sábado, 15 de enero de 2011

Entre mula y mula sólo las patadas se oyen




Francisco RIVAS LINARES

Los gobiernos del PriAn hicieron de la
corrupción un modo de relación social,
de vida y práctica gubernamental.”



Entre mula y mula sólo las patadas se oyen. La referencia popular se ajusta al pleito que se libra actualmente entre “ilustres” exponentes de los partidos políticos del Revolucionario Institucional y Acción Nacional.

Boquiflojos, se dan con la sartén de las descalificaciones. Atrapados en la red de la violencia instalada por Felipe Calderón, rescatan el pintoresquismo del añejo perfil político de los dinasaurios.

No resultaría difícil reconstruir el proceso etiológico de su barbarie, ya que sus voces y sus acciones han quedado indelebles en el memorial de la ciudadanía; complejos emocionales que, de manera cíclica, suelen reventar este par de hermanos putativos.

Si Acción Nacional desde su nacimiento debió plegarse “… a las reglas del juego político, sin cuestionar su funcionamiento ni las bases normativas del sistema, contribuyendo así a su estabilidad y legitimidad; ajustándose asimismo a los requerimientos del régimen autoritario que se creó después de la Revolución”*, es de entenderse la complacencia mutua (PRI.PAN) en situaciones de alto riesgo que les implique la pérdida del poder, anteponiendo intereses partidistas a los correspondientes de las bases populares.

No se desconoce el motivo ideológico opositor que le animó frente al corporativismo y la tesis socialista del cardenismo; lo que se enfatiza es su proclividad al ajuste conforme a las circunstancias que lo influyen. Su actitud antigobiernista se modifica a partir de la dirigencia de Christlieb Ibarrola (1962-1968), cuando se crean los diputados de partido.

La simulación siempre ha sido a conveniencia. Se turnan en el intercambio de las descalificaciones, pero llegan finalmente al feliz concubinato. Ambos se procuran para mayoritear en las cámaras en perjuicio de los gobernados, para después tornar a su golpeteo hipócrita.

Así han logrado la privatización de la banca (que por cierto nos ofrecen los peores servicios y las más altas comisiones del mundo); el endoso a todos los contribuyentes de la deuda de los banqueros saqueadores, en detrimento de la hacienda nacional (Fobaproa); la legitimación del presidente espurio Carlos Salinas, correspondiendo al PRI hacer lo propio con Felipe Calderón (dice Moreira que el PRI jamás estará de rodillas, pero bien que sirvió de banquito para el encumbramiento de quien ahora critican); la impunidad convenida para Mario Marín y Ulises Ruiz; las reformas al régimen de pensiones en beneficio único de la clase patronal; la licitación de los contratos integrales de servicios en perjuicio de Pemex y el consecuente beneficio de empresas trasnacionales; el aval conjunto para la celebración del Tratado de Libre Comercio, sin garantizar seguro alguno en favor de nuestros productores agrícolas; el disimulo con que dejaron correr la licitación 21 para beneficiar a los cárteles empresariales; en fin.

Y en un contexto de rispidez, ahora nos ofrecen otra más de sus escenas broncudas atizándose con los adjetivos más ocurrentes. Así Humberto Moreira Valdés, en exhibición de músculo, tachó a los panistas de montoneros, pero –según su dicho- “… tengo para todo el gabinete nini de Calderón, porque ni sabe ni puede”.

Al Secretario de Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, le recomendó que “lo sano es que no hable, porque él formó parte de ese pasado que critica” y que recuerde que “su barriguita se llenó con el salario de ese pasado del que habla”. Al Secretario de Educación Alonso Lujambio lo calificó de inmoral por aceptar un puesto para el que no tiene la capacidad ni el talento y que en las fiestas del bicentenario “se le cebaron muchos cohetes”.

A Moreira los etiquetaron de “protagonista cavernario que pretende engañar a la sociedad con guiones falsos”. “El señor es ignorante y mentiroso”, según el propio Lujambio.

El paradigma de Baltazar Gracián, “mesura y prudencia van de la mano con la verdadera inteligencia”, no se les da a estos militantes con ínfulas de encomenderos. Anoréxicos del buen juicio, para cualquier carnaval cualquier tonadilla la convierten en cantaleta.

POR UNA SOCIEDAD SIN AGACHADOS:
¡NO + SANGRE! ¡BASTA DE SANGRE!



*Soledad Loaeza. “El Partido Acción Nacional: la oposición leal en México”, cita registrada por Martha Elisa Nateras González en “Origen y Desarrollo del Partido Acción Nacional. Su Institucionalización y Cambio Organizacional”.

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