Francisco RIVAS LINARES
El gobierno de Michoacán ha emitido un comunicado de reconocimiento a la valentía de las fuerzas armadas y la Policía Federal en su combate al narcotráfico. Y al mismo emisor le pregunto: ¿Acaso la valentía de la población civil que se enfrenta minuto a minuto a este esquema de inseguridad establecida, no le merece el mismo reconocimiento? Nosotros, los ciudadanos de a pie, quienes tenemos que sortear los riesgos a que nos someten los delincuentes, no sólo en las calles o carreteras, sino incluso en nuestro propio domicilio, en la telefonía con amenazas de extorción y asesinato, ¿no merecemos ese reconocimiento? El aguante que hemos demostrado ante sus ineficacias e ineficiencias, ¿no nos hace merecer un reconocimiento? ¿Qué hace diferente la valentía de las fuerzas armadas de la valentía de una población inerme que vive en la incertidumbre de sobrevivir a esta guerra, de baja o alta intensidad, provocada por un presidente que exhibió su cobardía huyendo al extranjero, después de la debacle en la que hundió al país? Se hace cierta la expresión de Octavio Paz, quien en una entrevista lanzara en estos términos: "México es un país de ingratos, en el que se entierra bien a los muertos".
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