miércoles, 21 de diciembre de 2011
ACTEAL, SINÓNIMO DE GENOCIDIO
Por: Francisco RIVAS LINARES
¡Ay! ¡Si tuviera la lengua experta del profeta
y palabras de fuego para hendir corazones!
¿Cómo hacer que se sienta el dolor de este pueblo?
Rafael Landerreche
La mañana del 22 de diciembre de 1997, el grupo paramilitar “Máscara Roja” irrumpió en la comunidad de Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó, Chiapas para masacrar a 21 mujeres (cuatro de ellas con embarazo), 9 varones y 15 niños desplazados de la comunidad de Las Abejas y quienes se encontraban orando por la paz.
Eran las 10:30 horas cuando rompió el silencio las primeras ráfagas de alto calibre. La dispersión de los orantes se hizo en tres direcciones: el arroyo, la escuela y la selva tropical. Inútilmente. La muerte les alcanzó quedando la siembra de cadáveres.
(“Las balas se veían como agua. Más abajito hay un lugar para esconderse. Ahí fuimos, pero se veían como los tiros pasaban, levantando la tierra donde pegaba. Los niños hacían mucho ruido, todos estaban llorando. Fue cuando nos escucharon y los agresores fueron donde estábamos. Fue cuando nos empezaron a disparar por parejo todos los que estábamos ahí. Nos mataron a todos. Yo me salvé porque me escondí en un barranco con mi hermanito”. Sra. Catalina Jiménez Luna. Testigo. “Acteal, entre el duelo y la lucha”.
En el contexto de la contrainsurgencia implementada por el gobierno federal de Ernesto Zedillo, la masacre constituyó el punto crítico de una guerra de baja intensidad que se instaló doce días después del 1º de enero de 1994, a partir de una estrategia diseñada por el general Miguel Ángel Godínez y contenida en el Plan de Campaña Chiapas 1994 y en el que se consideraba el “adiestramiento, asesoramiento y apoyo de las fuerzas de autodefensa y otras organizaciones paramilitares”, además de operaciones de control de la población.
La campaña militar estuvo al mando del general Mario Renán Castillo, quien inspirado en los boinas verdes que operaron en la guerra de Vietnam y los kaibiles de Guatemala, reclutó y capacitó a indígenas para operar desde las entrañas mismas de los grupos indígenas.
Sofocar por la fuerza y de manera intencional, sin importar los costos en víctimas inocentes, fue el principio rector de las fuerzas armadas. Al efecto, el general Castillo aplicó el Manual de guerra irregular, operaciones de contraguerrilla y restauración del orden, cuya autoría se atribuye a la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Para matizar la tragedia, los gobiernos estatal y federal lo redujeron a un conflicto entre comunidades indígenas por diferencias religiosas o políticas. En los medios de comunicación se exponían descripciones “a modo” distorsionando los acontecimientos y mutilando la información, previa alteración del escenario y el intento de desaparecer los cadáveres.
Desplegados y boletines hipócritas abundaron. Todos evadían cobardemente la responsabilidad en esta acción genocida. Sin embargo cuatro nombres resultan indelebles para la memoria histórica: El general Mario Renán Castillo, el gobernador Julio César Ruiz Ferro, el secretario de gobernación Emilio Chuayffet y el propio Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
A catorce años de estos hechos sangrientos, la impunidad sigue prevaleciendo a favor de los grupos paramilitares. Instrumentos protegidos por la oficialidad, siguen actuando con la puerta abierta al margen de los ámbitos de la justicia. Entre tanto, el mensaje postrero zedillista aún lo repiten los ecos de la selva lacandona: “Prefiero pasar a la historia como represor antes que cumplir los acuerdos con el EZLN”.
Concluyo citando al escritor José Blanco: “No sabemos quiénes son los asesinos; ni los que usaron las armas ni los asesinos intelectuales. Nuevamente la impunidad reina. Se solicitan nuevas investigaciones para dar con los verdaderos asesinos. Acaso el proceso se reinicie alguna vez en algún punto. En tanto, la oligarquía local, la clase política que le sirve, los grupos paramilitares –carne de cañón indígena- continúan reinando como grupos dominantes que son, apoyados por instituciones federales, si la política así lo demanda, y los indígenas continúan su historia de explotación, de miseria, de desprecio, de discriminación y de muerte”.
POR UNA SOCIEDAD SIN AGACHADOS: ¡NO MÁS SANGRE! ¡BASTA DE SANGRE!
sábado, 10 de diciembre de 2011
Carta a PAULINA PEÑA PETRELLINI por HECTOR ZAGAL
No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé cómo eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo tu molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son gajes del oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él. En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es una figura pública y, por ende, sus actos serán juzgados con rigor. “¿Por qué son tan duros con él?”, te preguntarás. Bueno, los funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?
Pero no es de tu padre de quien quiero hablar, sino de ti. ¿Te confieso algo? Me aterra que hayas utilizado la expresión “hijos de la prole” como un insulto. Insisto, es disculpable que te enfades por la burla hacia tu padre. No me asustaría que los llamaras “babosos”, “tontos”. Es más, no le preocupa el que nos hayas llamado “pendejos”. En cambio, no se puede excusar tu menosprecio a los hijos de los trabajadores, de los obreros.
¿Oíste del escándalo de las Ladies de Polanco? Descalificaron a un policía llamándolo “asalariado”. Algo similar hiciste tú: descalificas a la mitad del país por su condición social. ¿Qué tiene de malo ser hijo de un obrero? Sabes, yo soy nieto de un minero, un proletario. No me da vergüenza decirlo. ¿Te avergonzarías de tu padre si fuese un vendedor de tamales o un plomero?
Tu padre, que ha leído la Biblia, te puede recordar una frase de Jesús en el Evangelio: “De la abundancia del corazón, hablará la boca”. Sin pretenderlo, con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual. Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así piense la hija de un candidato presidencial!
“Hijos de la prole” son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el metro, quienes no comen cortes argentinos y quesos españoles, quienes no utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC, quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario, deben hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben comer carbohidratos (tortillas), deben estudiar en salones sin computadoras, deben apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.
Cuando leas estas líneas has el siguiente ejercicio. Revisa lo que llevas puesto encima: perfume, cremas, desodorante, ropa, zapatos, celulares, aretes. Suma el total. ¿Sabes que traes encima más de lo que una indígena gana durante un año de trabajo duro?
Paulina, me da terror que pienses así. Tu lapsus reveló tu “realidad”: vives en una burbuja color de rosa. “Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable. Este país, que tu padre aspira a gobernar, depende de los obreros, de los campesinos, de los empleados, depende de esas personas a quienes menosprecias.
Ojalá este gravísimo desliz, no sea fruto de la educación que recibiste en casa. Ojalá y sea culpa tuya, fruto de tu arrogancia (tan propia, eso sí, de la clase alta mexicana). ¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia al proletariado?
Mira Paulina, me parece que por tu bien, debes inscribirte en una escuela pública, reducir tu escolta al mínimo, tomar el metro en horas pico, y ponerte a trabajar. Por si no lo sabes, muchos de los “hijos de la prole” se pagan sus estudios con su trabajo: los hay campesinos, vendedores, obreros. Algunos trabajan desde niños.
Paulina, haz puesto en riesgo el futuro político de tu padre. Pero lo que es más grave: pones en peligro en riesgo el futuro de México.
Fuente: http://www.noticiasmvs.com/blogs/el-banquetazo/querida-paulina-pena-pretelini-807.html
lunes, 5 de diciembre de 2011
domingo, 4 de diciembre de 2011
Un vistazo a la librería Peña Nieto
(Foto:Arturo Campos Cedillo. La Jornada)
Luego que Peña Nieto, experimentara serias dificultades para citar al menos tres libros que hubieran marcado su vida, durante la conferencia de prensa que ofreció en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, un tropel de twitteros con ánima especulativa se lanzó a la búsqueda de aquellas lecturas fundamentales, de cuyo nombre el precandidato tricolor no quiso acordarse.
Aquí te presentamos algunas de las opciones que los usuarios de Twitter sugirieron, haciendo de #LibreríaPeñaNieto uno de los tres hashtag más populares de este fin de semana.
La biblioteca…
- La increíble y triste historia de la cándida Paulette y su cama desalmada, de @Erika_Velasco_.
- Por qué las mujeres aman a los Peña Nieto, de @Lommx.
- Platero y yo, es la sugerencia de @icblancoc4, aunque @EduardoLeosV protesta de inmediato pues, afirma, “hasta entre los burros hay razas”.
- El PRIncipito, de @luismanuelpaz.
- La Odisea, del Profesor Memelovsky.
- Las ventanas abiertas de América Latina (@JesúsRinconC)
- Cómo prepararse para un millón de preguntas y fallar la más fácil (@RenataJoy)
- Alí Bazbaz y los 40 ladrones (@micheluv)
- Del olvido ni me acuerdo (@Herman_Wolf)
- El Decamerón Díaz (@alconsumidor)
- La Buena Pizza, de Benedetti (@jet_milton)
- Los hombres que no aman a las mujeres, testimonios de la tortura sexual en Atenco (@giseleando)
Mil (y un) chistes…
Además de especular sobre los posibles libros de cabecera de Peña Nieto, los twitteros aprovecharon el sábado para componer algunas coplas en su honor e, incluso, algunos llegaron postular al mexiquense como sucesor de Ninel Conde… aquí van algunas.
Pregunta: ¿Qué libros marcaron su vida?
Respuesta: Los que me pusieron en la cabeza para que caminara derechito… (@MayTai99)
Pregunta: ¿Autor preferido?
Respuesta: Juan Salvador Gaviota, mi suegro, les recomiendo su obra… (@coronacopado)
Pregunta: ¿Qué libro marcó su vida?
Respuesta: Un libro que marcó mi vida fue Il nome della rosa de Guadalupe… (@LeoAgusto)
Pregunta: ¿Le gusta la obra de Homero?
Respuesta: No, la verdad prefiero a Bart…
(@Neo_Bahamuth)
Pregunta: ¿Ha leído muchos libros?
Respuesta: He escrito más…
(@Marce_Torres7)
Pregunta: ¿Qué opina de “La naranja mecánica”?
Respuesta: No estoy de acuerdo con los transgénicos…
(@edgarseis)
Pregunta: ¿Qué piensa de “Las enseñanzas de Don Juan”?
Respuesta: Prefiero las enseñanzas de Don Carlos, o las de Don Arturo…
(@Mrterremoto)
Pregunta: ¿Ya leyó “El evangelio según Jesucristo”?
Respuesta: No, la verdad no llegué a esa parte de La Biblia…
(@MonicaMateosV)
Pregunta: ¿Disfrutó “La náusea”?
Respuesta: Por supuesto que no, tuve ganas de vomitar…
(@edgarseis)
Pregunta: ¿Ha leído “El dinosaurio”, de Monterroso?
Respuesta: Ya lo estoy empezando…
(@raquetadetenis)
No me ayudes, compadre
Otros usuarios de la red social, sin embargo, salieron en defensa del aspirante presidencial, quien acudió a la FIL para presentar su libro “México, la gran esperanza”, tales como @Alex_Rocha, quien subrayó que aspira a Los Pinos, no a la SEP; mientras que @PoloMurillo101 acusó al “87.42% de los que escriben en este hashtag no leen un solo libro al año”.
Más contundente fue @HermelindoLindo, quien anunció que próximamente se escribirá el libro “Me la van a pelar”, en el que, afirma, se narrará “cómo los de la izquierda llorarán en 2012″.
El más centrado de todos, no obstante, fue @oXBAoLepaqui, quien espetó a los más de mil 800 twitteros que se burlaban del episodio protagonizado por Peña Nieto en Guadalajara: “No sé qué tanto lo joden, déjenlo en paz… es obvio que no lo va a leer”.
Tomado de www.animalpolitico.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)