- El Síndrome de Estocolmo
- Día Internacional de la Mujer
El escritor español Mariá Vayreda i Villa escribió
una novela con el título “La Puñalada”
la cual se publicó en 1904, un año posterior a su muerte. Escrita en catalán
originalmente, durante muchos años dificultó su lectura, y fue hasta que Ramón
Vilardell la tradujo cuando el lector de habla hispana disfrutó de su
argumento, llevándola, incluso a la pantalla cinematográfica en 1990.
El tema dominante en la novela mencionada es el
efecto psicológico que sufren los habitantes de una región azolada por los
malhechores; más, sin embargo, los mismo sufrientes les brindaban protección
para que alcanzaran la impunidad. La figura del bandolero heroico es un
personaje símbolo en el transcurso de la novela.
Aquí encontramos el antecedente más remoto de lo que
en 1973 se identificó como el Síndrome de Estocolmo. Un asaltante
de banco decidió tomar como rehenes a tres mujeres y un hombre, quienes a pesar
de su doloroso cautiverio terminaron protegiendo a su raptor.
Pues bien, con ambos antecedentes, uno ficticio
(la novela) y el otro realista, el suceso referido, me planteo la siguiente
hipótesis: Las marchas de apoyo al delincuente Joaquín “El Chapo” Guzmán que se
efectuaron en días recientes en el estado de Sinaloa, ¿se pudieran considerar
como consecuencia de ese efecto psicológico denominado Síndrome de Estocolmo?
Mañana se conmemora el Día Internacional de la
Mujer. No es una efemérides celebratoria, como los mercaderes nos lo quieres
hacer creer, sino conmemorativa por el suceso trágico que inspiró su
establecimiento.
A las mujeres dedico el siguiente escrito:
Una conmemoración más del Día Internacional de la
Mujer tendrá lugar el próximo sábado 8 de marzo. Una oportunidad más que se
repite para reactivar los anhelos de procuración de justicia frente al ultraje
impune, los actos violatorios de la dignidad femenina, sus asesinatos múltiples
y todo ese barroco embrollo de complicidades machistas.
La evocación del trágico suceso de 1908,
será por siempre la
inspiración sublime que presida esta fecha.
El rol impuesto a las mujeres desde tiempos
atávicos, lo han superado con actitudes de rebeldía; una rebeldía que quebranta
los esquemas de disimulos para vivir su presente en la dimensión justa; una
rebeldía participativa de la evolución social, contrapositiva a toda forma
paralizante de su dignidad de mujer.
Su reclamo ha trascendido las fronteras
universales, un reclamo que ha servido para el desahogo de deseos frustrados y
tristezas galvanizadas. Y con un nudo de ansiedad cerrándoles el pecho, van
construyendo su broquel para enfrentar los nuevos retos.
Las mujeres de hoy están llenas de esperanzas y
valor, dispuestas a la acción contra todo lo esclerotizado. Ellas corren como
hilillos subterráneos que nutrirán los tiempos nuevos y romperán viejos
esquemas.
Y citando a Isabel Allende, diré: Mi madre fue el
norte de mi infancia. Tal vez por eso me resulta fácil escribir a las mujeres.
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