“No
hay abrigo para la mentira. Tarde
o
temprano manos hábiles la desnudan”
Julio
Scherer García
Francisco RIVAS LINARES
“Hacia
fuera el dolor desgarra. En lo íntimo, el dolor es retrospección, reflexión, evocación
creativa.” Así principió su artículo del 6 de diciembre pasado Don Julio Sherer
Garcia, para verbalizar su tristeza por la pérdida de su íntimo amigo, también
periodista y escritor, Don Vicente Leñero.
Hoy, a un mes de distancia, esas mismas palabras primas las evocamos con la creatividad a la que se alude, ante el fallecimiento del autor de dichas líneas: Don Julio Sherer García, a quien, en este breve espacio, le rendimos prez y honra a su inquebrantable honestidad periodística, como lo hicimos en su momento en la Columna Política del 20 de octubre de 2011 a Miguel Ángel Granados Chapa, cuyo deceso había ocurrido el día 16 de dicho mes y año.
En
esta ocasión me referiré a la Servidumbre Moderna, un documental de Jean
Francois Brient, cuyo paralelo temático bien cabría en el escrito político de inspiración
liberal titulado “La Servidumbre
Voluntaria” y al que aludí en ocasión anterior.
El
documental principia con una frase del dramaturgo inglés William Shakespeare
que dice: “Qué época tan terrible esta en que unos idiotas conducen a unos
ciegos.” Es una frase contundente, sin lugar a dudas, y que nos da la impresión
de que recobra vigencia ante la realidad política que actualmente nos gobierna.
El
objetivo del documental es “poner al día la condición del esclavo moderno en el
marco del sistema totalitario mercantil y dar a conocer las formas de
mistificación que ocultan esta condición servil.”
Citas,
aforismos y proverbios enriquecen la exposición hecha por una voz no
pronunciada visualmente, cuyos planteamientos incitan a la reflexión y al
debate.
La
Servidumbre Moderna es una esclavitud consentida por una muchedumbre afligida
por trabajos alineantes. Trabajos que les impiden visualizar su realidad de dominados por la urgencia sostenida de
llevar una cuantas monedas que satisfagan las necesidades que sus familias les
demandan.
La
tragedia absurda es la pérdida de la conciencia de su explotación. Esa es la
extraña realidad de nuestra época.
Ignorantes
de la rebelión como reacción legítima, los mismos esclavizados combaten a
quienes se atreven a romper su status de siervos. No les importa la tragedia
ajena negándose así a reconocer que también es la propia. No se unifican a las
demandas colectivas porque prefieren vivir en la soledad de su individualismo
ególatra, alineados por discursos que a fuerza de ser repetidos, les construyen
realidades ficticias elaboradas específicamente para ellos.
En
Michoacán nada está pasando, Alfredo Castillo dixit. En el país, nada está sucediendo, Miguel Ángel Osorio Chong dixit.. Todo es
consecuencia de un combate planeado y previsto contra la delincuencia
organizada para que los ciudadanos recobremos la tranquilidad. Así lo aseguran.
Sin
embargo, fuera de ese poder demencial, todo nos parece estúpido por inerte. Desapariciones,
crímenes, desollados, enfrentamientos, desmembrados, ejecutados, cremados, una
estela de terror frustrante por inacabada, fomentándonos la deshumanización y
engendrándonos el miedo. La renuncia y la resignación son la fuente de nuestra
desgracia.
Nos
han convertido en unos esclavos de la época moderna. Nos están incorporando a
la danza macabra del sistema de la alienación. Esclavos del consumismo voraz de
informaciones amañadas, cuadradas, sucumbimos ante “… la opresión (que) se
moderniza expandiendo por todas partes las formas de mistificación que permiten
ocultar nuestra condición de esclavos.”
El
Estado no se suicida. Apuesta al olvido, a la corta memoria que padecemos, para
olvidar las tragedias que el mismo Estado nos provoca. Y reprime la libertad de
la palabra porque descubre sus engaños
mostrándonos la realidad, pues “mostrar la realidad tal como es y no tal como
la presenta el poder, constituye la subversión más genuina.”
Y
ahora vienen las elecciones. Los mismos paleolíticos del sistema que han
provocado nuestras desgracias y que cínicamente pretenden seguir encaramados en
el poder, los veremos melosos demandando nuestro sufragio. ¿Y así, vamos a
votar?
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