martes, 22 de enero de 2008

La pederastia en México


(Leído en el programa “Micrófono Abierto”. Radio XEI)

Muchos son los problemas sociales que se sortean cotidianamente: el crimen, el robo, la violencia intrafamiliar, la inducción a la drogadicción, la desintegración de las familias, la miseria, el desempleo… en fin.

Hay uno que nos mueve a la indignación por su bajeza y ruindad: La pederastia. Con esta palabra se identifica la excitación sexual que un adulto siente hacia los niños y/o adolescentes, incluyendo su abuso deshonesto.

En los tres últimos lustros, hemos tenido noticias de este delito atroz. No sólo en los espacios de la prensa, la radio y la televisión nos han dado referencia de su consumación, sino que inclusive se han escrito obras bibliográficas como producto final de investigaciones. Destacan, por ejemplo, las de Sanjuana Martínez y Lydia Cacho.

El Internet ha sido el cursor propagandístico de la pederastia. A principios de 2006 se creó la policía cibernética en nuestro país. De acuerdo a sus descubrimientos, se detectaron, en México, no menos de cuatro mil páginas y quinientos sitios de pornografía infantil, distribuidos en las siguientes edades:

5% corresponde a niños y niñas menores de un año.

14% menores de ocho años.

7% de nueve a once años.

36% de doce años. Y…

38% de trece a diecisiete años.

Además, existe un tráfico de infantes entre México y Estados Unidos de 280 mil menores que son enviados para sexoservicio. También se calcula que en nuestro país existen 17 mil niños explotados por el comercio sexual infantil.

En nuestro territorio están operando aproximadamente 100 bandas dedicadas al tráfico de personas y 10 de ellas están especializadas al tráfico y trata de menores, obteniendo aproximadamente 7 mil millones de dólares de ganancia.

Esta es la causa principal de la desaparición de infantes. Y lamentablemente nuestros legisladores no han elaborado leyes drásticas que combatan este nauseabundo delito. Y por lo contrario, el propio gobierno, tanto civil como eclesiástico, ha brindado impunidad a estos sujetos.

Los presuntos más conocidos son Kamel Nacif, Succar Kuri, Nicolás Aguilar, Marcial Maciel, Tomás Coronado (Procurador de Jalisco) y el estadounidense Robert Decker. Este último operaba en Acapulco, Guerrero, anunciándose como coordinador de servicios de “abejitas con miel” de 8 a 16 años; y aunque fue capturado in fraganti, salió libre bajo fianza por 500 pesos.

Por eso, Padres de Familia, Maestros y sociedad en general, debemos mantenernos en alerta al cuidado de nuestros menores. Si las autoridades son indiferentes, sólo nos queda la organización comunitaria para no convertirnos en cómplices de un poder estragado por la corrupción.

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