de la república, litigaba contra el Estado mismo a quien representaba ganándole las demandas con las que grandes empresarios obtenían de la hacienda pública la devolución de cantidades de dinero exorbitantes. Todo un caso de cinismo.

De Juan Camilo Mouriño se exhibieron tantas evidencias de sus negocios hechos al amparo del poder que ya ni estupor nos causaba; y sin embargo, se movió con la impunidad que su “cuate” de Los Pinos le obsequiaba y que ahora nos lo endilga como héroe nacional, queriéndonos obligar a la reverencia.

Y estas son las personas que ejercen la titularidad de nuestra soberanía. Sí… esta es la clase gobernante, la misma que no tiene nada de clase y mucho menos de gobierno.

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