jueves, 12 de enero de 2012
Los gazapos de Graciela
Francisco RIVAS LINARES
“Los errores no se subsanan con nuevos dislates”
Próxima a entregar su responsabilidad como Secretaria de Educación Pública, Graciela Andrade García no puede ocultar su nerviosismo venteando gazapos. De calificar como abominables a los periodistas, hasta repartir culpas por la crisis en que se encuentra inmerso el ámbito educativo.
En el libro “Crítica de la razón cínica”, Sloterdijk, su autor, asevera que “el cinismo es una relación de estrategia y de táctica, de sospecha y de desinhibición, de pragmatismo e instrumentalismo, todo ello en la maniobra de un yo político que piensa en primer y último término en sí mismo, que interiormente transige y exteriormente se acoraza”.
La cita viene a propósito de las declaraciones de la Maestra Graciela Andrade, Secretaria de Educación en el Estado, quien culpó al PRI del déficit que priva en la dependencia. Literalmente aseveró (respetando su personal sintaxis): “Entregamos la estafeta que además la conocen muy bien, porque durante varias administraciones estuvieron al frente de lo educativo; el PRI fue el que llevó a cabo este proceso de descentralización y también fue el PRI quien entregó estas circunstancias al PRD y se la vamos a devolver como estaba cuando nos la entregaron pero ya crecido el asunto que además lo saben”.
Una declaración cínica, sin lugar a dudas. Una declaración que conlleva el utilitarismo de la “razón cínica” subrayado por Sloterdijk y que en lenguaje coloquial significa curarse en salud ante el desorden que priva en esta área tan importante.
Si en la pobreza de su discernimiento concluye que fueron las “circunstancias” heredadas las causas del fracaso en el servicio, denota su mediocridad concretada en administrar las mismas; un reduccionismo que no le significó mayor esfuerzo que la de fingir demencia frente a los acontecimientos que la rebasaban.
Por eso le “creció el asunto”. Sabe del monstruo que procrearon desde el arribo de Egberto Bedolla, pasando por Manuel Anguiano y Aida Sagrero: deudas a proveedores, rezago en infraestructura, drásticos problemas financieros, anarquía en el magisterio que se traduce en un bajo nivel escolar, carencia de un proyecto educativo, insuficiencia de plazas, numerosos comisionados, etc. Y ahora, con sus enredos declarativos y adjetivaciones fatuas quiere transigir interiormente y acorazarse exteriormente. Ya enrolló el trompo, ahora le tocará bailarlo
Confiamos en la próxima administración para que se aplique una rigurosa auditoría que date desde los tiempos de Lázaro Cárdenas Batel. Tenemos derecho a conocer con claridad y transparencia, aunque nos califique la susodicha de abominables.
POR UNA SOCIEDAD SIN AGACHADOS: ¡NO MÁS SANGRE! ¡BASTA DE SANGRE!
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